Olga Marset (ex Cadena 100 entre otras), periodista y experta en comunicación: «Si todos supiésemos escuchar más y mejor, todo sería más sencillo»

Olga Marset

Vivirediciones.es le ha entrevistado:

  • Buenos días, Olga. En estos momentos, gran parte de nuestra actualidad está sin duda condicionada por el covid-19. Parece inevitable comenzar preguntándote: a nivel personal, ¿cómo has vivido este último año? ¿Cómo estás en estos momentos?
  • A nivel personal, un poco montaña rusa. Tengo a mi familia lejos y a mi abuela, por ejemplo, no la veo desde el verano pasado o a mis padres desde Navidad. Entonces, echo muchísimo de menos poder verles. Aquí en Madrid es verdad que tengo muchos amigos, pero ya voy arrastrando estos meses y necesito ver a mi familia.
  • A nivel profesional, estoy muy agradecida. No me está faltando el trabajo ni las clases, entonces estoy eternamente agradecida con la gente que confía en mí. Me gusta saber que las cosas funcionan y que cuando se hacen con profesionalidad y cariño… tarde o temprano tienen que funcionar. A veces, un alumno me dice: “Jo, Olga, la cosa está muy mal en periodismo para entrar a televisión. Y yo les digo: “Si aguantas, si tienes el foco bien puesto, saldrá. Tiene que salir. Y, al final, sale”. Entonces, estoy muy contenta con las clases porque ellos entran de una manera y salen de otra. Además, están encontrando trabajo. Con mis cursos siento que estoy cerrando un círculo después de tantos años en la comunicación.
  • Efectivamente, tienes una extensa carrera como periodista y presentadora de televisión. ¿Qué te llevó a introducirte también en el sector de la docencia con tu propia Escuela de Comunicación? ¿Cómo fueron esos inicios?
  • Yo creo que todo en la vida pasa por algo. Empecé con 16 años a trabajar en “Los 40 Principales” y después, con 20 años aproximadamente, salté a la tele. Estuve mucho tiempo trabajando delante de la cámara, como presentadora y reportera. Es cierto que esta es una profesión muy inestable y, después de presentar “Las Mañanas” de Canal Extremadura, estuve un año sin que sonara el teléfono. O lo que sonaba no me convencía mucho, porque tengo las ideas muy claras sobre lo que quiero hacer.
  • Durante este año en el que mi vida paró, me puse a escribir en una hoja lo que me salía de dentro sobre comunicación. Me salieron diez hojas y dije: “¿qué hago ahora con esto?”. Era mi experiencia y la tenía que compartir, así que empecé a dar clases con esas diez hojas. Llamé a la Universidad Rey Juan Carlos y, ayudada por que me conocían de la tele y de la radio, empecé a dar clases. Luego he dado clases en másteres universitarios de la URJC, la Francisco Vitoria, la Camino José Cela…
    Me acuerdo de que mi primer alumno me dijo: “Olga, he aprendido más contigo en cuatro horas que en cuatro años de carrera”. Y dije: “aquí hay algo”. Empecé de una manera muy tonta, pero yo creo que tenía que ser tarde o temprano el dar clases y compartir la pasión por la comunicación.
  • Todas las personas nos comunicamos en nuestro día a día y es una parte esencial de las relaciones sociales, laborales… ¿Cómo ves que se valore la comunicación actualmente?
  • Afortunadamente, cada vez se le da más importancia a la comunicación y a la escucha. Yo enseño a comunicar y a escuchar. Si todos supiésemos comunicarnos bien, la vida sería mucho más fácil. Si todos supiésemos escuchar más y mejor, todo sería más sencillo. ¿Y por qué no lo hacemos? Porque no nos han enseñado. Es sentido común, son herramientas que todos tenemos dentro pero, al no enseñarnos, desaparecen. Son cosas que tenemos dentro y yo lo que hago es sacarlo. Entonces, se le da muchísima importancia a la comunicación en todos los aspectos.
    Yo lo que trabajo no es solamente la comunicación con las personas, es que te entiendan, que te comprendan, que entiendan tu idea o tu proyecto. Yo enseño a que seas tú mismo, con todas las consecuencias. Ahí está lo chulo, ¿no? Ser tú mismo al comunicar y que no tengas miedo a compartir con los demás lo que piensas, opinas y sientes: ahí es cuando uno se vuelve en equilibrio, en una persona creíble. Cuando piensas una cosa, opinas otra, sientes otra… acabas haciendo algo totalmente distinto. Entonces, yo enseño a que busques tu equilibrio y luego lo sepas expresar. Pero tienes que tener claro quién eres, cómo eres, qué piensas, qué opinas y, luego, dejar que salga todo sin ningún tipo de miedo. Yo no solo enseño técnicas como vocalizar o tener mayor dicción —que las enseño y es muy importante—, sino a que todo eso encaje.
  • ¿Cuál dirías que es uno de los mayores retos a los que te has enfrentado o que has superado con éxito?
  • Cada vez que empiezo un curso, para mí es un reto. Son alumnos nuevos, viene gente de toda España… es una responsabilidad. Quiero decir, viene gente a Madrid a que yo les dé clase con muchísima ilusión, expectativas y ganas de aprender. Para mí es una gran responsabilidad y un reto cada vez que empiezo.
    En cuanto a la tele y la radio, también empezaba cada programa como si fuera un reto. Yo me reseteo cada día. Cada día es un reto y me gusta que haya estos retos en mi vida.
  • ¿Cómo habéis vivido en la Escuela de Comunicación la adaptación y los cambios exigidos por las restricciones sanitarias del covid-19?
  • Durante la pandemia, ya me empezaron a pedir clases online, algo que yo no daba porque me gusta presencial. Cuando salimos del confinamiento, por suerte no me faltó trabajo. No sé si la gente pensaría: “De perdidos al río, me apunto a clases, me formo… “. Al final, está siendo un buen momento para reinventarse a nivel profesional y continuar avanzando.
    Entonces, lo bueno que tienen mis cursos es que somos muy poquitos alumnos. Son cursos muy exclusivos donde nunca he cogido a más de seis personas y ahora lo he rebajado a cinco. Estamos todos con nuestras mascarillas y solo se la pueden quitar en el momento en que se ponen delante de la cámara. Por supuesto, hay una distancia prudencial y tenemos todo muy controlado.
  • Sin duda, más allá de la crisis sanitaria, el covid-19 está derivando en una profunda crisis económica y social para muchas empresas. De hecho, el sector de la comunicación está siendo muy afectado aunque no tenga tanta visibilidad. En tu opinión, ¿cómo ves el futuro del sector periodístico?
  • Cada vez somos más conscientes de que lo sencillo es lo que funciona; lo humano es lo que funciona. Principalmente en el periodismo televisivo, hemos dejado de lado el encorsetamiento. Antes la televisión era mucho más rígida, tenía que ser todo perfecto, el presentador no se implicaba… Ahora todo eso empieza a perder el sentido. La tendencia en comunicación periodística y televisiva es hacia la normalidad, a que somos personas, a personalizar lo que contamos… Entonces, siempre digo: “Personaliza. Pon alma en lo que cuentas”. Esto se aplica tanto si quieres reunirte con tu equipo de empleados como si tienes que hablar ante una audiencia, ante una cámara o un micrófono. Deja tu sello, deja tu marca.
    Para mí, la tendencia es a humanizarnos un poco más. Ahora en tiempos de covid-19 cuanto más humanos somos, todo es mucho mejor.
  • «El objetivo en la vida es ser feliz. ¿Dónde eres feliz? ¿Cuál es tu sitio? Cuando uno lo encuentra, no lo puede abandonar, por muchas piedras que haya en el camino»
    En vivir Ediciones, colaboramos con varias universidades en la formación práctica de alumnos y alumnas de periodismo y otros estudios afines. ¿Qué mensaje le lanzarías a estos futuros comunicadores?
  • Que sientan lo que quieren hacer; no que lo piensen, que lo sientan. Si tú realmente sientes que este es tu sitio, no te muevas de ahí. Pon bien el foco de tu vida: qué quieres hacer realmente, cuál es tu objetivo. Al final, el objetivo en la vida es ser feliz. ¿Tú eres feliz haciendo tele? ¿Eres feliz haciendo radio? ¿Eres feliz escribiendo en prensa? ¿Dónde eres feliz? ¿Cuál es tu sitio? Cuando uno lo encuentra, no lo puede abandonar, por muchas piedras que haya en el camino. Ahora, si sientes que no lo es… Cambia, busca tu sitio.
    Mi consejo es: buscad vuestro sitio porque lo tenéis. Cada uno de nosotros tenemos asignado un sitio en la vida. Puede ser dirigir, presentar… Puedes dedicarte a lo que sea que, cuando lo encuentres, vas a ser feliz y el trabajo va a venir solo. Todo va a ser mejor y mucho más productivo. Entonces, que sientan realmente lo que quieran hacer y lo que no. Y que vayan a por ello. Yo soy poco de pensar, y más de sentir.
  • El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para mirar todo el camino recorrido y reivindicar los aspectos en lo que aún se puede avanzar en materia de igualdad. A nivel de la sociedad general, ¿cuáles son los avances que más has notado en los últimos años?
  • Cada vez vamos avanzando más, dando pasos poquito a poco. Sin prisa pero sin pausa. Todavía queda muchísimo por avanzar, pero por ejemplo ya no extraña ver a una mujer dirigiendo, entrenando a un equipo de fútbol… Circunstancias que no deberían ser extrañas. Está costando un poco, pero a nivel laboral poco a poco se va normalizando todo. Todavía queda más educación, muchísima más educación desde que somos pequeños, pero sí que se nota un cambio, del cual me alegro enormemente.
  • Centrándonos en el mundo de la comunicación, ¿has notado algún cambio en la cantidad de alumnas o los puestos profesionales que aspiran a ocupar?
  • Es cierto que hay más chicas que chicos, pero esto ya era así cuando yo estudié periodismo. Siempre ha habido más chicas que chicos en esta carrera. Es verdad que nosotras somos más comunicativas y también se nos da mejor la escucha. Somos más empáticas, aunque no sé si eso tendrá algo que ver. En periodismo siempre ha habido más mujeres que hombres, pero espero que eso cambie. En cuanto a la Escuela, antes tenía muchísimas alumnas y ahora cada vez tengo más chicos. Les diría que se animen: la comunicación es buena para todos, para ellos y para ellas.
  • Mirando ahora al futuro, ¿qué destacarías como pendiente para continuar avanzando en la igualdad de género?
  • La comunicación desde que somos pequeños y la escucha. Valores como la empatía, la asertividad… Que desde pequeños nos enseñasen inteligencia emocional. Quiero decir, que sepamos lo que sentimos para poder comunicarnos con el otro y que el otro me entienda. Uno de los grandísimos problemas que luego pagamos cuando somos adultos es que no nos han enseñado a reconocer nuestras emociones ni a expresar lo que opinamos o sentimos. Entonces, desde aquí reivindico educar a los niños, desde muy pequeños, en comunicación, escucha y valores. Con eso, tendríamos un gran terreno ganado.
    De pequeños, nos hacen muchísimos exámenes escritos pero muy pocos orales. No nos enseñan a “hablar en público”, aunque no me gusta esa expresión: yo lo que enseño es a comunicar en público; hablar, hablamos todos. Me gustaría que desde pequeños nos enseñasen no solo las técnicas, sino a ser libres, a tener libertad de pensamiento; a saber pensar y argumentar lo que pensamos, y a expresarlo. Y también a saber escuchar. Lo que ocurre es que, al no saber escuchar, no tenemos respeto por lo que piensa la otra persona. Es un tema bidireccional, es el paquete completo: te enseño a dar y también a estar abierto a recibir lo que el otro te quiera dar, te quiera contar. Esto sirve para todo: parejas, hijos, trabajo… para todo.
  • Últimamente estamos viviendo unos acontecimientos excepcionalmente difíciles: Filomena, la crisis social y económica o el coronavirus, del que ya se habla de una cuarta ola… Ya sabes cómo funciona lo de poner nombre a las tempestades. Si viniera otro fenómeno meteorológico arrollador, ¿cómo lo llamarías?
  • “El despertar”. Durante la pandemia, yo decía: “si estás despierto, aprenderás”. Cuando nos pasa algo tan fuerte como esto, tenemos dos opciones. Por un lado, mirar hacia fuera y que nuestros pensamientos sean: “no quiero que me esté pasando esto” o “esto es un drama”. Y realmente es un drama, pero, ya que nos está pasando, párate. Piensa en ti, cómo es tu vida, qué quieres, cómo quieres mejorar. Siempre nos quejábamos de que no teníamos tiempo, y entonces lo tuvimos. Hay una frase que me gusta mucho que dice: “si miras hacia fuera, sueñas; si miras hacia dentro, despiertas”. Estamos demasiado hacia afuera, demasiado ocupados haciendo cosas. Para, para. Los cursos que yo imparto son un regalo para parar.
  • Para finalizar, como sabes, nuestros periódicos son leídos diariamente en la Comunidad de Madrid, Ciudad Real y Sevilla. ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a nuestros lectores y lectoras?
  • Lo primero, que no dejen de leeros. Y, después, que sigan entrenando su comunicación y su escucha. Es algo que te ayuda a subir muchos escalones en la vida. Necesitamos gente que piense, que sea auténtica, que se arriesgue a ser una misma. Yo siempre digo que para ser comunicador tienes que ser valiente, y tienes que ponerte al servicio de los demás.



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