Pedro Espadero, el autor de la Hoguera de San Juan de Alicante dedicada a la radio

Enrique Bolland escribe en La Vanguardia que Pedro Espadero homenajea en la hoguera oficial a los periodistas radiofónicos de Alicante, algunos de los cuales cuentan a La Vanguardia su relación con las Fogueres de Sant Joan.



Uno lleva media vida oyendo sus voces. Las reconoce al segundo de escucharlas, más fácilmente que las de algunos familiares. Son, para muchos, el contacto cotidiano más veraz y cercano con la realidad exterior. Y, durante el confinamiento causado por la pandemia del coronavirus, esas voces de la radio adquirieron un valor extraordinario para muchos que lo vivieron en una soledad impuesta.

Así lo entiende Pedro Espadero, el artista autor de la hoguera oficial de Alicante de estas Fogueres de Sant Joan 2023, Geoda, que junto al monumento quiso reflejar su homenaje a los periodistas radiofónicos de Alicante, que escuchaba en la quietud solitaria de su taller. Están los actuales y algunos de sus predecesores, como el fabuloso Vicente Hipólito -«háganme el favor de ser felices»- o Raúl Álvarez Antón, gran «radiofonista», como le gustaba ser llamado y como reza la calle que lleva su nombre en el barrio de San Blas.

Están los actuales y algunos de sus predecesores, como el fabuloso Vicente Hipólito -«háganme el favor de ser felices»-
Hoy, pocas horas antes de la fiesta grande de Sant Joan, de la cremà purificadora en la que arderán los monumentos -el primero esta Geoda que atrae la curiosidad de los turistas en la plaza del Ayuntamiento- hemos querido conocer cómo cuentan y viven la fiesta algunas de estas estimadas y estimables voces de la radio local.

Juan Carlos Gumiel se recuerda con apenas 7 u 8 años portando el pesado banderín de la hoguera Pío XII, «luego lo hicieron más liviano», sonríe. Alicantino de cuna «y defensor a ultranza de todo lo nuestro», Gumiel recuerda que en la COPE, su emisora, «antes teníamos muchas más horas de emisión local (algo que tienen en común todas las radios) y emitíamos programas específicos dedicados a las Hogueras y a la Semana Santa».

El plantel de «expertos» era amplio. «Lo iniciaron mis maestros radiofónicos: José María Roselló, Rafa Rodríguez, Paco Vigueras… y luego me quedé yo al cargo», afirma Juan Carlos, que bromea: «casi metemos en la RAE el concepto de mascletólogo», en referencia a los sesudos análisis que los entendidos realizan tras cada disparo pirotécnico de los que se efectúan a las dos de la tarde en la Plaza de Luceros.

Gumiel las ha visto de todos los colores desde su privilegiada posición durante la mascletá. «Cada día es un milagro», apunta, «se concentran miles de personas, a veces casi a 40 grados, y es difícil mantener el tipo; recuerdo una entrevista muy simpática en la que el invitado no pudo más y se nos desmayó, el desaparecido y grandísimo Manolo Escobar, que lo tuvimos media hora al sol, al pobre».

«Recuerdo una entrevista muy simpática en la que el invitado no pudo más y se nos desmayó, el desaparecido y grandísimo Manolo Escobar», cuenta Gumiel
En ese punto, la Plaza de Luceros, se citan todos en la semana de fiestas. Carlos Arcaya, al frente de las mañanas de Radio Alicante (SER), Luz Sigüenza, en Onda Cero; y Denis Rodríguez, conductor del magacín local de COPE, realizan sus programas en medio del bullicio del centro neurálgico de las Fogueres.

Los tres tienen algo en común, que comparten con la mitad de la población de esta ciudad tan cosmopolita: son hijos adoptivos de Alicante, pero tan arraigados como solo puede estarlo aquel al que su profesión ha puesto en contacto con todo lo que una ciudad ofrece: grandezas y miserias, tragedias y alegrías.

Hasta el punto de que Luz Sigüenza, que acudió muy peripuesta a su primera cremà en Florida-Portazgo, recién llegada a Alicante, sin saber que los bomberos la iban a remojar de la cabeza a los pies, en 2022 fue nada menos que presidenta del jurado encargado de elegir a la Bellea del Foc. «No sabía lo que era la banyá, me acorralaron contra una pared y me pusieron perdida; fue mi bautismo literal en las hogueras», cuenta.

De aquel bautismo a su consagración como presidenta del jurado de la elección han transcurrido más de veinte años, y Luz ha trabajado «siempre» en la semana de Hogueras, de modo que conoce muy bien la fiesta por dentro… sin haber podido participar con la despreocupación del festero de a pie. «Me gustaría poder vivir un año la cremá con tranquilidad, porque cuando la vives trabajando no es igual; estás pendiente de todo, de cualquier cosa que puedas contar, las reacciones de unos y otros, si no hay ningún incidente… me gustaría volver a disfrutarla en la calle con la gente, mojándome con los bomberos como aquella primera vez».

«No sabía lo que era la banyá, me acorralaron contra una pared y me pusieron perdida; fue mi bautismo literal en las hogueras», recuerda Luz Sigüenza
Todos recuerdan, como explica Luz, los tiempos en que se pisaba más calle, «no se recurría tanto al teléfono, y había que acercarse a toda velocidad al barrio donde estuviera la hoguera ganadora», para recoger la eufórica reacción de los festeros. O cuando tocaba seguir la ardiente quema de la hoguera oficial desde el balcón del Ayuntamiento, como le tocó a Carlos Arcaya, recién llegado de su Vitoria natal en el 93: «Aquello me impresionó, la magia del fuego de la que se habla; lo había visto por la tele, pero cubrir la cremà fue espectacular».

Carlos recuerda la sabiduría de Raúl Álvarez Antón, «que se lo sabía todo», o de José María Roselló, colega de la COPE. Entre los incidentes que ha vivido en primera persona, recuerda el año en que la peculiar voz ronca del concejal Pamblanco exclamaba «¡esto no se quema ni a cañonazos!» mientras un recién elegido alcalde Alperi trataba de calmar a una concurrencia indignada ante una hoguera oficial que se resistía a arder.

Entre las figuras de la fiesta, Carlos Arcaya rememora la figura de Ramón Marco y la veneración que se le profesaba, «como si fuera Dios»
Entre las figuras de la fiesta, Arcaya rememora la de Ramón Marco y la veneración que se le profesaba, «como si fuera Dios», o a Pedro Soriano, que sufrió la caída de algún que otro remate, y a Ildefonso Prats, querido jefe de Bomberos, «un tipo muy particular, entrañable, que juntaba su parte de foguerer y la de profesional». Personalmente, de las fiestas se queda con los monumentos que, aprovechando su condición de runner, a veces visita a la carrera.

Denis Rodríguez también llegó de Euskadi, es donostiarra, pero vive en Alicante desde el 86, cuando apenas contaba trece años, así que sus primeras fiestas aún las vivió desde la fascinación infantil y el asombro ante el espectacular colorido de los monumentos. Ya en la radio, en la COPE, con Gumiel conduciendo el programa de la mañana, el sufrido inalámbrico de la mascletá fue su primer destino fogueril.

Denis Rodríguez recuerda con cariño a Manuel Ricarte, el presidente de la Semana Santa alicantina, que falleció una noche de junio en plenas fiestas
Denis recuerda con cariño a Manuel Ricarte, el presidente de la Semana Santa alicantina, muy vinculado también a las hogueras, que colaboraba cada día en el programa y falleció una noche de junio en plenas fiestas. Como muchos alicantinos, de joven disfrutaba más con la banyà, pero con el tiempo ha ido apreciando otros aspectos de la fiesta, como el desfile de bandas -«la ofrenda se me hace larga»- y la fiesta en la calle: «de noche, ya no; ahora por la tarde, que por algo los de los 70 fuimos los inventores del tardeo».

Y es que Denis pertenece a la generación que disfrutó de los conciertos gratuitos y de la barraca popular, costumbres que pasaron a mejor vida: «Alicante debe ser una de las pocas ciudades que no tiene conciertos gratuitos municipales durante las fiestas; es una pena, aunque luego haya una buena programación en verano», lamenta.

Y vuelve a lo suyo, al micrófono, a renovar -como ‘Gumi’, como Luz, como Carlos- ese pacto cotidiano con cada oyente, con cada persona que, como Pedro Espadero en su taller, les entrega su escucha, a ratos su atención, a cambio del preciado regalo de una amable compañía.

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