Ràdio Illa se apaga: la emisora pública de Formentera se queda sin recursos para seguir pagando a sus trabajadores

Ràdio Illa

Pablo Sierra Del Sol escribe en eldiario.es que la asociación cultural que gestiona la radio no ha recibido todavía la subvención anual que le otorga el Consell Insular, clave para la viabilidad económica del proyecto. Desde la institución aseguran que el pago de la ayuda se aprobará en abril y no descartan “buscar otros modelos de gestión que sean viables”



Ràdio Illa corre serio peligro de dejar de emitir su programación. La caja de gastos de la emisora pública de Formentera está vacía. Los fondos se acabaron a principios de abril, fecha en la que, durante los últimos años, acostumbraba a llegar la subvención que le otorga el Consell Insular. En 2024, sin embargo, el ingreso se realizará más tarde que nunca. Aunque la ayuda pública está tramitada, todavía no se ha aprobado en el pleno de la institución. Como muy pronto, la votación se realizará la próxima semana, en una sesión extraordinaria.

La alternativa es esperar hasta el 25, día en el que se ha programado el pleno ordinario de abril. Sólo entonces, los responsables de Ràdio Illa dispondrán del aval necesario para solicitar una línea de crédito y, con ese descubierto, afrontar los gastos fijos de la emisora. Una carrera contrarreloj para intentar que los tres periodistas que elaboran los contenidos de De far a far –un magazín matinal que dura cuatro horas y se emite de lunes a viernes– puedan cobrar sus nóminas.

“Siempre ha habido una tensión de caja en marzo, pero este año la subvención va a aprobarse más tarde que nunca. Nosotros, por desgracia, ya hemos tenido que hacer recortes. Primero, con varios colaboradores. Después nos vimos obligados a aplazar el pago de la última nómina de uno de nuestros periodistas”, explica Álvaro Mendoza. Está siendo un inicio de primavera muy duro para el presidente de la Associació Cultural Audiovisual de Formentera (ACAF). Esta entidad sin ánimo de lucro se encarga de la gestión de Ràdio Illa desde 2008, cuando firmó un convenio con la institución.

Gestionada por una entidad sin ánimo de lucro
Es un modelo peculiar: “El edificio donde está el estudio, la infraestructura que utilizamos, todo es propiedad del Consell, que también paga el sueldo del técnico de sonido que trabaja aquí. Pero nosotros, ciudadanos que participamos voluntariamente en este proyecto, nos encargamos de contratar y pagar al personal, siempre en busca de una radio de calidad, en catalán, cercana y sin posicionamientos partidistas. En todo este tiempo nunca nos ha llamado un político, de la formación que sea, para hacernos un reproche. Así hemos conseguido que Ràdio Illa sea una referencia informativa y de entretenimiento en Formentera. Pero no podemos sostener esta situación mucho más porque venimos de un ejercicio con pérdidas. El año pasado manejamos un presupuesto de 140.000 euros, pero tuvimos 151.000 de gasto. Fue un desfase muy grande”.

Además de los 60.000 euros que aportó el Consell, ACAF consiguió otra subvención, autonómica, que le reportó 9.000 euros más. El resto de los ingresos –70.000– entraron por cuñas o anuncios en la página web de la emisora. Son los acuerdos comerciales, de hecho, los que han permitido a Ràdio Illa aguantar en pie este invierno. “Los anunciantes más fieles”, cuenta Mendoza, “nos adelantaron el pago de la publicidad de todo el año. Pero no es suficiente. No podemos olvidarnos de que el coste de la vida en esta isla ha crecido una barbaridad y nosotros no podemos mejorar las condiciones de nuestros periodistas si no recibimos más dinero del Consell. A finales de 2023, planteamos esta posibilidad al nuevo equipo de gobierno de Formentera. Nos dijeron que no”.

La institución que gobierna la isla manejará este año el presupuesto más grande de su historia: 43,5 millones de euros. Sin embargo, el dinero que irá a parar a Ràdio Illa será el mismo que en 2023. “Es cierto que nos plantearon ese aumento, pero no contemplábamos subir la subvención. Ahora estamos hablando con el interventor y el secretario del Consell para ver cómo podemos acelerar la burocracia que hay que realizar cada año [los técnicos reciben la documentación, la revisan, se la envían a intervención, y con el visto bueno pasa por votación plenaria] para tramitar la subvención. Algo puede hacerse e intentaremos mejorarlo de cara a final de año. Me sabe mal ver cómo pasan por estos problemas, pero tengo claro que la radio pública no parará”, argumenta Òscar Portas.

El Consell niega que la crisis de la institución afecte a la emisora
El conseller de Cultura dice que el retraso en los trámites no está relacionado con la crisis política que vive Formentera desde que Sa Unió, la coalición que ganó las elecciones, expulsara de su grupo al presidente Llorenç Córdoba, que sigue en el cargo sin interactuar con sus compañeros de gabinete. Portas explica que “la intención era votarla en el pleno de marzo”, pero que la propuesta de ayuda no entró “por poco”.

“Si Sa Unió hubiera convocado al ente [que regula la radio] a inicio de legislatura se habría podido prever la subida de la subvención en los presentes presupuestos. Gobiernan desde hace nueve meses y no sólo han dejado la misma asignación sino que no la han tramitado con la diligencia necesaria. De esa acción concertada dependen los sueldos de los profesionales de la radio pública de Formentera. Nosotros subimos la asignación durante la pasada legislatura y el 20 de febrero solicitamos por escrito que se reuniera el ente de gestión al ver que la situación era crítica”, replica Alejandra Ferrer, portavoz de Gent x Formentera, uno de los dos grupos de la oposición.

Portas responde: “El consejo de administración de la radio nombra nuevos representantes en cada legislatura. Cuando lo pusimos en marcha vimos que ACAF, que debía participar en representación del Consell d’Entitats, no estaba en ese ente porque no habían actualizado sus datos [en el registro de asociaciones]. Por eso no se han convocado reuniones hasta ahora. La semana pasada se subsanó ese contratiempo y ahora podremos sentarnos a definir qué modelo debe regir la radio pública de Formentera”. Según el conseller de Cultura, la institución está analizando las fórmulas de otras emisoras públicas de carácter municipal para ver si esos modelos alternativos serían viables en el caso de Ràdio Illa.

Un modelo único
“Pero siempre a través del consejo de administración y hablando con ACAF”, advierte Portas. “Nos dice mucha gente que no se imaginan Formentera sin Ràdio Illa”, reflexiona Álvaro Mendoza, “y creo que la clave es la participación ciudadana en su día a día. Es un modelo único que, aunque haya habido momentos difíciles (ninguno como este, ojo), el tiempo demuestra que ha funcionado: los socios de ACAF hemos sacado esta radio adelante durante los últimos quince años. Pero si lo que [por parte del Consell] se quiere es otra cosa, también me vale, así no tendríamos que ser nosotros quienes asumiéramos las masas salariales”.

La antigua sede del Ayuntamiento de Formentera fue el primer estudio de Ràdio Illa. Era 1986. Enrique García, uno de los técnicos del municipio, montó un aparato emisor, de 15 watios de potencia, para que sonaran a través de las ondas las voces de Joan Garau (maestro del colegio de Sant Francesc) y Carmelo Convalia (profesor de la Alianza Francesa y corresponsal, todavía en activo, para Diario de Ibiza). Los tres, García, Garau y Convalia, fueron los creadores de una emisora que, en los años noventa, pasó a estar controlada directamente por el Patronato de Cultura formenterense.

No fue hasta marzo de 2008, con el primero de los convenios firmados entre la ACAF y un Consell recién constituido, cuando se profesionaliza completamente un modelo de trabajo que bebe de la filosofía original de la emisora. Un espíritu que, hoy, está está en riesgo. Pepo Rubio, el coordinador de Ràdio Illa, lo definió así en el De far a far que se emitió el pasado 5 de abril, cuando Mendoza y él explicaron, en primera persona, el desierto que están atravesando.

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