Pepa Bueno (Cadena SER): «Siempre tiendo a pensar que la vida me va a situar frente a retos nuevos»

Mikel Labastida le ha entrevistado para El Correo:
Cuando a Pepa Bueno (Badajoz, 1964) le propusieron hace unos meses que dirigiera su programa -‘Hora 25’ en la SER- desde casa, mostró reticencias. «Pensé que no iba a ser capaz. Me gustan mucho las redacciones porque son una especie de incubadora de odios y de amores, pero también de conocimiento y exigencia. Prescindir de eso me parecía imposible, pero mis jefes, con mucha cabeza, me obligaron y funcionó», confiesa la periodista. «Tengo un equipo con el que llevo trabajando ocho años y esto ha demostrado lo bien que nos entendemos».

  • ¿Qué ha sido lo más complicado del teletrabajo?
  • Hay tantos teletrabajos como personas y circunstancias. Yo estaba en buenas circunstancias. Ha sido en una casa en la que todos éramos adultos, independientes y con responsabilidades muy concretas. Y en una casa con luz, que es fundamental. He contado confinamientos y teletrabajos más dramáticos. Lo que sí he hecho es disciplinarme para no estar trabajando todo el día.
  • ¿Cómo espera encontrar la radio cuando vuelva?
  • Tan viva como la dejé y como la estoy escuchando durante el verano. La radio es muy caliente, muy próxima, y en la pandemia se está demostrando. Permite recibir información precisa de largo alcance y a la vez ser ese sitio donde los oyentes plantean sus preocupaciones. La gente quería escuchar y escucharse.
  • Esta crisis le ha pillado en su mudanza de la mañana (dirigía ‘Hoy por hoy’) a la noche, ¿cómo ha vivido el tránsito?
  • Pensaba que iba a ser una temporada relajada. A nivel personal ha sido toda una experiencia volver a dormir por la noche. Como dice mi hija, esta ya es una casa como otra cualquiera, donde a las diez de la noche se puede hacer ruido y poner la tele. Durante siete temporadas no ha sido así. La radio de noche me ha permitido descubrir otro tempo, otra mirada. Por la mañana pones los carriles por los que va a circular la información durante el día y por la noche recoges. Ese horario permite quitar la hojarasca, quedarte con lo fundamental. Este tránsito ya lo hice en la tele cuando pasé de ‘Los desayunos’ al ‘Telediario 2’. Con la pandemia, no obstante, todo varió, se nos caían las noticias de la mesa.
  • ¿No le sentó mal entonces que la cadena decidiese intercambiarles las franjas a usted y a Ángels Barceló?
  • Soy muy presentista y me tomo muy bien los cambios, sobre todo si vienen así. ‘Hora 25’ es un bombón. Cuando llegué al ‘Telediario’ me decían que ya había alcanzado mi tope. Y yo imaginaba hacer aquello el resto de mi vida y me angustiaba. Siempre tiendo a pensar que la vida me va a situar frente a retos nuevos, esos que te ponen nerviosa, que te obligan a medirte. Y de momento así ha sido. He sido una privilegiada porque he podido hacer formatos muy deseados por toda la profesión. Me parecería inmoral hacer otra consideración. Conozco a muchos compañeros muy valiosos que no han tenido las mismas oportunidades que yo.
  • ¿La vida se ve diferente de noche frente al micrófono?
  • Por supuesto, la mañana es más dura, la noche te da opción de mostrar otros perfiles, son otras fibras las que se activan.
  • ¿Ya ha asimilado todo lo que ha pasado en este 2020?
  • No, porque todavía está pasando y va a ser largo. Se avecinan etapas duras, ahora nos enfrentaremos de verdad a las consecuencias económicas y ya veremos qué sucede con la crisis. En mi caso aún no he metabolizado lo que he vivido.
  • ¿Ha llorado en este tiempo?
  • Sí, lloré mucho el primer sábado que salí y viví los aplausos porque hasta entonces los había transmitido. Me han entrado varias lloreras ciudadanas, cuando he tomado conciencia de que nos estaba ocurriendo algo muy gordo. Lo mismo sentí el primer día que salí a hacer la compra y me encontré con un Madrid desierto.
  • ¿Y en antena ha conseguido dominar sus sentimientos?
  • Había que hacer un ejercicio de distanciamiento, contener tu propia emoción y tus miedos, para que fluyeran los de los otros. Pero ha sido inevitable que se mezclasen. Recuerdo una noche que entró en antena una enfermera para contar lo que estaba pasando cuando alguien moría solo, estábamos Jesús Maraña y yo y nos costó mucho continuar con el nudo en la garganta.
  • ¿Cómo profesional qué es lo que más le ha obsesionado en este tiempo?
  • Dar con la pregunta exacta, la que se estaba haciendo todo el mundo cada día, para encontrar las respuestas y a quien pudiera dárnoslas. Todos los días le pedía a mi equipo que buscásemos esa pregunta que preocupaba. Y luego mi obsesión constante es que el ruido no me tapone. Me pasa cada vez que me dicen de un tema que lo está hablando todo el mundo. Me pregunto si es relevante. Si tiene de verdad importancia en las vidas de las personas, eso es información. Otra cosa es que se quiera hacer entretenimiento informativo. En los medios hay espacio para todo, pero cada uno debe tener claro lo que hace.
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