Aimar Bretos entrevista a Basilio Rogado, uno de los exdirectores de «Hora 25» en Cadena SER

Basilio Rogado

Hora 25 nació a contracorriente. La Cadena SER quería hacer un programa informativo, aunque la ley se lo prohibía a las radios privadas. Querían informar, aunque había censura. Y a pesar de todo, lo consiguieron. Fue gracias a Manuel Martín Ferrand – el primer director de Hora 25 -, su equipo y los directores de los primeros años que dedicaban gran parte de su jornada a esquivar la censura. «Todas las noches nos íbamos a celebrar la despedida de Hora 25», cuenta el periodista Basilio Rogado, primero redactor y después director de Hora 25. En el cincuenta aniversario del programa, recuerda cómo fueron los inicios.



El nacimiento de Hora 25
«El 31 de enero de 1972, el programa empezó con la parafernalia de los programas de la SER. «La Cadena SER presenta a través de 54 emisoras propias y asociadas…» y la careta se diluía. Entonces, salió Martín Ferrand y dijo: «Antes, esto era así. Ahora, es de otra manera». Y sonaron los famosos ‘doing’. Después, la voz maravillosa de Juana Ginzo decía: «Hora 25, un programa de cuestiones actuales dirigido por Manuel Martín Ferrand». Y ahí, empezó la historia y cambió el panorama.»
«La creación de Hora 25 fue muy sencilla. En la radio, no se podían dar noticias. Solo se podían dar noticias locales y la idea fue hacer un programa nacional con programas locales. Lo que se hacía era conectar desde Madrid con diferentes emisoras. Eso se hizo. Hora 25 empezaba a las once y media de la noche y terminaba a la una de la madrugada. No hacíamos una radio informativa al uso»

La censura
«Todos los días teníamos problemas con la censura. Naturalmente, las amenazas eran vanas. No se atrevieron nunca a cerrar la radio. Martín Ferrand, que era muy listo y un periodista excepcional, le mandaba a la censura los guiones del día anterior. Era muy curioso, porque casi siempre daba el pego. Siempre nos prohibían algo. Los guiones los mandábamos con un motorista a las siete de la tarde. Cuando nos tumbaban el tema y nos lo decían a las once de la noche. La solución: contar un cuento. Contábamos Caperucita roja, por ejemplo. La centralita se saturaba. La gente decía: «¡Sigan!», «Adelante, no se rindan». Los oyentes llamaban mucho. La prueba está de que la llama sigue viva».

Amenazas
«A la salida, nos esperaban guerrilleros de Cristo Rey o gente de ultraizquierda. El compañero, Rafael Luis Díaz era hijo de un comisario de Policía y cuando teníamos problemas, llamaba a su padre. Cuando le contaba lo que nos pasaba, nos mandaba unos grises, que nos escoltaban hasta que llegábamos al coche. Yo les decía a los policías: «Sonrían ustedes para que no parezca que nos llevan detenidos».
Uno de los momentos favoritos de Aimar Bretos en la historia de ‘Hora 25’ fue cuando Camilo José Cela entró en la antena de la SER a comentar su candidatura como Premio Nobel.

68108