Menchu Álvarez del Valle quería ser actriz pero llegó a ser “el hada” de las ondas

Menchu Álvarez Del Valle

En La Nueva España leemos que Álvarez del Valle, que inició su carrera en 1947 en Radio Oviedo, logró éxitos rotundos como “Rumbo a la gloria”.
Su voz fue la más popular en la radio asturiana desde los años 50 hasta los 80. Menchu Álvarez del Valle se coló en las casas y en la memoria de varias generaciones enganchadas a su voz de corte clásico y confección dúctil en programas como «Coser y cantar» y Música y poesía».



Contó Álvarez del Valle a La Nueva España cómo fueron sus inicios como integrante del cuadro del Grupo de Teatro de Educación y Descanso: «Aquello de pasear por la calle Uría arriba y abajo buscando un ligue me parecía muy aburrido. En ese cuadro, precisamente, conocí al que sería mi marido. Un día, uno de los hermanos Toyos, de Radio Asturias, nos vio ensayar y dijo: qué bien lo hacéis, ¿queréis repetirlo en la radio? Y nos fuimos a hacer una obra. Estuvimos como un mes haciendo cosas. Y de ahí pasamos a Radio Oviedo, donde teníamos la ventaja de que no había medios, así que podíamos crear los programas que quisiéramos. Teníamos la cabeza echando humo permanentemente a la busca de ideas. Y ahí entra en escena mi hermana Marisol (Del Valle, futura voz imprescindible de Radio Nacional en Madrid). Con 9 años la llevé para que participara en un cuento infantil, El hada ilusión, creado por mí. Ella ponía voz al conejito, a la ratita…».
Yo soy el hada ilusión y os quiero transportar a un país maravilloso, mágico, donde todos los sueños se cumplen. El maravilloso y mágico país de la radio donde se cumplía el sueño de una joven que llegaba ingenua y entusiasta del cuadro de teatro.

El 1 de enero de 1947 entré como locutora en plantilla de Radio Oviedo. Así resumía su periplo: Al principio fue Radio Oviedo FT22, luego La Voz del Principado, Radio Oviedo, Red de Emisoras del Movimiento, La Voz del Principado, Radio Oviedo de nuevo, Radio Cadena y Radio Nacional de España. No salió de la calle Asturias, número 9, quinta planta, en Oviedo.

Había nacido en Santander pero no tardó muchos años en vivir en Asturias. En realidad, quería ser actriz, pero se encontró con el rechazo de sus padres, que si apoyaban por completo que sus hijas hicieran de la voz una herramienta de trabajo: En la radio me dejaban mis padres. En el teatro no porque creían que era un burdel.

Nunca perdió su amor por el teatro: llegó a ser Doña Inés con el reputado Carlos Lemos, de paso por Oviedo, en un programa, y grabó discos en asturiano poniendo voz a Telva en «Las aventura de Pinín».

Siempre citó como gran guía profesional a Paco Arias de Velasco, fundador de La Nueva España y director de Radio Falange. El primer sueldo que tanto la ilusionó y motivó fue de 200 pesetas al mes. Todo vino rodado a la creadora del hada ilusión: «Coser y cantar», un programa pensado para las modistillas en tiempos en los que tantos talleres ofrecían una oportunidad para hilvanar trabajos. Su popularidad traspasó fronteras pero su prioridad la familia; le hizo decir que no a un ofertón para irse a trabajar a Venezuela cuando hizo gala de prestancia y oficio en el Festival de Cine de San Sebastián, una edición por la que pasaron René Clair, Anouk Aimeé, Eva Marie Saint o Frederick March. Lo tenía muy claro: «Si hago lo que quiero donde quiero, soy la mujer más afortunada del mundo. Además, tenía a mi marido y a mis hijos. No necesitaba aventuras».

En su largo e intenso periplo profesional, la periodista que luego sería abuela de una Reina periodista hubo momentos para todos los gustos. Ella solía recordar una anécdota protagonizada, guiños del destino, por los futuros suegros de su nieta: «Era la primera visita de los Reyes a Asturias. Directo para toda España. Preparó un parlamento de 3 minutos, que era lo que estaba previsto. Se retrasaron y tuve que improvisar hasta 20 minutos. Conté todas las mentiras del mundo, describí el paisaje, inventé pancartas y cánticos. Acabé sudando, pero contenta. Cuando trabajas te traspones. Cuando el Rey fue al Ayuntamiento de Oviedo, siendo alcalde Félix Serrano, yo era la única mujer haciendo información. Juan Carlos desapareció en un momento de la ceremonia a la que yo estaba atentísima. Sentí que me picaban en el hombro, me volví un segundo, vi una cara conocida y dije: «Qué hay, y era el Rey. Al día siguiente me saludó por mi nombre en el Reconquista».

Otro momento hilarante: «Siempre me salían tacos, en una ocasión dije -leche puta de vaca- en vez de -leche pura de vaca-«.

Lectora y escritora de poesía, admiradora y amiga de Alfonso Camín, la mujer que puso voz en asturiano a la llegada al aeropuerto de Asturias, recordaba que cuando nos llegó el primer vinilo, «Los chavalillos de España», lo mirábamos con adoración. Yo asistí al nacimiento del hilo magnético, y si se rompía teníamos que volver a grabar, después llegó el magnetofón pequeñito». Y hacía un leve reproche a los nuevos tiempos: Lo que sí noto es que antes en las comunidades autónomas hacíamos más radio, ahora son un poco poste repetidor y apenas tienen programación regional. El 13 de febrero de 2013 recibió junto a Marisol el Premio Nacional de Radio, otorgado por la Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España.

«A veces, confesó en cierta ocasión, tenía la sensación, cuando estaba sola en el locutorio, de estar un poco loca, hablando conmigo misma. La radio es creatividad permanente, no contábamos las horas que estábamos allí, hacíamos 14 o las que fueran, y todos éramos amigos y compañeros. Había mucha unidad, y nos encantaba lo que hacíamos. A mí me hubiera encantado ser actriz, y la radio me permitió desarrollar tambiénn esa faceta emitiendo obritas. Era pura creatividad».

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