Pepa Bueno (Cadena SER): “Los periodistas no debemos sucumbir a la presión de interpretar los hechos de acuerdo a los prejuicios de la audiencia”

Pepa Bueno

C.Moral le ha entrevistado para eldiadigital.es:
La periodista Pepa Bueno, directora del programa ‘Hora 25’ de la Cadena Ser, ha sido galardonada con el VIII Premio Internacional de Periodismo ‘Cátedra Manu Leguineche’, convocado por la Diputación Provincial de Guadalajara con la colaboración de FAPE, el Ayuntamiento de Brihuega y la Fundación de la Universidad de Alcalá de Henares.



La periodista recogerá el premio el próximo viernes en un acto en la Real Fábrica de Paños de Brihuega.
En una conversación con eldiadigital.es, Pepa Bueno se sincera, reconoce sentirse “abrumada” por el reconocimiento y elogia la figura de Leguineche como un “referente” para varias generaciones de periodistas en nuestro país. Bueno también analiza los desafíos a los que se enfrenta el periodismo hoy y aunque elude opinar sobre sobre polémicos temas de actualidad política, reivindica que la opinión de los periodistas “sigue estando más valorada” que la de las periodistas.
Pese a todo, es “optimista” con el futuro de la profesión y considera que el periodismo “debe ser percibido como un instrumento útil para las sociedades democráticas”.

  • ¿Cómo te sientes al recibir este galardón?
  • Muy contenta y abrumada. Manu Leguineche es un referente para varias generaciones de periodistas en España. Cuando me anunciaron el premio, fui a mis libros para recuperar “El camino más corto” y leerlo una vez más. Me recuerda a mí misma cuando era una periodista jovencísima y la pasión por descubrir el mundo que me impulsó a dedicarme al periodismo. Es un premio que produce mucha satisfacción porque lleva el nombre de alguien que es referencia. Asociar mi nombre al de él me da mucha alegría.
  • El jurado ha valorado tu compromiso con la libertad de expresión y los derechos de los periodistas. ¿Es posible ejercer el periodismo con independencia y absoluta libertad de expresión hoy en día pese a las presiones de la política y de los agentes sociales?
  • El periodismo o es independiente o es otra cosa. Propaganda, publicidad u otra cosa. El periodismo, para ser periodismo, debe tener la voluntad de contar honestamente lo que está pasando a tu alrededor. Si no se da esa condición, no es periodismo. La sociedad es un cruce de intereses siempre. Todos sabemos que todos los medios reciben de los agentes sociales presiones, pero la cuestión no es recibirlas, sino soportarlas y no sucumbir. En la actualidad hay otro riesgo motivado por un feedback inmediato de nuestro trabajo en las redes sociales, y corres el riesgo de sucumbir a la presión de quienes te piden una interpretación de los hechos que se ajuste a sus prejuicios. De esta presión se habla menos, pese a su importancia en este momento. El ejercicio del periodismo consiste en aprender a gestionar las múltiples presiones que forman parte de la vida de la sociedad en general y del periodismo y a defenderte de ellas para ejercer tu trabajo con honestidad.
  • Tú has sido víctima en numerosas ocasiones de acoso a través de las redes sociales. ¿Cómo has vivido esos episodios?
  • Efectivamente, soy una pionera en soportar ese acoso. Al principio, sorprende mucho. El colmo fue un día en que me asomé a mis redes y vi que había muchísimo movimiento por algo que yo había dicho en un programa en el que no había estado. Alguien dijo que yo había dicho y el resto siguió. Yo soy usuaria de algunas redes sociales y he tenido que aprender a obtener lo bueno, las críticas valiosas y tratar de navegar sobre el odio o la basura. Es la nueva plaza pública y tienes que tratar de que no te influya. Aprender a no estar respondiendo porque entonces la agenda no la marcas tú sino quienes pretenden hacer ruido y embarrar.
  • El jurado del prestigioso galardón también ha tenido en consideración tu denuncia de la falta de reconocimiento de las mujeres como fuentes de autoridad en los medios de comunicación. ¿En qué momento estamos ahora mismo en cuanto a igualdad?
  • Se ha avanzado mucho. Yo llegué a las redacciones en los años ochenta y desde entonces han cambiado muchas cosas en la misma medida en la que han cambiado en la sociedad española. La más importante, a mi juicio, ha sido la mirada de género que las periodistas más jóvenes han echado sobre la realidad. Antes, los temas de mujeres eran temas de mujeres. Ahora, los temas de mujeres son de toda la sociedad. En eso, las periodistas más jóvenes han tenido un papel fundamental. Además, hemos ido ocupando espacios donde antes no estábamos. Por ejemplo, una de las fronteras que más se nos resistía era la de la opinión. Sin embargo, la opinión no consiste solo en emitirla, sino en que te la reconozcan y, en ese sentido, es mucho más habitual que en las redes se retwiteen opiniones de hombres alabándolas y, en cambio, las mujeres que opinan soportan una presión y un acoso insoportables en la que de una manera muy viejuna se las pone bajo sospecha siempre. Se las trata con diminutivos, se las pone bajo sospecha por su aspecto, su edad, o con quién han estado casadas. Reproducen sobre ellas todos los estereotipos de la discriminación.
  • La nueva crisis económica está volviendo a azotar a los medios de comunicación con cierres, despidos y reducciones salariales. ¿Cómo afecta esto a la calidad del periodismo que se hace?
  • Yo disfruto mucho de este oficio y me parece que es el mejor oficio del mundo, como decía García Márquez. Lo he vivido con mucha pasión y me siento una privilegiada, pero también creo que este trabajo se remunera con dinero, con salarios dignos, y no con el argumento de la vocación. La falta de solvencia afecta a la independencia, lo ha hecho históricamente, pero en la actualidad existe otro riesgo para el periodismo y es la presión que ejercen los ciudadanos que no quieren que su medio de referencia le cuente noticias que no le gustan o interpretaciones de la realidad que no coinciden con su manera de mirar el mundo.
  • Pero normalmente los ciudadanos acuden a los medios que se corresponden con su ideología…
  • Pero estamos muertos los periodistas si ocurre eso. Que uno tenga preferencia de medios es natural y otra cosa es que le exija a ese medio que solo le dé una interpretación de la realidad que se ajusta a sus prejuicios. Hablar en nombre de todos los ciudadanos es muy difícil y es normal que tengan preferencias y elijan un medio u otro. El problema es exigirle a ese medio que solo te cuente la realidad que se ajusta a tu manera de ver el mundo. Y el problema es que el periodista entre en eso. El periodista se puede equivocar, pero nuestra actitud ante las cosas tiene que ser la honestidad de tratar de contar los hechos. Históricamente, en España ha habido medios de comunicación con distintas líneas editoriales, pero los hechos eran los hechos y se contaban igual en uno que en otro. Y luego estaba la visión y la interpretación de cada medio que daba a esos hechos. Esa es la línea editorial, pero los hechos son sagrados. El mayor peligro que tenemos es adecuar los hechos a lo que creemos que le va a gustar a nuestra audiencia. Eso es letal para el periodismo.
  • ¿Cómo nos despojamos los periodistas de esas etiquetas que nos relacionan directamente con un determinado partido político o con una ideología? -Haciendo el trabajo todos los días. Los periodistas no disponemos de campañas para cambiar nuestra imagen y no podemos dedicar el tiempo a estar desmintiendo todo lo que se dice de nosotros. Al final, es muy agotador. Cuando se ejerce un periodismo honesto, el problema de las etiquetas no es tuyo, sino de quien te la pone. Hay que aprender a convivir con eso que ha existido siempre y aprender a gestionarlo y navegar por encima.
  • ¿Cuál debe ser el papel que ejerzan los medios de comunicación en los tiempos de polarización que corren? ¿Qué responsabilidad social tienen?
  • Creo que los medios de comunicación tienen una responsabilidad social. Nuestro papel es el mismo que ha sido históricamente, solo que en un contexto más difícil. En el mundo occidental, las democracias liberales están azotadas por una polarización terrible y una división que divide el mundo en dos maneras de mirarlo. El papel del periodismo ahí es ser valiente con los hechos y contarlos. Luego viene el análisis y la opinión, pero nuestro muro de defensa son los hechos y el contexto en el que se producen.
  • ¿Piensas que Radio Televisión Española está a la altura de lo que debería ser un medio de comunicación público de servicio a la ciudadanía o que se está abusando de ella para hacer propaganda gubernamental?
  • Yo creo que en Televisión Española hay brillantes profesionales y grandes periodistas que están dejándose la piel en hacer información veraz. No puedo opinar como cuando estaba dentro, pero cuando veo los telediarios, los veo completos, ambiciosos y llenos de grandes profesionales y que buscan los hechos.
  • ¿Cómo valoras la creación por parte del Gobierno de una comisión que vigilará la información que se difunde en los medios de comunicación?
  • Esa pregunta tiene una respuesta en dos partes. En primer lugar, la desinformación es un gravísimo problema al que nos enfrentamos y solo hay que estar en el mundo para comprobarlo, tener los ojos abiertos, desde el Brexit hasta las elecciones de Estados Unidos. La desinformación es, por lo tanto, uno de los problemas de nuestro tiempo y hay que abordarlo. De eso no tengo ninguna duda. Ahora bien, esa orden que el Gobierno publica en el BOE sin explicación previa es una orden lo suficientemente ambigua para que no esté claro lo que se persigue y cómo se va a perseguir. Era tan ambigua y se publicó sin explicación previa, que la gestión de ese mecanismo de desinformación fue penosa y nefasta. Por eso, a los profesionales nos saltaron las alarmas. Yo espero que eso se concrete en algo de manera más exhaustiva para que podamos volver a opinar. Si lo que se persigue es la desinformación, el peligro para la seguridad nacional de injerencias extranjeras, que lo pongan muy clarito por escrito.
  • ¿Consideras que es el Gobierno el que debe ejercer ese control de la desinformación?
  • Es que depende. Yo creo que cualquier asunto que se vaya a controlar que ni siquiera roce el derecho a la información o la libertad de expresión no puede estar solo en manos del Gobierno. Yo lo llevaría al Congreso de los Diputados o a un organismo mixto con profesionales y representantes del Congreso.
  • ¿Crees que los medios han estado a la altura a la hora de informar sobre la pandemia? ¿Cómo ha cambiado la profesión en estos tiempos?
  • A mí me ha preocupado mucho la encuesta del CIS que coloca a la prensa por detrás del Gobierno en pérdida de valoración durante la pandemia. La pandemia nos sorprendió a todos y nos obligó a reconfigurar nuestro medio de trabajo. Los medios hemos tenido que hacer una adaptación como los ciudadanos, brutal, inmediata y rápida. De hecho, yo he hecho la radio en casa y tenía mucho miedo a que eso limitara mi mirada o la empequeñeciera. Mi impresión personal durante la primera parte de la pandemia fue que hicimos una tarea fundamental de información en un momento de mucha incertidumbre y mucho miedo ante algo que no conocíamos. Los medios hicimos un enorme esfuerzo por tratar de entender qué pasaba y trasladarlo a nuestras audiencias. En la radio hubo otro componente que para mí fue muy importante. Yo tuve plena conciencia de que en aquel momento los oyentes necesitaban información y también compañía. Escucharse y escuchar al otro. En medio del dolor que provocaban las muertes diarias y los enfermos, la sensación de que estabas haciendo algo útil era una pequeña satisfacción.
  • ¿A qué atribuyes esa pérdida de confianza en los medios de comunicación?
  • Nos falta perspectiva para analizarlo, pero creo que tiene que ver con esta confusión que hay. Se le llama periodismo a todo y el periodismo es una profesión que tiene unos protocolos para acercarse a la realidad, contar hechos y luego analizarlos y opinar. Pero aquí lo fundamental son los hechos. Luego hay info-shows que son espectáculos de entretenimiento que incluyen algo de actualidad, están los impactos que recorren las redes, los bulos, la desinformación… y creo que de esa confusión salimos muy perjudicados y que los periodistas tenemos que ser valientes señalando a qué no nos dedicamos nosotros y quienes no tienen que ver con nosotros. Nuestro oficio es muy concreto, consiste en contar lo que pasa con honestidad. A mí me preocupa muchísimo que la pandemia limite el acceso a determinadas informaciones.
    El otro día, el Consejo de la Transparencia y Buen Gobierno se quejaba de la dificultad que tenía para acceder a información del Ministerio de Sanidad. Eso me preocupa, el no tener acceso a los datos y que los datos no sean buenos.
  • ¿Cómo valoras que en las ruedas de prensa del Gobierno se priorice siempre a los mismos medios de comunicación?
  • En el comienzo de la pandemia, cuando se hacían ruedas de prensa increíbles y no se podía preguntar directamente al Gobierno, ahí estábamos haciendo nuestro trabajo y quejándonos al Gobierno. No queremos preguntar por persona interpuesta, sino directamente. Yo creo que todos los medios tienen que tener la oportunidad en una situación como esta de preguntar al Gobierno. Supongo que todos no pueden ser a la vez, pero sí en ruedas de prensa sucesivas.

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