Eldiadecordoba.es publica que el cofrade, músico y escritor Rafael Fernández Criado recuerda a las víctimas del coronavirus en un texto con partes cantadas y repleto de vivencias.
Cuánto hemos soñado con una bulla durante la pandemia, ¿verdad? Es la pregunta que en la tarde de este sábado, sobre las tablas del Gran Teatro, ha lanzado Rafael Fernández Criado, el pregonero de la Semana Santa 2022, la de los reencuentros, la que inaugura un tiempo nuevo. No ha habido una respuesta ruidosa en la platea como la que la cuestión merecía, pero las cabezas se han agitado y los rostros se han mirado tras las mascarillas. Porque sí, hay ganas de bulla. De incienso. De pasos. Y de música de bandas.
Todos estos anhelos y deseos, y muchos recuerdos, han impregnado el sentido pregón protagonizado por este cofrade de voz conocida, una de las más populares de la Semana Santa cordobesa como reportero del programa de Canal Sur Radio Paso a Paso. Músico, escritor y orador, Rafael Fernández Criado, desde luego, no le teme a la bulla, como ha dejado claro ante un atento auditorio que, ha asentido en silencio, desea vivir una Semana Santa como las de antes del coronavirus.
Y todos los recuerdos incrustados en la memoria después de tantas procesiones vividas han jalonado un texto en el que la poesía ha jugado un papel fundamental y por el que han paeado a San Rafael, San Fernando, Góngora, Fray Ricardo, Acisclo y Victoria, San Álvaro, Fray Albino o el Gran Capitán, nombres propios fundamentales en la historia de la ciudad.
“¿Quién me iba a mí a decir que pasaría a la historia por el capricho de un virus, dejando el pregón… sin decir?”, ha bromeado con sorna al inicio de la intervención, en la que también ha tenido unas palabras para “la sinrazón de la guerra de Ucrania, que ataca la paz y la libertad de un país soberano”.
Y, volviendo a la pandemia, ha dedicado la “primera levantá” de su pregón a todas aquellas persona que el virus “ha robado”. “Aunque los cofrades sabemos que la muerte es más que efímera. Que dura lo que dura una levantá a pulso. Porque Cristo volverá a resucitar, cuando subido en un borriquillo se pasee triunfalmente hasta la Catedral y repiquen las campanas de Santa Marina”, ha intentado consolar las pérdidas.
Fernández Criado, que ha incluido partes cantadas, ha tenido una mención especial para las madres, a quienes dedicó unos sentidos versos que recorrieron qué significa vivir el Domingo de Ramos, el Lunes Santo, el Martes Santo… Qué significa ser testigo del paso de la Borriquita, de la Sentencia o del Rescatado, la hermandad a la que, de alguna manera, le debe esta pasión, ya que sus padres, cuando niño, lo llevaban a la capilla los viernes de Cuaresma.
Y, ha confesado, su mirada aún le provoca un “escalofrío en el alma”. “Es tan intensa que a veces de niño sentía hasta rubor al verte. Hoy me avergüenzo incluso, pero… en esa boca entreabierta siempre hallé respuesta”, ha proclamado.
Ahora, de adulto, aquellos recuerdos de la infancia siguen permeando el presente. De ahí la importancia de que el sentir cofrade arranque a una edad temprana, ha animado. “Para un cofrade, uno de esos momentos que no olvidará nunca es cuando ve salir de casa a sus hijos, con su roquete y su sonrisa puesta. Y yo puedo decir que he visto a mis hijas vestir un hábito nazareno”, ha reconocido. Al otro lado de la puerta, entonces como ahora, espera la bulla.
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