Radio Clásica, cultura en las ondas

Radio Clásica

Iñaki Domínguez escribe en ethic.es que Radio Clásica, cadena de radio adscrita a Radio Nacional, fue así bautizada a partir de 1994, aunque existía ya con anterioridad con otro nombre, como el Radio 2 que usó entre 1981 y 1994. Su origen lo hallamos en la frecuencia de Radio Nacional en FM que surge a partir de 1957 y en la que se emitía una diversidad de contenidos, no solo música clásica.



Hoy en día, aunque emite, mayormente, música clásica, también ofrece al oyente otros estilos musicales con escasa difusión en grandes medios, como jazz, flamenco, zarzuela, ópera, fado o cancionero popular. En 2006, la emisora recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, otorgado por el Ministerio de Cultura de España.

Dicho esto, ¿qué ofrece Radio Clásica que no ofrecen otras? ¿Por qué nos interesa seguir escuchándola? Por un lado, abre una ventana a un tipo de música que no es la dominante hoy, haciendo que sea útil frente a un potencial olvido de la clásica. Al igual que rechazamos la extinción de especies animales por el mero hecho de que su desaparición empobrece los ecosistemas de la Tierra, difundir la clásica es algo bueno en sí mismo al servir para realzar y hacer presente un tipo de música cuyo momento dorado y grandes maestros han pasado ya a mejor vida. Su supervivencia es una forma de enriquecer nuestro panorama y horizonte cultural.

Por otro lado, la música clásica es la más compleja y sofisticada que existe. La música tiende a verse simplificada de modo llamativo en un proceso que se acelera radicalmente durante la segunda mitad del siglo XX y la primera parte del XXI, momento, este último, en que el referido proceso se precipita de modo extraordinario. Será cuestión de gustos el afirmar si la música previa fue mejor o peor que la actual, pero de lo que no cabe ninguna duda es que la actual música es infinitamente más simple en términos de instrumentación, notas, variedad, letras, etc. Por ello, no hay música alguna que se acerque siquiera a la riqueza de tonalidades, timbres, notas y sutilezas propias de la clásica. De este modo, Radio Clásica sirve, entre otras cosas, para el refinamiento del oído contemporáneo.

Hay que decir, además, que la música clásica representa, en gran medida, la base y fundamento de nuestra cultura actual y nunca está de más comprender adecuadamente cuales son las raíces de nuestras actuales formas de vida. Conociendo nuestra realidad pasada mejor comprenderemos nuestro mundo presente, como suele decirse. Además, la escucha atenta de este tipo de música permite un auto-reconocimiento del ciudadano como tal y no como mero consumidor, que es el rol casi íntegro –y la identidad– del sujeto moderno actual. Esto se debe al hecho de que la música clásica pertenece a un ámbito previo al actual, cuando el consumo no era la forma de relación y expresión que caracterizaba al hecho de ser humano.

Para terminar, nos remitiremos al valor puramente histórico de este tipo de música, pues pertenece a tiempos y siglos anteriores, sirviendo de referencia e hito histórico que puede hacer remitir a hechos de importancia ya pasados.

Nunca está de más comprender las relaciones establecidas entre figuras como Mozart y los miembros de la corte de Salzburgo; Ludwig van Beethoven y Napoleón; entre Friedrich Nietzsche, Richard Wagner y Luis II de Baviera; o entre muchísimas y riquísimas interacciones con gran valor histórico, puesto que, como es perfectamente obvio, la música se asienta (al igual que cualquier otra forma artística) sobre un fermento sociocultural que la liga y entrelaza con momentos históricos concretos y decisivos, haciendo de ella una manifestación más de los entramados religiosos, políticos, económicos y culturales que determinan los hechos de nuestra existencia.

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