A propósito de las radios municipales en Girona

Girona FM

Miquel fañanàs escribe en Diari de Girona: El pasado mes de marzo nos enterábamos de que un juzgado había anulado la adjudicación de la radio municipal de Girona que el Ayuntamiento había encargado a la productora Montcau Produccions, operadora de Digital Hits FM, la única empresa que se había presentado el concurso público convocado después de dejar sin efecto el contrato con los responsables de la emisora ​​FEM Girona, que venía emitiendo desde sus instalaciones de la Rambla con voluntad de servicio público y gran profesionalidad.



La sentencia es la consecuencia jurídica de una denuncia que había presentado la Asociación Catalana de Radio al considerar que en el caso gerundense no se cumplía la Ley 22/2005, que señala la obligatoriedad de asumir una gestión directa de la emisora municipal aunque permite utilizar algunos recursos externos. En este sentido, la resolución concluye que la adjudicataria no sólo se encargaba de la elaboración de toda la programación que se emitía, sino que también determinaba el contenido y las selecciones de los intervinientes así como se encargaba de la gestión en su conjunto. Tendremos que estar atentos a las explicaciones que pueda dar el gobierno de la Casa de la Villa, pero hay que recordar que en esta misma línea la ACR ha denunciado el intento del Departamento de Presidencia de la Generalitat de abrir un proceso de privatización de las radios municipales, lo que representa en su opinión «blanquear las cesiones ilegales con la excusa de adaptarlas a la normativa europea».

Fue en 1979 cuando comenzó la batalla para que los ayuntamientos pudieran tener voz propia a través de las ondas hertzianas. Los pioneros fueron Arenys de Mar, Esparreguera y Rubí, pero pronto creció el número de municipios que instalaban sus emisoras como un servicio público y de proximidad. Hoy hay 175 con modelos diferentes de función pública aunque la mayoría están instaladas en pueblos de menos de 15.000 habitantes. Según recogió el profesor Antoni Esteve en la publicación Annals del Periodisme Català, el auge de licencias municipales «floreció sin que nadie las regara», pero sin embargo en su opinión «el país sería hoy mucho más pobre sin estas emisoras».

La privatización de las licencias en su día adjudicados a los municipios puede ser una tentación no sólo para obtener un dinero extra, sino también para reducir la carga de responsabilidades añadidas a la propia gestión del día a día. La inmensa mayoría de las emisoras locales, sin embargo, cumplen fielmente lo que estipula la ley y lo hacen con dedicación, voluntad y rigor. Radio Vilablareix (107.5 FM), por ejemplo, que coordina Didac Romagós, es una emisora ​​que tiene 16.000 seguidores para un pueblo de tan sólo 3.000 habitantes! En este caso, se puede decir que la emisora ​​hace de radio metropolitana del área urbana de Girona mediante una programación diversa, amplia, de mirada larga, que, partiendo de su arraigo local, construye todo un horizonte muy centrado en el tratamiento de la cultura en general y la música en particular. En este mismo sentido de buena radio local también tenemos la emisora ​​de Caldes de Malavella (Caldes FM 107.9) bajo la responsabilidad del maestro en las artes de la comunicación radiofónica Mateu Ciurana, quien con su maestría ha sabido darle un impulso informativo y cultural que va mucho más allá del interés estrictamente circunscrito en su término municipal.

Son dos ejemplos pero hay muchos más que responden exactamente al mismo objetivo que impulsaron las radios de Arenys o de Cardedeu en un lejano 1979. Justo ocho años después de aquellos inicios de radios municipales, Woody Allen estrenaba su película Días de radio, un delicado repaso a los recuerdos de infancia a través de la música de jazz en los años 40. Toda una declaración de amor a un medio de comunicación que ha sabido resistir los embates de las novedades tecnológicas reafirmando su compromiso con la realidad y la inmediatez informativas.

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