Teresa Viejo (RNE): «Echo muchísimo de menos el abrazo»

Teresa Viejo

Julián Alía le ha entrevistado para Diario Vasco:
Le pilló a Teresa Viejo (Madrid, 1963) el confinamiento por el coronavirus estando ya «confinada» desde el 1 de marzo. El motivo: escribir su próxima publicación. Dice la periodista que para ella estar en casa «no es un problema», aunque vive la situación con «fortaleza, resistencia, paciencia y confianza». «Para mí, estar confinada no es difícil. Tengo por costumbre apartar uno, dos o tres meses, y estar encerrada para poder escribir cuando toca», explica la autora de cuatro libros y otros tres ensayos. El contexto, en cambio, es ahora distinto: «Hay una situación de alerta personal, de una preocupación que no dejo que se convierta en miedo. El marco es desolador».



A su rutina, Teresa ha sumado hacer radio desde casa. Desde 2013, la madrileña presenta ‘La Observadora’ (sábados y domingos, 23:30 horas, RNE), un espacio de entrevistas que, dadas las circunstancias, se realiza a través del sistema de videoconferencias ‘Zoom’. Entre Teresa y el invitado no hay contacto físico, sólo una conversación visual previa a la grabación. «Echo muchísimo de menos el abrazo, porque crea una conexión muy especial. La energía de ‘La observadora’ es única, tiene que producirse en un lugar en el que solo estemos el invitado y yo», describe.

Con sus charlas radiofónicas, la locutora siente que la crisis sanitaria ha provocado una «mayor disponibilidad del tiempo». «Como si el reloj se hubiera desactivado. Estábamos sobreexcitados, todo iba muy rápido», reflexiona. El poder de la radio hace el resto: «La palabra tiene un poder para construir realidades grandes y universales. La televisión tiene otro ritmo, no sería capaz de captar ese espíritu».

Para Teresa, el valor fundamental de la entrevista está en escuchar. «La escucha es tan rica; es como si, de buenas a primeras, te fueran abriendo puertas que al principio estaban cerradas», añade. Pero también fomentar «la cultura de las preguntas, perder el pudor a preguntar». «A veces, las grandes preguntas son muy simples», opina.

Contar historias
La necesidad de contar historias, rememora Teresa Viejo, la llevó a estudiar Periodismo. «Sabía que quería contar historias y ni siquiera sabía que eso se llamaba periodismo. Me matriculé sin saber exactamente lo que significaba y tampoco entendía muy bien la gran responsabilidad social que tiene», recuerda.

Su trayectoria profesional comenzó en la emisora Radio Vinilo -tarea que compaginó dos meses trabajando con Jesús Hermida-, pero pronto se incorporó al mítico espacio musical ‘Rockopop’, donde entrevistó a grandes figuras de la música como Whitney Houston. En 1992 decide dar un paso más en su carrera y llama a María Teresa Campos para pedirle empleo en ‘Pasa la Vida’, el magacín que presentó la malagueña en las mañanas de TVE: «Era el programa estrella de la cadena. Me armé de valor, llamé a Teresa y le dije: ‘No me conoces, pero me gustaría trabajar contigo’. Me abrió las puertas de su programa. Fue una mujer muy generosa», cuenta.

En la década de los 2000, se adentró en el periodismo de investigación. Fue la única directora de la extinta revista ‘Interviú’, y se puso al frente de ‘7 días, 7 noches’, en la franja de ‘late night’ en Antena 3. «Este tipo de periodismo es el más difícil de sostener porque es caro de realizar y nunca resulta cómodo. Es ingrato, ocupa todo tu tiempo y termina canibalizando tu propia existencia. Sin embargo, es un sostén esencial en la salud democrática de una sociedad», reconoce.

Fue la curiosidad lo que le llevó a probar nuevos retos laborales, tan diferentes entre sí. «Cuando creo que lo que estoy haciendo ya lo conozco, tengo la necesidad de saltar a algo totalmente distinto; es una sensación física que me dice cuándo tengo que salir de un lugar», explica. Precisamente, ahora se dedica a estudiar «cómo funciona esa curiosidad en la sociedad» en la consultoría ‘El observatorio de la curiosidad’. «Es la fortaleza imprescindible en la ciencia», asegura.

Aparcado tiene, de momento, su regreso a la pequeña pantalla. «Cuando ya has conducido, dirigido, producido, o guionizado en televisión. ¿Qué me puede sorprender? Me falta guionizar una serie, eso sí que me apetecería», confiesa. Sin embargo, Teresa tiene claro qué le gustaría ser en un futuro: «Una vieja que escriba novelas de misterios junto al mar en una casa misteriosa».

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