Radio Valladolid en Onda Media, escuchada en Noruega

Es una especie en extinción. Si Félix Rodríguez de la Fuente se hubiera pasado de la fauna a la técnica radiofónica, ahora le podría haber dedicado un programa a este modo de propagación de la señal. Pero la Onda Media sigue ahí. Desde los tiempo en los que sólo existía la EAJ-1. De aquello han transcurrido 99 años. Casi un siglo. Con la wikipedia a la vista, podemos aprender que la manera fundamental de difusión de la OM es la onda de superficie, lo que determina la llamada área de servicio primaria. Un segundo modo de propagación es por medio de reflexión en la ionosfera o reflexión ionosférica que produce a su vez una denominada área de servicio secundaria. Dependiendo de la potencia, el área de servicio primaria puede ser desde unos pocos hasta cientos de kilómetros durante el día, y es mayor cuanto más baja es su frecuencia (frecuencias más bajas exigen mayor tamaño de antenas). En la noche, la propagación es mejor que de día, porque desaparece la capa D de la ionosfera que absorbe fuertemente las ondas medias durante las horas de sol. Con todos estos datos que les pueden resolver una partida de Trivial, vamos a la historia que nos ocupa.



Una historia que nos va a hacer viajar casi 3.000 kilómetros. Por carretera 2.901. 32 horas de coche con ferry incluido. Esa es la distancia que separa Sandnes, en Noruega, y Valladolid, de donde ha partido una señal radiofónica que ha sido captada por un aficionado que vive en el suroeste del país nórdico, en la costa del Mar del Norte. Y de eso nos hemos enterado porque este aficionado, que se llama Hans Ostnell se ha puesto en contacto con nosotros para demostrarlo. Y aportando pruebas, por cierto.

Ustedes, los oyentes, no lo saben, pero en las emisoras, de cuando en cuando recibimos notificaciones a través del correo electrónico de este tipo. Alguien nos cuenta cómo ha captado nuestra señal desde algún lugar más o menos remoto. Explica en qué condiciones lo ha hecho y pide que le confirmemos la recepción del mensaje. En este caso, el señor Ostnell que se define como un «entusiasta de la radio» que disfruta «de la recepción de estaciones de radio distantes», especialmente en la banda de onda media. Nos ha contado que vive en una pequeña comunidad «a unos 25 kilómetros al sur de la ciudad de Stavanger. Su trabajo también tiene que ver con el medio de alguna manera ya que se presenta como «operador de telégrafo de la emisora de radio costa Rogaland Radio», que sirve a buques en el Mar de Norte con «información marítima de seguridad y previsiones sobre VHF de frecuencia media».

Un receptor de los años 70
Nos ‘cazó’ el 30 de marzo, casi a la medianoche (lo que confirma esa explicación de la Wikipedia que han leído en el primer párrafo) y nos aporta otro dato que nuestra «estación» no es «regular en la frecuencia en el suroeste de Noruega», y nos muestra su sorpresa cuando captó la señal.

Como prueba de la recepción incluye un breve archivo de audio en el que se puede escuchar uno de nuestros indicativos «Estás escuchando – Radio Valladolid». Si quieren saber cómo sonamos en Noruega no tienen más que escuchar el siguiente archivo:

Nuestro nuevo oyente -no computa para el EGM, que sepamos- cuenta que la intensidad de la señal de la emisora era «moderada, pero clara», con «ligera interferencia de Radio San Sebastian en la misma frecuencia». Les perdonamos porque tienen unos pinchos casi tan buenos como los que hay en Valladolid. En el mensaje que nos ha hecho llegar también detalla que realizó la escucha en su casa, «en las afueras de la ciudad para evitar algunos de los ruidos y las interferencias eléctricas que siempre están presentes en las zonas pobladas». Y el detalle que pone la guinda a esta curiosa historia. Nos ‘cazó’ con un Drake SPR-4, un receptor con cinco décadas de vida a su espalda pero que «sigue funcionando excelente» y con una antena de cable de 300 metros de largo.

Hans además, es radioaficionado, y por si alguno de ustedes también lo es y tiene ganas de entablar conversación su identificación es LB6GG. Nos quedamos con la última frase de su correo electrónico: «Espero coger su estación de nuevo en el futuro». El año que viene Radio Valladolid cumple 90 años. Lo celebraremos con todos los oyentes, incluidos los más lejanos.

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