Luis del Olmo cumple 85 años: «Yo nunca he trabajado. Lo que he hecho ha sido divertirme con el micrófono delante»

Luis Del Olmo

Y Paloma Barrientos le ha entrevistado para Vanitatis: El mítico locutor de radio nos habla de su familia y sus proyectos, y opina sobre temas de actualidad como el divorcio de la infanta Cristina o el exilio de don Juan Carlos.



Luis del Olmo ha cumplido 85 años y lo ha celebrado con la familia. Su esposa Merche, la mujer de su vida, sus tres hijos, Luis, Jorge y Enrique, y los nietos se reunieron en Barcelona para felicitar al padre y abuelo. El periodista, que estuvo 30 años al frente de ‘Protagonistas’ y 50 en diferentes emisoras, sigue en activo y recorre los pueblos de España en unas jornadas poéticas. Montse Martí, la hija de Montserrat Caballé, le acompaña en estas actuaciones.

La radio sigue en su vida y mantiene los dos museos que abrió en Roda de Bará y en Ponferrada con aparatos antiguos. Son los únicos del mundo en manos de un ciudadano privado. El robo de 15 millones del que fue su hombre de confianza y amigo prefiere no mentarlo. Está agradecido a la vida por tener salud y no entiende a la gente que “va sin mascarillas y nos pone en peligro a todos”. Durante años, su ‘Estado de la nación’ radiofónico era un termómetro en clave de humor de lo que pasaba en la calle. La comparecencia en el congreso con los políticos en activo le asusta: “Miras la prensa y lo que dicen y te vuelves loco”.

  • ¿Cómo te encuentras?
  • Estos días, regular porque he tenido una complicación con las muelas, que están dispuestas a fastidiarme. Estoy esperando a que se resuelva este contratiempo para volver a mis paraísos, que son Roda de Bará y Ponferrada, en El Bierzo.
  • Desde hace un tiempo te dedicas a recorrer España recitando en unas jornadas poéticas.
  • Por la pandemia, lo tuvimos que dejar, pero volvimos. Una vez al mes o más voy por los rincones de España recitando a Neruda, a Lorca, a Murciano, a nuestros poetas. Me acompañan Montsita, la hija de Montserrat Caballé, que es una soprano fantástica, y un pianista. Estoy entretenido y descubriendo gente espléndida. Lo hacemos en iglesias, en plazas cuando el tiempo lo permite, teatros… Y me siento más cerca de lo que he hecho siempre.
  • Nunca te has retirado totalmente de la vida pública. Sigues trabajando.
  • Te diré que yo nunca he trabajado. Lo que he hecho ha sido divertirme con el micrófono delante, con unos compañeros esplendidos y diciendo “buenos días, España” durante los 50 años que he estado en la diferentes empresas en las que me contrataban.
  • ¿Echas de menos la radio y los madrugones?
  • Echo de menos todo: cuando sonaba el despertador de madrugada, el camino a la emisora, el encuentro con el equipo, con los colaboradores… Ahora suena a las 8, cuando el despertador me dice: “Luisito, ya has dormido suficiente, arriba”.
  • ¿Cómo es un día en tu vida como jubilado activo?
  • Me gusta pasear por Barcelona, ir a Roda de Bará, en Tarragona, que es mi segunda casa. Me gusta ir a Ponferrada, donde tengo un montón de aparatos de radio en el museo y que muestran la trayectoria y el patrimonio de España. En Roda de Bará hay otro. Los dos me mantienen más activo que nunca. Y, por supuesto, me gusta pasar tiempo con mis hijos y mis catorce nietos. Sigo escuchando a mis compañeros de la radio, leyendo la prensa y estando al día de lo que pasa en nuestra querida España y fuera. Ahora, pendiente de que los rusos y los americanos se pongan de acuerdo y nos dejen tranquilos.
  • Siempre con Merche, tu mujer.
  • Si no viene ella, yo no me muevo. Es mi compañera de vida. Tuve la fortuna de encontrármela en mi camino. Me hace feliz constantemente.
  • ¿Puede ser que ahora le estés devolviendo el tiempo que no le diste cuando estabas en activo?
  • Ya te digo que no sé moverme ni hacer nada sin la compañía de Merche y sin su permiso. La muchacha que conocí en Santa Marta de Ortigueira, con la que me casé, manda y ordena mucho. Llevamos casados casi 50 años y doy gracias a Dios por estar con ella.
  • ¿Alguno de tus catorce nietos quiere seguir tus pasos?
  • No van por ahí ninguno de ellos y ahora uno de mis hijos, que ha estado siempre en la radio, lo ha dejado y ha montado, aquí en Barcelona, COH, un restaurante con una carta espectacular y totalmente recomendable.
  • Has cumplido 85 años. ¿Cuál sería el resumen de este tiempo?
  • Soy un hombre con una vida privilegiada por haberme dedicado a lo que más me gustaba. Se cumplió el sueño de un chaval que nació en Ponferrada y llegó a conectar con millones de españoles. Mi calendario de vivencias es enorme y soy feliz.
  • ¿Catalunya está ahora más tranquila, con menos manifestaciones y complicaciones callejeras?
  • Afortunadamente, sí. En estos momentos, Barcelona y Catalunya están muy vivas, muy felices y muy hermosas, que es como tienen que estar.
  • ¿Qué tendrían que hacer los políticos para estar al servicio de los ciudadanos y no de pelea continua?
  • Tener sentido común y escuchar al ciudadano de a pie. Las cosas irían mucho mejor para todos.
  • La pandemia revolucionó el mundo y dicen que los buenos se volvieron más buenos y los malos, más malos.
  • Eso ha sido siempre así, con covid y sin covid. No echemos la culpa al virus. Era inimaginable que el mundo se cerrara, que tuviéramos que ir con mascarillas y vivir este mal sueño del que tendremos que despertar en algún momento.
  • ¿Cuáles ha sido los momentos más duros de tu vida?
  • En diciembre murieron con muy poco espacio de tiempo mi hermana en Sevilla y, a los pocos días, Antonio, mi hermano, mi secretario. Ha sido terrible, muy duro. También fue muy duro cuando los criminales de ETA quisieron asesinarme varias veces.
  • ¿Cómo has visto la separación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin?
  • Sorprendido y dolido. Asistí a la boda de estos muchachos y lo lamento.
  • ¿Tienes trato con el rey emérito?
  • Cuando estaba delante del micrófono, sí. Desde que dejé la radio, esa relación con don Juan Carlos se enfrió. ¿Volver a España? Creo que tiene el suficiente sentido común para saber si su vuelta puede repercutir en su hijo. Como ciudadano, me gustaría que pudiera compartir sus últimos días con su familia y sus muchos amigos, que me consta tiene.

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