Un mural de Oleiros mantiene viva la llama de la mítica emisora antifranquista Radio España Independiente

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Xoan Dou informa desde mundodiario.com que la historia de La Pirenaica, que inició sus transmisiones desde Moscú el 22 de julio de 1941, cobra vida en una composición de Yoseba MP, que se inspira en imágenes de las instalaciones de la emisora y de un hombre sintonizándola durante el régimen de Franco.



Radio España Independiente, más conocida como La Pirenaica, mantiene vivo un especial reconocimiento en Oleiros (A Coruña) gracias al talento artístico de Yoseba MP. Este artista, parte de los tres seleccionados en el Oleiros Urban Fest, creó un mural en la fachada posterior de Radio Oleiros, rindiendo así homenaje a esta emisora pionera creada por el Partido Comunista de España (PCE) durante la dictadura franquista.
La historia de La Pirenaica, que inició sus transmisiones desde Moscú el 22 de julio de 1941, cobra vida en la composición de Yoseba, que se inspira en imágenes de las instalaciones de la emisora y de un hombre sintonizándola durante el régimen de Franco. Optando por la paleta del blanco y negro, Yoseba rinde su tributo personal a esta «radio sin censura».
Este mural se suma a las contribuciones previas de Yoseba en Oleiros, donde dejó huella con una representación de su superabuela alfarera y la recreación de una romería antigua.

La Pirenaica surgió en los años oscuros de la dictadura franquista, cuando la libertad de expresión estaba asfixiada y las voces disidentes eran silenciadas.
Nació, pues, como un faro de resistencia que desafió el autoritarismo desde las ondas radiofónicas.
De la mano del PCE, esta emisora clandestina se erigió como un testimonio valiente de información y propaganda en un momento en que cualquier disidencia política estaba estrictamente prohibida.

Nacida en Moscú el 22 de julio de 1941 por iniciativa de Dolores Ibárruri, conocida como Pasionaria, La Pirenaica fue más que una emisora; fue una declaración de resistencia.
Su nombre buscaba eliminar la sensación de lejanía que podría haber sentido la audiencia española al saber que transmitía desde Moscú, convirtiéndose en un símbolo de unidad y resistencia ante la opresión franquista.

En un contexto donde el régimen de Franco monopolizaba los informativos a través de Radio Nacional de España, La Pirenaica se erigió como la principal fuente de información en la oposición.
Sintonizarla se convirtió en un gesto audaz de desafío al franquismo. Además de las transmisiones de La Pirenaica, emisoras oficiales de otros países europeos, como la Radiodifusión Francesa, la BBC o Radio Moscú, ofrecían a los oyentes la posibilidad de acceder a información libre y plural.

Ante la amenaza alemana durante la Segunda Guerra Mundial, la sede de La Pirenaica se trasladó de Moscú a Ufá y luego a Bucarest en 1955, donde estableció su emplazamiento definitivo.
A lo largo de los años, la emisora se adaptó y fortaleció su resistencia, utilizando técnicas innovadoras como las llamadas ondas volantes para sortear las interferencias de las autoridades franquistas.

La historia de La Pirenaica, conservada en sus archivos con más de 108.000 emisiones, es un testimonio invaluable de compromiso y resistencia.
Este legado no solo abarca sus programas, sino también las miles de cartas de oyentes, informaciones del PCE y materiales que sirvieron para dar vida a esta emisora clandestina.

Con la llegada de la democracia a España el 14 de julio de 1977, La Pirenaica emitió su último programa desde Madrid, transmitiendo la primera sesión de las Cortes que elaborarían la Constitución de 1978.
Su cierre marcó el fin de una era, pero su legado perdura como un hito de valentía y resistencia, recordándonos la importancia de desafiar la opresión y preservar la libertad incluso en los momentos más oscuros de la historia.
La Pirenaica no solo fue una emisora de radio; fue un faro de esperanza que resonó en la oscuridad, recordándonos que la verdad siempre encuentra su camino hacia la libertad. El mural de Oleiros da testimonio de ello.

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