Pilar García Muñiz, al frente de ‘La Tarde’ en COPE: «Twitter o Instagram no nos pueden marcar la agenda a los periodistas»

Pilar García Muñiz

20minutos.es le ha entrevistado: La periodista Pilar García Muñiz se puso esta temporada al frente de La Tarde en la COPE, un programa radiofónico en directo de cuatro horas que supone todo un desafío a la hora de darle una vuelta al tono de la actualidad.

¿Cómo ha sido su llegada a la tarde de la COPE? ¿Cómo fue ese paso de la tele a la radio?
La adaptación la llevo haciendo desde hace cinco años, que fue cuando me incorporé a COPE, en el verano de 2019 y ha sido muy buena. El camino ha sido muy interesante, de aprendizaje permanente, porque además es un medio en el que yo siempre he querido trabajar y COPE me ha dado esa oportunidad. En ese sentido, pues me encuentro feliz. Del tránsito de mediodía a la tarde, te puedo contar que a mediodía es un programa más pegado quizá a la noticia, a todo lo que está pasando a esta hora con contenidos sociales y por supuesto, toda la actualidad política. En la tarde esta temporada hemos apostado por un nuevo horario, tenemos una hora más y por nuevos contenidos y colaboradores y por dejar de un lado todas esas informaciones que que generen crispación y ruido.

¿Como la política?
Se va a hablar, por supuesto, de política cuando haya una noticia importante, porque somos un programa de actualidad, pero queremos que primen otros contenidos. Queremos que el oyente esté informado de lo que pasa en el mundo, pero queremos que sobre todo se divierta, esté entretenido y que encuentre en la tarde un lugar de debate sereno, y respuestas a muchas de las cosas que se pregunten. Un lugar de buen rollo, de esperanza, de historias interesantes, curiosas e inspiradoras.

Quiere «una gran conversación diaria», ¿nos faltan puntos intermedios en los debates y tertulias?
Cuando hablamos de una gran conversación destacamos también que queremos que sea serena y eso significa también huir de la polarización en la que estamos instalados ahora mismo, de ese extremismo de blanco o negro. Afortunadamente, en todos los asuntos hay muchos matices y eso es lo que queremos destacar en el programa y en esa conversación que queremos plantear a diario con nuestros expertos, con nuestros colaboradores, pero también con nuestros oyentes.

¿Qué retroalimentación tienen de esos oyentes?
Los oyentes están siempre en el centro del programa. Siempre focalizamos todos nuestros contenidos y el día a día en lo que los oyentes esperan de nosotros y merecen. Su confianza para nosotros es fundamental. Nos gusta escucharles siempre activamente, para así mejorar, evolucionar y ofrecerles la mejor experiencia radiofónica posible. El feedback que estamos estamos teniendo de ellos desde luego es bueno. La participación de los oyentes es es fundamental y además es muy, muy activa. Y cada vez notamos que más.

¿Son como una alternativa?
La gente está muy cansada de esa polarización de los contenidos políticos, del negativismo que tenemos también generalmente los periodistas y los medios de comunicación, que parece que siempre ponemos el foco en esas noticias pesimistas o en esas noticias negativas. Nosotros queremos buscar también en las nuevas tardes de COPE la esperanza, generar ese buen rollo, esas noticias también positivas.

Tendemos a pensar que una noticia negativa es más importante que una positiva, ¿no?
Sí, estamos instalados en esta corriente de destacar más las noticias negativas que positivas. De hecho, te pones a buscar en teletipos, hojeas el periódico, ves la parrilla de un programa de televisión o una escaleta de radio y siempre tendemos a destacar estas noticias más duras, negativas, pesimistas y parece que se va a acabar el mundo. Nosotros queremos apostar por darle la vuelta a esa inercia y buscar siempre esos contenidos que están ahí y que muchas veces ocupan un lugar muy pequeñito dentro de un periódico, o que no tienen su espacio en la radio o en la televisión. Queremos, en definitiva, compartir también la alegría de vivir de las pequeñas cosas.

Recogen también nuevas tendencias, temáticas e intereses…
Quizá es solo escuchar en la calle y escuchar a la gente, escuchar a los oyentes. Los temas de conversación de los que hablan son los que queremos trasladar a la tarde. Ni más ni menos. Sí es verdad que tampoco nos tenemos que dejar llevar por las redes sociales. Yo siempre digo que Twitter o Instagram no nos pueden marcar la agenda a los periodistas, pero sí son un buen síntoma de lo que se está hablando y de lo que le interesa a la gente. No perdemos de vista, por supuesto, ese debate que hay también a través de las redes sociales. Queremos estar en la calle, pisar la calle, no estar elevados ni ir a otros temas más políticos o más trascendentales. Simplemente queremos reflejar en la tarde lo que se habla en la calle.

Tiene cada día una editorial, el monólogo. ¿Cómo le hace sentir tener ese altavoz?
Pues sirve un poco de desahogo, porque hay tantos temas que nos indignan que es la oportunidad de expresar tu opinión sobre un tema social que te parece flagrante. Tener esos cuatro minutos de altavoz del monólogo y ofrecer tu opinión y tu postura puede servir muchas veces de de desahogo. Y es una responsabilidad también, porque estás ofreciendo una opinión y un punto de vista que tiene que ser muy meditado, que tiene que ser muy reposado y muy ponderado también.

¿Son temas que le preocupan e indignan a usted? ¿Cuáles son?
Yo siempre me he movido muy bien en el en el terreno del magacín, que es lo que estoy haciendo ahora y es lo que he hecho muchas veces en a lo largo de mi carrera en televisión. Es quizá el terreno en el que yo me siento más cómoda porque tratamos sobre todo asuntos sociales, temas sociales, que los que me gustan. Vamos a tratar la política, por supuesto,. Si Pedro Sánchez se vuelve a coger otros cinco días de reflexión lo vamos a abordar porque es un asunto importante con todas las connotaciones y consecuencias que puede tener. Pero en el día a día la política no queremos que centre nuestro nuestro guion en el programa. Me gustan mucho más los contenidos sociales, que sé que son los que preocupan al final al oyente y en los que además me desenvuelvo mejor.

¿Cómo hace para sobrevivir esas 4 horas de directo?
Pues te puedo asegurar que el primer día, cuando salí a las 19:00 de la tarde, salí con una tensión en las piernas que tenía agujetas de estar cuatro horas sentada ahí sin moverme. Son cuatro horas en las que no me levanto en absoluto ni para ir al cuarto de baño. De hecho, tengo que dosificar bastante bien el agua que bebo (risas). Al final esto también es músculo. El primer día hay una expectativa y una tensión que se mantiene lógicamente y que es necesaria siempre que te pones delante de un micrófono o siempre que te pones delante de una cámara. Pero al final te vas acostumbrando a estar esas cuatro horas en absoluta tensión, porque hay mucho de guion, pero hay mucho también de improvisación. Hay mucha entrevista que requiere toda tu atención para estar atenta y escuchar bien lo que te está diciendo tu interlocutor y poder establecer una conversación con el entrevistado o con los colaboradores que tienes en el programa. Cuatro horas es mucho desgaste. Es apasionante también, te lo puedo asegurar. Se va cogiendo músculo, porque La tarde va ser un programa de largo recorrido.

¿Con España Directo hizo callo en eso del directo?
España Directo fue un programa muy importante en mi carrera. El magacín ya te digo que es el terreno en el que yo me desenvuelvo bastante bien y es el que me gusta, además, y es un programa que tuvo muchísimas duraciones. Empezamos hora y media, luego que pasamos a dos horas. Hubo una temporada que llegamos a ser también un espacio de cuatro horas. Ahí haces callo. Es muy gratificante, pero es también agotador. La radio y la tele son dos medios en los que me siento muy a gusto, pero la radio tiene algo que te atrapa desde el primer momento que te pones delante de un micro.

¿Por qué cree que es?
Por su sencillez. Te diría que su capacidad para transmitir historias y emociones a través simplemente de la voz y del sonido, y luego la capacidad también que tiene de unión, de generar comunidad. La radio teje unos lazos invisibles con sus oyentes, con los que acabas estableciendo una relación muy especial, prácticamente de familia. Esa sensación de proximidad, de compañía, yo creo que no la consigue ningún otro medio de comunicación.

¿También fue enviada especial, ¿qué coberturas le impactaron?
Sí tuve la suerte de que me mandaran en Televisión Española de enviada especial a acontecimientos muy destacados. Cuando murió el Papa Juan Pablo II estuve allí, en el posterior cónclave. He estado también en el Brexit, en los atentados de Bataclan, en los de la Rambla de Barcelona, estuve en el tsunami del sureste asiático, que fue una cobertura impresionante. Estuvimos en Maldivas, a donde no fue ningún medio de comunicación español, solamente nosotros, y en Tailandia y lo que vi y viví allí fue muy impresionante. Pero de las coberturas que he hecho, lo que más me llegó fue el 11 M, sin duda, sin lugar a dudas. Fue muy impresionante. Los testimonios que recogí y todo lo que lo que vi en uno de los días más duros de nuestra historia… Lo estuve cubriendo en la estación de Santa Eugenia. Llegué muy prontito, en cuanto nos enteramos que habían explotado las bombas de Atocha y también allí. Llegué corriendo y desde primera hora de la mañana hasta las tantas de la madrugada estuve haciendo directos para la programación especial que se hizo en aquella jornada en Televisión Española. Te lo digo todavía con muchísima emoción porque fue muy duro. Fue muy duro lo que vivimos aquel día y el recuerdo también de gente que en estado de shock te contaba su testimonio y de que había salvado la vida de milagro, que no sabían muy bien lo que había pasado, porque ninguno entendíamos por qué se había producido eso. Y las informaciones al principio eran tan confusas… Fue un día muy, muy duro de cubrir y que a mí me marcó, sin duda.

Ha trabajado muchos años en Televisión Española, ¿cómo ve la situación actual? ¿Es pro Broncano? ¿La competencia está siendo buena para la tele?
Bueno, yo creo que la competencia siempre es positiva y la presencia de Broncano en Televisión Española atrae a un público joven que se puede reencontrar ahora con la televisión. Porque claro, las nuevas generaciones no ven la televisión como la hemos consumido nosotros a lo largo de las últimas décadas. Puede ser una oportunidad muy interesante para Televisión Española si ahora que ha llegado ese público joven, sabe conservarlo y apuesta por nuevos formatos.

Hablando de competencia, ¿es una ventaja en la radio no tener el dato de audiencia a diario?
Por un lado es una ventaja porque no tienes el dato de audiencia de cada día, que eso es demoledor porque al final, no nos engañemos, todos miramos, queremos saber cómo funciona nuestro programa. En televisión lo vas viendo día a día y eso genera muchísima tensión y genera muchísima presión. Pero a la vez el tener ese dato diario te permite muchas veces corregir el tiro. Es decir, a lo mejor esta apuesta que hemos hecho pensando que funcionaría se demuestra en el minuto a minuto que no lo está haciendo. Y eso te permite apostar por otros contenidos y hacer a lo mejor algunas variaciones en el programa. En radio, que el EGM salga cada tres meses te da cierto margen para apostar por una línea, por unos contenidos, por un modelo de programa, y al mismo tiempo tienes menos presión. Pero sí es verdad que no te permite ir corrigiendo como si tuvieses ese dato a diario.

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