David Roth le ha entrevistado para ideal.es:
Las posibilidades de internet son casi ilimitadas. Ahora, son las audiencias las que deciden y, por el momento, han elegido escuchar ‘Estirando el Chicle’, un podcast de humor que ha roto todos los récords en España. Carolina Iglesias, copresentadora del programa junto a Victoria Martín, desvela a Ideal los detalles de la versión en directo, que está noche aterriza en el Cervantes.
– El podcast, aunque en un inicio era un movimiento más juvenil, ha abierto su abanico, ¿es ya un formato normalizado como medio y entretenimiento.?
– Creo que al final cada pasito que damos es otra victoria, ayuda mucho, creo, que Andreu Buenafuente tenga un podcast y lleve muchos años haciéndolo a darle una imagen de seriedad para esa gente que cree que menos en ello o que le queda lejano, ayuda a acercar las generaciones.
– ¿Qué aporta en comparación con los medios tradicionales?
– Aporta una libertad absoluta para hablar de los temas que quieras que en medios tradicionales no te puedes encontrar. Se habla en profundidad, se puede desarrollar la entrevista y te puedes permitir tomarte tiempo, un tiempo más pausado, aunque tenga ritmo. Es lo que más lo define y lo que más me gusta.
– En mayo cumplís dos años, en plena cuarta temporada, llegando a ser el podcast más escuchado… ¿esperaban que el chicle se estirara tanto?
– Realmente, algún día lo sueñas, pero no te imaginas que puede ser factible. Cuando estábamos en el puesto 30 decíamos, «¿te imaginas que alguna vez?», te alegras mucho cuando pasa, pero no te lo esperas y ha sido muy fuerte lo bien que ha respondido nuestro público.
– Ganasteis un Premio Ondas en noviembre a mejor podcast, que significa esto para vosotras.
– Es emocionante, dentro del mundo de la radio es el premio más importante y lo puedes soñar. En mi caso, tan joven, nunca me lo habría imaginado. Lo pensaba para el final de mi carrera, no con 28 años.
– Los comienzos del podcast fueron en solitario, durante la cuarentena y por Zoom, ahora en su último programa entrevistan a Edurne. ¿Se nota esa profesionalización en la esencia?
– La esencia es la misma, no ha cambiado, seguimos siendo las mismas, solo que tenemos mejores herramientas para hacer lo que nos gusta. Por eso el programa funciona. Cada vez somos más, con un equipo más grande. Todo suma y nunca resta, la esencia está ahí, están los vídeos de la cuarentena, pero a mí me gusta más el programa ahora.
– Lo mira con nostalgia, pero también ve los avances.
– Sí, sobre todo era más cutre, sin medios. Es muy importante un buen audio y nosotras teníamos un audio malísimo.
– ¿Cómo surge la versión ‘live’?
– Empezamos en febrero del año pasado, habremos hecho unos cuarenta o cincuenta bolos. Bastante intenso. En septiembre terminamos la gira y no tenemos plan de volver, queremos terminar en el Wizing Center y pausar el show. Como mucho hacer un repaso por ciudades a las que no hemos ido. Yo soy de Coruña y a mi ciudad no venía nadie, por lo que nos gustaría ir a ciudades a las que no habíamos ido. En Andalucía solo habíamos estado en Sevilla, después fuimos a Granada y me hacía mucha ilusión ir a Almería.
– ¿Había venido a Almería antes?
- Nunca había estado en Almería. Además, uno de mis mejores amigos vive aquí y tenía mucha ilusión de ir por eso.
– ¿En qué cambia con el podcast?
– Al final el show que hacemos es uno de comedia que también lleva la esencia del podcast, pero que no se graba ni se emite. Lo que pasa en el teatro se queda en el teatro. Tiene la parte audiovisual, que al ser un podcast no solemos contar con ella, para apoyar los chistes. Tenemos audiovisual, bailamos, cantamos, es un show de comedia cerrado. En cada uno viene una colaboradora invitada a hacer una sección y hay una tónica diferente. Según cuál toque puedes encontrar a Henar Álvarez, Patri Espejo o a Lala Chus.
– ¿Quién suele ir a los espectáculos hasta ahora?
– Nuestro público es 80 por ciento mujeres en la versión de audio, pero nos encontramos con mucha paridad, también en cuanto a las edades. La franja que más tenemos es de 25 a 35 años, pero luego te puedes encontrar a mujeres de 60 años, que no es que vengan con sus hijas, sino con sus amigas de su grupo. Gente que se lleva a su abuela, hijas con sus madres, amigas, amigos y novios.
– A su programa suelen venir invitadas mujeres, ¿hay algún tipo de mensaje detrás de ello?
– Simplemente lo hacemos para darles visibilidad. Existen otros espacios para otra gente y nosotras queremos crear un espacio seguro para todas las entrevistadas vengan, cualquiera que sea la profesión de la que vengan.
– En una parte del podcast les pedís unas bragas a las entrevistadas, ¿cuál es el origen de esa parte en concreto?
– La verdad que todo empezó como una cosa para quitar ese tabú sobre las bragas, que se sexualizan y que parece que tienes que ocultar que llevas bragas para que la gente no se entere, como si fueras una buscona. Nos hacía gracia quitarle un poco de valor y es muy interesante porque las invitadas traen algunas que tienen historias detrás y eso acaba uniendo.
– Cuando escucha frases como la que dijo en su momento de Florentino Fernández, que mencionó que si no hay más mujeres cómicas era por falta de talento, ¿qué se os viene a la cabeza?
– Tengo mucho lío para responder. Prefiero seguir trabajando. Esa es su opinión, no la comparto.
– ¿Cree que el humor es un constructo social o artificial que ha estado en manos de los hombres hasta ahora y que ahora se está permitiendo a la mujer entrar?
– Yo he crecido con el humor de los hombres en la televisión y absolutamente todos los medios. He tenido que trabajar mucho y sigo trabajando para poder quitarme toda esta herencia de la sociedad heteropatriarcal en la que he crecido y que es lo que es. Ahora intento con mi comedia y los espacios que puedo crear que las que vengan detrás no lo tengan tan difícil e incluso fácil.
– ¿Os sentís una referencia para las oyentes del podcast?
– Intento no pensarlo porque si no lo vives con mucha más presión. Hago lo mío como hasta ahora y ya está. Me he dedicado a esto gracias a otras guías que han sido referente, si yo puedo serlo me haría feliz, aunque no es mi objetivo. Con que haya más cómicas que se unan con sus amigas para hacer cosas me sentiré más que satisfecha.
68846
