Radio Mujer, la emisora de Bafatá (Guinea Bissau) que nació de una ONG con origen sevillano

Carmen González escribe en ABC que Periodistas solidarios, con el apoyo de la Asociación de la Prensa de Sevilla, ha financiado dos escuelas, un centro de salud, vehículos sanitarios y de emergencias y maquinaria agrícola.



Fátima Binta (24 años) y Rugui Baldé (23 años) son dos jóvenes de Guinea-Bissau (África occidental) que este mes recorren las instalaciones de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla como dos estudiantes más. En su país trabajan como redactora jefa y directora técnica, respectivamente, en Radio Mulher (Radio Mujer) Bafatá, desde hace más de cuatro años. Es uno de los últimos proyectos que ha puesto en marcha la ONG Periodistas Solidarios, que comenzó a andar de la mano de la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) gracias a las inquietudes de un periodista de Fuentes de Andalucía, José Bejarano.

Pero hasta llegar a la actualidad, en la que son ya realidad dos escuelas, un centro de salud, una emisora de radio, vehículos sanitarios y de emergencias y muchos pequeños proyectos relacionados con la agricultura, hay un largo recorrido que comenzó cuando José Bejarano se trasladó hasta Candemba-Uri la aldea en la que nació Laovo Cande, un joven guineano que intentó llegar a Europa en cayuco, a través de las Islas Canarias, y que murió en el intento. Por entonces, el periodista fontaniego trabajaba para el diario La Vanguardia y fue tras la pista de una triste historia y una serie de reportajes que titularon ‘Muerte en el cayuco’.

«Recién llegado a la aldea, vi a una niña con la pierna en carne viva, se había caído de un carro y tenía la herida infectada. Llevaba un kit de primeros auxilios y la llamé para curarla. Cuando levanté la vista, había una fila de personas esperando para que las atendiera. No era médico, pero no dejé de pensar qué podía hacer para ayudarlos», cuenta Bejarano que desde entonces no ha parado de buscar vías de financiación y colaboración para mejorar la vida de una parte de la población de ese país, especialmente la de esa aldea.

Como ocurre en estos proyectos, José, Pepe como lo conocen en Candemba-Uri, no ha trabajado solo. Dice que se han ido sumando otras personas «sin las que no hubiera llegado a ninguna parte». Joao Filipe Jao, Egas, coordinador del proyecto en su país, vive en la aldea con su familia y es ingeniero agrónomo. Su encuentro fue casual, ya que el recepcionista del hotel donde se hospedaron cuando llegó por primera vez al país, acompañado por el fotógrafo Emilio Castro, al ver las dificultades con el idioma de los dos españoles, llamó a Egas que, después de estudiar tres años en Cuba, podía hacer de intérprete. Fue el principio de una relación que se ha convertido en familia 16 años después.

José Bejarano no puede citar a todas las personas que han colaborado hasta el momento pero asegura que sin la ayuda técnica de Juan Carlos Martínez, técnico de Canal Sur, Radio Mujer no existiría. Han participado también empresas, instituciones (Diputación de Sevilla, Mancomunidad de Écija y sus ayuntamientos, ONU) y muchas personas -en la ONG hay socios de toda España- desde que en 2009 la APS presentara un primer proyecto de ayuda ante la Agencia Andaluza de Cooperación.

Ya antes, Bejarano había vuelto a Guinea-Bissau para reunirse con los vecinos de la aldea. «A la primera reunión no asistió ninguna mujer y dije que era imprescindible que estuvieran», dice el periodista. Porque para él, desde el primer momento, el objetivo era facilitar la vida de las mujeres que son las que sostienen a la familia en el país. «Casi no hay hombres porque han muerto en diferentes contiendas o han emigrado, las mujeres están solas sacando a la familia adelante».

En esa primera reunión quedó claro lo que necesitaban de forma más urgente: herramientas para trabajar la tierra. Por eso el primer contenedor que llegó al país fue cargado de todo tipo de herramientas. A partir de aquí, a golpe de presentar proyectos en distintos organismos, fue posible actuar siempre con el objetivo de ayudar a las mujeres. «Construimos la escuela para evitar que llevaran a los niños cargados en la espalda cuando iban a trabajar al campo y el centro de salud para atenderlas especialmente a ellas y a los más pequeños».

La radio que empodera
Pero ha sido Radio Mujer el proyecto que ha supuesto un gran cambio en esta parte del país. «Ellas son grandes mujeres en nuestra sociedad, las escuchan y son famosas», dice Egas para explicar el cambio social que se ha registrado en los últimos años. El ejemplo más significativo es la emisora en la que trabajan 10 mujeres que ha servido para empoderarlas hasta hacerlas más visibles. Incluso él, que es un hombre formado pero conocedor de la sociedad en su país, tuvo dudas y «miedo» porque no saliera adelante el proyecto. Ahora dice estar «orgulloso de ellas».

Radio Mujer emite ocho horas diarias y es la primera emisora comunitaria -hay más de 100 en todo el país- en la que las trabajadoras tienen un salario. En la mesa de redacción preparan temas de salud, educación, infancia, mujeres, agricultura, derechos laborales, medio ambiente, deportes y, en sus contenidos, defienden la igualdad de género y los derechos humanos.

El proyecto va tan bien que se ha convertido en referente, es la emisora más escuchada de Bafatá por su variada programación, además está equipada con uno de los sistemas de emisión más modernos del país. «Un periodista de una emisora de esta ciudad nos dijo que era imposible que saliera bien, tres años después han contratado a tres mujeres», cuentan.

Y también ha servido para que una parte de las mujeres que han pasado por esta emisora de radio sigan estudios de Gestión Bancaria, Ciencias de la Educación, Derecho, Ciencias Políticas, Turismo, incluso una de ellas es secretaria del actual Ministro de Educación.

«Existía mucha discriminación hacia la mujer en mi país, ahora muchos hombres están cambiando de opinión, pensaban que las mujeres solo debían ocuparse de las labores domésticas, que no podían trabajar ni estudiar» explica Fátima Binta que, junto con su compañera, Rugui Balde, aseguran que hacer un curso en Sevilla es una «gran oportunidad porque volveremos a nuestro país con un título europeo».

Emigrar a Europa
Las dos jóvenes guineanas se han comprometido a volver y compartir los conocimientos adquiridos con sus compañeras de Radio Mujer. Un proyecto formativo que tiene continuidad y que, además, dará paso a uno nuevo que presentarán ante la ONU: crear en Bafatá una escuela de periodismo para asegurar el futuro de esta emisora.

«No queremos emigrar a Europa, solo quedarnos en nuestro país dando lo mejor», así se expresa Rugui. Y Egas asegura que para él el dinero no es importante, «tengo casa, familia y trabajo y quiero quedarme porque para mí lo más importante es el amor a Guinea». Es lo que en estos momentos les importa y saben que lo conseguirán gracias a un grupo de españoles, socios de la ONG Periodistas Solidarios, encabezados por José Bejarano y con el apoyo de la APS, que están dispuestos a seguir dándoles el impulso necesario.

Sin duda, Radio Mujer ha cambiado la vida de estas dos jóvenes que estaban destinadas a casarse, tener muchos hijos y pasar inadvertidas en la sociedad. Nunca pensaron que se hiciera realidad lo que no era ni un sueño, estudiar en una universidad europea y liderar un cambio que ayudará a muchas mujeres de su país.

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