Miguel Mena: «Pesa mucho la sensación de dejar atrás un oficio que amo»

Miguel Mena

El escritor y locutor pone fin a 38 años en antena en Radio Zaragoza-Cadena Ser e iniciará nuevos proyectos literarios desde su refugio del Moncayo. Antón Castro le ha entrevcistado para heraldo.es



Miguel Mena (Madrid, 1959) ponía el viernes 12, desde ‘La Ventana de Aragón’, punto final a 38 años ante el micrófono en Radio Zaragoza-Cadena Ser. Una despedida deseada que ha hecho correr ríos de tinta en los medios de comunicación. Es difícil encontrar un periodista tan querido y ecuánime en los programas en los que participó y en los que condujo: ‘Parafernalia’, ‘La Fonoteca’, ‘Estudio de Guardia’, ‘A vivir Aragón’, ‘Economía’ o ‘La Ventana de Aragón’. Fue tan curioso como atento con los oyentes y generoso con los compañeros, especialmente con los que iniciaban su carrera. Ha hecho de todo, aunque sus pasiones han sido la información general, la cultura (especialmente la música, es un melómano incesante, y la literatura). Premio de Novela Ciudad de Málaga, también posee Miguel Mena la Medalla de Santa Isabel de Portugal y es Hijo Adoptivo de Zaragoza, la ciudad de sus amores, a la que describió en muchos de sus libros: desde ‘Vinagre en las venas’ a ‘Canciones tristes que te alegran el día’, pasando por ‘Piedad’, ‘1863 pasos’ o las ficciones del policía Mainar.

  • ¿Qué supone dejar la radio tras 38 años en las ondas?
  • Siento un choque emocional muy fuerte y algo de vértigo. Es un cambio deseado, pero pesa mucho la sensación de dejar atrás la parte más importante de mi vida y un oficio que amo. Uno de los mayores privilegios que puedes tener en la vida es trabajar en lo que te gusta.
  • ¿Qué imágenes o instantes se le vienen a la cabeza?
  • Muchos: las noches de radio musical, el ‘Estudio de Guardia’, los programas en exteriores, que son una descarga de adrenalina. Pero estos días sobre todo recuerdo a los compañeros que fallecieron cuando aún tenían mucha vida por delante: Enrique Calvo, Rosa Serrano, Pedro Sevilla, Bustar Gil, Mariló Madrid, Cachi Torres…
  • ¿Había fantaseado de joven con ser locutor de radio?
  • Heredé de mi madre la afición a la radio y sí, a los 14 o 15 años ya empecé a soñar con ello.
  • ¿Por qué vino a Zaragoza y entró en Radio Zaragoza?
  • Zaragoza era la ciudad de mis veranos de infancia, en casa de mi tía Pili, en la calle Nuestra Señora del Agua. Mi prima Pilar se enteró de que hacían pruebas para nuevos locutores en Radio Zaragoza, me llamó y me presenté… y hasta ayer.
  • Hizo de todo, y empezó en la música. ¿Qué fue ‘Parafernalia’?
  • ‘Parafernalia’ era un programa musical en el que introducía algunas píldoras de lo que siempre me ha definido: los juegos de palabras, las paradojas, los listados temáticos de canciones, el humor blanco y, para qué negarlo, los chistes malos.
    «Y de las personas de Aragón, me gusta su carácter hospitalario, acogedor, generoso; que sean comedidos, que amen lo suyo sin excluir lo demás ni creerse los mejores del mundo»
  • ¿Quiénes le enseñaron las claves del oficio, quiénes le dieron los mejores consejos?
  • En radio musical fueron imprescindibles Cachi, Ángela Garrido, Sandro D’Angeli, Pedro Elías, María José Bernard y Coralie Arteche. Eran muy diferentes y de todos aprendí algo. En radio de informativos y magazines, me guiaron compañeros como Enrique Calvo, Mari Carmen Pino, Lisardo de Felipe, José Juan Chicón, Joaquín Gazo, Jesús Gimeno… pero tendría que hacer una lista más extensa con quienes vinieron detrás de mí porque he aprendido muchísimo de los más jóvenes, de los que ahora mismo llevan las riendas de Radio Zaragoza: un equipo excepcional.
  • Ha recorrido Aragón de punta a punta. ¿Cómo somos, qué le ha dicho o qué le dice esta tierra?
  • Lo primero que me fascina de Aragón es el paisaje, lleno de contrastes, impactante. Me encanta hacer kilómetros y kilómetros, a pie, en bici, en coche; sigo descubriendo rincones que me impresionan. Y de las personas, me gusta su carácter hospitalario, acogedor, generoso; que sean comedidos, que amen lo suyo sin excluir lo demás ni creerse los mejores del mundo.
    «Cuando escribo sigo un planteamiento similar al que utilizo para un programa de radio: busco diversidad, claridad y amenidad; eso es lo que intento. Por otra parte, la curiosidad es el motor que me mueve en todo lo que hago»
  • ¿Qué le debe el escritor al locutor y al periodista de radio?
  • Mucho, muchísimo. Cuando escribo sigo un planteamiento similar al que utilizo para un programa de radio: busco diversidad, claridad y amenidad; eso es lo que intento. Por otra parte, la curiosidad es el motor que me mueve en todo lo que hago.
  • ¿Se atrevería a decir en qué consiste la magia de la radio?
  • En la familiaridad: el oyente te adopta como parte de su entorno cotidiano. La radio es lluvia fina que cala hondo. Es cercanía, es compañía. Su magia es su naturalidad.
  • ¿Qué proyectos le esperan ahí fuera, al otro lado del camino?
  • Mi intención es seguir trabajando en temas relacionados con la comunicación, en todos sus aspectos, desde el periodístico al literario o el audiovisual.
  • ¿Será ahora más que nunca el Moncayo lugar de sus ficciones?
  • Es obvio que soy un enamorado del Moncayo, es mi refugio, el lugar donde encuentro paz, serenidad y belleza. No es un territorio muy extenso, pero cunde muchísimo y aspiro a seguir utilizándolo como escenario para ficciones y también para contar realidades.
  • ¿Cómo le gustaría que lo recordasen los radioyentes?
  • Como una persona amable.

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