Toni Garrido (Cadena SER): “A pesar de sufrir los envites de las redes sociales, la radio tiene una vida fantástica”

Toni Garrido

Toni Garrido (Felanitx, Mallorca, 1973) ha vuelto a la SER, a la que considera su casa desde que la pisó por primera vez con 18 años. La radio forma parte de su vida, es su “ruido de fondo” ya que, reconoce, genera unas emociones que no logran otros medios. Esta temporada se ha puesto al frente del segundo tramo del mítico Hoy por hoy, sustituyendo a Gemma Nierga, de la que ha “aprendido y disfrutado” durante “horas y horas”. Su apuesta para el programa pasa por una radio “muy al hilo” de lo que está ocurriendo y asegura que este momento es el mejor posible para volver al medio si tienes inquietudes periodísticas y “te gusta contar la vida”. Moticias de Gipuzcoa le ha entrevistado.



¿Cómo ha vivido su vuelta a la Cadena SER? ¿Cómo se siente?
-Muy asombrado con este proceso y con la complejidad de la radio. Asombrado de una profesión como la nuestra, que cada vez resulta más difícil y que pelea contra un entorno más hostil, donde la verdad y la información se camuflan en las redes sociales. Aunque si tienes inquietudes periodísticas y te gusta contar la vida, este es el mejor momento posible para volver a la radio.

¿Cómo se supera el fantasma que deja Gemma Nierga? ¿Qué pueden encontrar los oyentes en el Hoy por Hoy de Toni Garrido?
-Ese fantasma es motivo de orgullo y respeto. De hecho, no lo llamaría fantasma, esa figura es totalmente respetable y, en todo caso, tendría que agradecer las horas y horas y todo lo que yo he aprendido y disfrutado con ella. Y no hablo solo como profesional, también como oyente. Lo que proponemos nosotros es una radio un poco más elaborada, muy al hilo de lo que está ocurriendo, mucho más pegada a la actualidad. Proponemos un paso adelante y una mirada más a la vanguardia. A pesar de sufrir los envites de las redes sociales, la radio tiene una vida fantástica y, seguramente, es el medio que mejor va a vivir en esos rincones. Nuestra tarea es de compatibilizar la radio de toda la vida con la vanguardia.

La radio tiene parrillas parecidas a las de los 80, aunque Internet ha cambiado la forma de consumirla…
-La misma parrilla la seguimos emitiendo en un formato que aún sigue siendo muy útil, si bien no todo el mundo lo escucha a través de la aplicación. Es más, la mayoría de la gente escucha la radio en el coche, en casa, cocinando, etc. Los formatos pueden vivir de ese histórico de la radio, pero las formas no. Cualquiera que escuche el Hoy por hoy de 1987 se da cuenta de que los contenidos han cambiado porque la sociedad ha evolucionado y cambiado, pero son programas totalmente distintos por más que el continente sea igual.

¿Cuál es el secreto para que este medio enganche al público?
-En mi caso es que desde pequeño me caí en la marmita y he vivido la radio muy directamente. A mí no me concibes sin escuchar la radio. Por ejemplo, yo en casa cocino siempre con la radio, creo que si la apago, no me sé la receta. En mi vida, en mi entorno, la radio es el ruido de fondo. Te acompaña, genera sentimientos y emociones que no generan otros medios, una simpatía, una cercanía… La radio tiene otro tipo de relación, crea un vínculo con el oyente, vive de eso, pero también genera una relación entre quien la hace y el propio medio. La radio te informa, te entretiene, todo lo demás te distrae.

Después de cinco años fuera de las ondas, ¿vive ahora con más tensión la emisión de un programa?
-En estos cinco años he creado muchos programas de radio, podcast, he producido… He estado cercano al medio pero con cierta distancia y eso me hace tener un concepto mucho más amplio, nos ocurre a todos en esta profesión. Cuando tú te dedicas solo a pensar en un espacio concreto de tiempo, te concentras en esa parte. Y yo, en cinco años, he tenido la posibilidad de concentrarme en la otra parte, de ver cómo funciona el medio, y ese aprendizaje, prácticamente, me convierte en mejor creador y se tiene que notar en la radio ahora. Con una responsabilidad distinta, pero ahora lo vivo con la intensidad de que cada minuto debe ser importante y esa responsabilidad a veces no concilia bien con el sueño…

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