Carlos Franganillo (TVE): «RNE fue una escuela maravillosa»

Carlos Franganillo

El periodista y presentador de Televisión Española Carlos Franganillo ha estado en «De pe a pa» de RNE para hablarnos de su carrera como periodista. Nació en Oviedo y estuvo a punto de decicarse al cine, estudió comunicación audiovisual pero descubrió el periodismo y se matriculó también en esta carrera. Sus primeros trabajos fueron en el periódico local La Nueva España y más adelante en 2005 se incorporó a la sede de RNE de la capital asturiana. Dos años más tarde se incoporó al departamento de prensa de la Fundación Principe de Asturias, allí estuvo poco porque ingresó en 2008 por oposición en Televisión Española. Tras pasar por Los desayunos se unió a la sección internacional, lo que más le gustaba y se fue a Moscú de corresponsal en 2011 hasta el 2014. Los próximos cuatro años estuvo destinado en Washington.



Pepa Fernández le ha recibido bajo el ritmo de la canción «Thriller» del rey del pop Michael Jackson: «Soy fan del programa y os sigo casi todos los días», ha confesado nada más empezar la entrevista. «Estoy contento pasé la COVID a finales de enero, yo creo que nos contagiamos a través de los niños, pero ya la hemos pasado».

Nuevas formas de presentar
Desde el año 2018 se ha puesto al frente del telediario, un formato que ha atravesado algunos cambios innovadores en los últimos tiempos: «Fuera de España, y en nuestro país también, creo que tiene mucho sentido ver que el profesional se levanta y explica y además da claves de manera más reposada». La parte mala es que ya no puede presentar en vaqueros ni en bañador ,como dice la leyenda urbana: «En vaqueros sí que lo hice».

Un nuevo diseño de los telediarios más fresco y cercano. Como por ejemplo cuando murió el gran Joan Margarit. En esa edición del telediario pudimos ver una actuación musical en directo, algo no visto hasta entonces: «Es verdad que fue una idea de compañeros de la tele, me parece que tuvieron una idea brillante. Puede resultar muy rompedor llevar la música en directo y era la mejor manera, quizá, de llevar su obra en directo».

Pepa Fernández le ha recordado los pros y los contras de estas novedades en la pequeña pantalla, es cierto que puede resultar más atractivo para el espectador pero si hay algún fallo también se puede observar de manera muy clara: «Esto es verdad, los errores se ven también y una hora de televisión es mucho tiempo».

La rapidez y eficacia de la televisión
Todos tenemos en mente las impactantes imágenes del 11 S, o recordamos dónde lo estábamos viendo, e qué televisión y con quién: «La imagen transmite mucho, tiene una fuerza tan potente… yo he hecho radio y prensa y ambas me gustan mucho. Pero la televisión tiene ese punto, del texto, la imagen, el sonido… en muy poco tiempo se puede sintetizar mucho la información. Con una imagen en cinco o seis segundos has contado la información».

Pero de aquello hace ya tiempo y la televisión, como el mundo que nos rodea, ha experimentado una evolución: «En el anterior plató había un teléfono para hablar con control, ahora eso ya ha desaparecido, todo es más minimalista. Tenemos un hueco para la botella de agua y poco más», ha confesado el presentador. «Lo del pinganillo se hace difícil pero hace mucho el cómo se coordina. Con mi equipo es bastante llevadero tanto el editor como el realizador son muy comedidos y eso se agradece. Pero por ejemplo, las entrevistas en directo con políticos son más estresantes, te dicen el tiempo que falta, con presión constante… es dificil escuchar con serenidad».

Pero los cambios logísitcos en esta profesión no han sido los únicos que se han visto modificados:.También se ha cambiado la forma de consumir o de impartir la información: «Todos somos víctimas de las nuevas tecnologías y tienen cosas maravillosas pero también muy perjudiciales. Son una especie de torbellino de sensaciones, hemos perdido la iniciativa del lenguaje, lo han colonizado las grandes empresas de comunicación y redes sociales, y hemos ido corriendo para adaptarnos. Creo que es una equivocación y nos hemos visto despistados en ese sentido. Nuestro papel de profesionales que jerarquizan la información, se ha visto afectado por ese ruido».

Televisión o espectáculo
En septiembre se fueron a un colegio toledano en noviembre al Hospital del Mar y hace poco a realizar el telediario completo desde la Gran Vía madrileña, pero, ¿qué le dan esas salidas al telediario?: «Al espectador le sumerge en una experiencia diferente, llevarle a un hospital, entrar en una UCI, creo que aporta. A mí personalmente me aporta muchísimo y salir y verlo, porque de esta manera entiendo mucho más las cosas. Se puede observar de primera mano, el esfuerzo de la gente, las historias de sufrimiento», ha explicado Franganillo.

«Nosotros somos un equipo que tenemos la suerte de estar al frente de las cámaras y de estar trabajando para los espectadores. Llevamos una responsabilidad muy importante que es la televisión pública. Es verdad que somos una casa muy atacada, estamos en medio de la batalla política y se nos ataca de manera muy injusta pero creo que esa responsabilidad la tenemos muy presente. […] «Hay muchos factores que están contribuyendo a ese descrédito pero si que es verdad que son factores sobre todo políticos. En España nunca se ha acabado de desarrollar esa cultura de televisión pública. Insisto en que en esta casa hay grandísimos profesionales y se hacen productos rigurosos y con esa vocación de servicio público».

Su trayectoria como corresponsal
Carlos Franganillo ha desarrollado su trabajo como corresponsal en dos países muy distintos: EEUU y Rusia: «Estoy contento de haberme quedado aquí, surgió esta oportunidad y teníamos un poco en el horizonte volver. Lo he disfrutado mucho y lo sigo disfrutando. A mí me encanta la política internacional pero ver esta otra cara del oficio, ver cómo se construyen todos los elementos, es muy interesante y te da otra perspectiva. Aquí estás en el otro lado de la barrera y ves cómo tienes que compensar todo el guion».

De la etapa de Radio Nacional la recuerdo con mucho cariño, aprendí mucho, me dejaban hacer muchas cosas. El periodismo local es lo más parecido a una corresponsalía, fue una escuela maravillosa y en un sitio pequeño como Oviedo más.

Ha concluído la entrevista haciendo una reflexión sobre la información actual, y lo que puede suponer en el ciudadano y en el profesional de la información: «Este frenesí no es bueno para nadie y no ayuda a entender la realidad».

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