Una visión de los grandes grupos radiofónicos de Catalunya

Roger Vinton escribe en viaempresa.cat que el panorama catalán tiene dos protagonistas añadidos, como son la privada RAC 1 y la pública Catalunya Ràdio. La primera forma parte del grupo Godó, de la familia homónima, y ​​nació en el año 2000. Emiten desde la planta 15 de la Torre Barcelona (justo donde años atrás estaba la aseguradora de “la Caixa”), en el número 477 de la Avenida Diagonal. El edificio es clave para entender pasado y presente de las relaciones de poder en la Ciudad Condal. Cuando empezaron las emisiones, tuvo que competir con otra emisora ​​de características similares, como era Ona Catalana, de la que hablaremos más adelante. El liderazgo que atesora entre la audiencia catalana ha ido en paralelo al inexplicable proceso de autodestrucción que inició Catalunya Ràdio sobre todo a partir del 2004, que desembocó en varios efectos, uno de ellos la fuga de algunas de sus estrellas hacia RAC 1. La denominación de la emisora ​​está inspirada en la histórica Ràdio Associació de Catalunya, una plataforma que tuvo emisora ​​propia desde 1930. Después del largo silencio franquista, la frecuencia renació, cuando en 1982 se logró una nueva licencia que poco después fue cedida a la Generalitat para su explotación conjunta con Catalunya Ràdio. Tras quince años de concesión, la marca pasó a manos de Radiocat XXI, vinculada a los Godó. En ese momento se produjo un desdoblamiento, apareciendo la mencionada RAC 1 como complemento de la RAC original, esta llamada RAC 105 desde los años ochenta por la frecuencia que ocupaba en el dial.



El nacimiento de Catalunya Ràdio se produjo en el verano de 1983, unos meses antes de que su emisora ​​hermana de televisión, TV3, viniera al mundo. Ya en 1989 logró liderar las audiencias catalanas por encima, incluso, de los grandes monstruos de la radiodifusión nacional, pero en la última década y media se ha visto inmersa en un proceso de decadencia a todos los niveles que le ha llevado a mirar de muy lejos las cifras de su principal competidor, RAC 1. A la espera de que el poso de la creatividad vuelva a expandirse desde las ondas hertzianas de la emisora ​​pública, podemos hacer memoria y recordar toda la serie de programas míticos que durante las décadas de los ochenta y noventa salieron al aire desde de las antenas de Diagonal 614.

La aventura de Ona Catalana
Antes hemos hablado de Ona Catalana como competidor derrotado de RAC 1 a principios del milenio. Lo cierto es que ambas emisoras tenían tal talante y la realidad se encargó de demostrar que sólo había espacio para una. En el año 2000 empezaron las emisiones para toda Catalunya de Ona Catalana, una aventura donde confluían el grupo Zeta, de Antonio Asensio (El Periódico de Catalunya, Interviu, Tiempo, etc.) y la firma Ramsa, de la familia Daurella. El viaje duró siete años, porque en el 2007 la firma acabó en manos de Prisa, que en ese momento todavía era un grupo sin los problemas que vendrían a raíz de la crisis financiera. El espectro de Ona Catalana se pasea hoy por el dial a través de SER Catalunya, un segundo canal de la SER que nunca ha tenido las audiencias esperadas. Parece que está a punto de cerrarse un acuerdo por el que el empresario italiano Nicola Pedrazzoli -propietario actual de 8tv- se va a quedar la frecuencia.

Pero ni Ona Catalana ni RAC 1 fueron las primeras cadenas comerciales en catalán de la democracia, porque mucho antes existió una exitosa emisora ​​llamada Cadena 13 (en Barcelona, ​​Ràdio Avui) que logró unos buenos niveles de audiencia y de calidad. Su periplo duró entre 1983 y 1992, y por el camino vivió alguna mutación curiosa, como su transformación en Ràdio Barça mediante un convenio con el club azulgrana. Al final los números no salían y fue vendida en la Cadena COPE.

La radio es un invento genial que, a menudo, intentan matar, pero que es lo suficientemente proteico como para adoptar la forma que marca la tecnología del momento
Otra marca histórica de Catalunya fue Radio Miramar, nacida en 1933 y con esta denominación desde 1941. Durante los años ochenta fue la plataforma desde la que saltó al estrellato la locutora Encarna Sánchez. En 1991 pasó a la órbita de la COPE. No podemos olvidarnos tampoco de Cadena Catalana, nacida en 1978 y que en los ochenta cobró popularidad por las retransmisiones de los partidos del Barça que hacía el desaparecido José Luis Fernández Abajo.

En el panorama nacional tuvo una enorme trascendencia Antena 3 Radio, una empresa nacida en Madrid en 1982 pero con importante participación catalana en el accionariado a través de la familia Godó (51%) y en menor medida del Grupo Zeta. Con una programación muy completa y con estrellas como José María García logró subirse a lo más alto de las audiencias, derrotando a la todopoderosa entonces Cadena SER. Su éxito abarcó una década entera, con un final no exento de polémica, cuando su principal competidor -la SER- acabó adquiriéndola en medio de las quejas de estrellas como el mencionado García que lo atribuía a una operación de carácter político (la SER siempre había estado vinculada al PSOE), financiado todo con el dinero de Banesto, que en ese momento dirigía Mario Conde. Sea como fuere, una vez comprada su estrella se apagó y acabó disuelta en el magma de medios de la SER.

En fin, como decíamos desde el principio, la radio es un invento genial que a menudo intentan matar, pero que es lo suficientemente proteico como para adoptar la forma que marca la tecnología del momento para seguir haciendo el ingente servicio que proporciona desde hace más de un siglo.

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