Miguel Ángel Monedero apura los últimos meses delante del micro de Radio 7

Miguel Ángel Monedero

Miguel A. Pardo escribe en deia.eus que hay gestos o decisiones que cambian por completo toda una vida. Miguel Ángel Monedero, hace 38 años decidió emprender una aventura en el mundo de la radio de la mano de Radio Santurtzi tras escuchar un anuncio en el que esa emisora buscaba locutor.
Algo que era totalmente ajeno a los estudios de electrónica que había cursado, pero, a veces, a la pasión no se le pueden poner diques.
Finalmente, Monedero fue seleccionado para ejercer de locutor en dicha emisora y, sin saberlo, el 14 de diciembre de 1985 comenzaba una trayectoria que, hoy, 38 años después, vive sus últimos meses.
“Empecé en Radio Santurtzi haciendo información deportiva. Iba a los campos de fútbol de regional… Y una noche de Navidad, que los jefes no estaban, los dos que estábamos allí empezamos a poner música y a hablar entre canción y canción.
Hicimos radiofórmula sin permiso y nos cayó una buena bronca”, rememora.



Barakaldo revive la década de los 80 en una fiesta
Pasado un tiempo, de Radio Santurtzi pasó a SUR 20 Radio y allí fue donde los responsables de Radio 7 escucharon al locutor con su peculiar estilo y decidieron contratarlo para dar vida y voz a Radiomañanas, el programa que desde las 11.00 horas saca el tono pícaro, vacilón y cercano a cada jornada.
“En estos 38 años que llevo en la radio, el público ha cambiado mucho. Antes la mayoría de mis oyentes eran mujeres y, ahora, está más o menos equilibrado.
Quizá esto sea por el tono que utilizo. La gente busca cercanía, porque, ahora, para escuchar música tienes muchas aplicaciones”, reflexiona Monedero.
Antiguamente, esto no era así y había personas que intentaban grabar las canciones que se ponían en la radio…
Pero con Monedero era imposible, ya que entre las canciones siempre se cuelan sus comentarios. “Creo que no he dejado una canción entera sin hablar en mi vida”, reconoce entre risas este barakaldarra que también estuvo varios años apareciendo en televisión de la mano, sobre todo, de Tele 7.

Tímido fuera del estudio
Pero sin lugar a dudas es en la radio en el medio en el que más cómodo se encuentra Monedero. De hecho, se puede decir que muta cuando se pone delante del micrófono, puesto que la persona tímida, vergonzosa y reservada da paso a un personaje que, con tono jocoso, también cuenta muchísimas cosas que le ocurren. “A veces me oigo y creo que se me va un poco la pinza, aunque sé muy bien hasta dónde se me puede ir. He hablado de mi vida en antena, he contado muchas cosas… Y todo lo que cuento es verdad, no hay nada inventado, aunque sí hay algunas cosas que exagero”, explica el locutor barakaldarra.

Ese gusto por su labor diaria es, posiblemente, la clave de que Monedero vaya a cumplir el próximo jueves 38 años delante de los micrófonos. “Me gusta muchísimo lo que hago y en los malos momentos personales que me ha tocado vivir por diversas circunstancias, la radio ha sido una terapia porque, además, notas el cariño y el aprecio de la gente y eso te impulsa. Hubo mucha gente que me ayudó en esos momentos tan difíciles y, ahora que estoy mejor, intento ayudar yo a los demás. Cuando alguien te escribe contando que está pasando una mala racha y que tú, con tu trabajo le estás ayudando a estar un poco mejor, pues eso es la leche”, desarrolla Monedero, quien en 2020 recibió el Jolín Saria que otorga Barakaldo en reconocimiento a su dilatadísima trayectoria profesional. Precisamente, en aquella gala de entrega de premios que tuvo lugar en Barakaldo Antzokia quedó más al descubierto el Miguel Ángel Monedero persona, el que es más allá del estudio de radio. “Yo soy timidísimo y aquel día pasé mucha vergüenza. Me hizo muchísima ilusión y lo valoro, pero lo pasé muy mal. Lo mismo me ocurrió con el pregón de Poza de la Sal, el pueblo de mis padres”, reconoce.

A lo largo de estos 38 años ha recibido diversos reconocimientos, pero, sin lugar a dudas, uno de los que más ilusión le hizo fue aparecer en el libro Populares Barakaldeses de Carlos Ibáñez López. “Fue todo un honor que Carlos pensase en mí para salir en ese libro tan precioso que hizo”, rememora el locutor de radio, cuya voz ha sido y es la banda sonora matinal de muchas personas en Ezkerraldea. “A veces, cuando hay gente que me dice que ha crecido escuchando mis programas o gente que me escuchaba hace veinte cuando estudiaba y que ahora sigue, alucino. Para mí 38 años es mucho tiempo, pero para muchas personas yo llevo ahí toda la vida al otro lado del transistor. Muy mal lo tienen que hacer otros para que decidan escuchar lo que yo hago”, señala entre risas.

Sin lugar a dudas, además de su pasión por la radio, una de las claves para mantenerse en las ondas tras casi cuatro décadas reside en el apoyo de la audiencia y de sus jefes. “Les estoy muy agradecido a mis jefes porque siempre me he sentido apoyado por ellos y eso no es nada fácil”, reconoce este barakaldarra que, durante 17 años también puso música todos los fines de semana en el emblemático bar La Granja, en el centro de Bilbao.

Cansancio
Adora la radio y, sin lugar a dudas, su vida no habría sido igual si en 1985 no hubiese intentado entrar en Radio Santurtzi como locutor tras escuchar aquel anuncio, pero la decisión de jubilarse está más que tomada y meditada. “El motivo es el cansancio. Trabajo en lo que me gusta y es todo un privilegio, pero son cuatro horas en las que estoy a tope, a hacer muchas cosas a la vez y cuando salgo a las tres de la tarde estoy mentalmente agotado”, reconoce.

De cara a lo que serán sus últimos pasos en esta larga carrera que se ha fraguado, tampoco le da demasiadas vueltas. “¿Que si he pensado cuál será la última canción que ponga? Ni idea, porque un día te acuestas e, igual, no te levantas”, asegura. Tan crudo como real. Lo que sí tiene absolutamente claro es que “aquí nadie es imprescindible y que quien me tome el relevo lo hará muy bien y la audiencia se acostumbrará a esa voz”, concluye Monedero, la voz radiofónica de las mañanas en Ezkerraldea.

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