Lourdes Acosta (Radio Cádiz) interviene en el Congreso del Bienestar de Cadena SER

Lourdes Acosta

Con el patio de butacas del Teatro del Títere de la Tía Notica lleno. Así ha arrancado el Congreso del Bienestar: Felicidad y Justicial Social que acoge Cádiz este fin de semana. En la inauguración intervinieron la directora de Radio Cádiz, Lourdes Acosta, el diputado provincial de Bienestar Social, David de la Encina, y la concejala de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Cádiz, Lola Cazalilla.
A continuación, Luis García Montero, Najat El Hachmi y Javier Carbonell, moderados por el periodista Sandro Pozzi, comenzaron una charla llena de reflexiones, anécdotas y análisis en torno a dos cuestiones cruciales para la sociedad: la multiculturalidad y la convivencia.



«Es posible apostar por las convicciones de los que pensamos que la convivencia es algo más que no estar enfrentados los unos con los otros», respondía García Montero cuando Pozzi le preguntaba por las utopías para arrancar el diálogo con los tres ponentes.

Tomaba el relevo Najat El Hachmi, que llegó a Barcelona a los 8 años, procedente de su Nador natal, comentando que las personas aún siguen dudando si es catalana. Ironizaba diciendo que será que «todavía no tiene pinta de serlo».

«¿Tienes contradicciones a la hora de defender España y Marruecos?», preguntó el periodista moderador. «Ni defiendo a uno, ni al otro», respondió El Hachmi arrancando una carcajada entre el público. «La pregunta ‘de dónde eres’ me da un miedo tremendo, porque siempre me obliga a contar una historia, y a base de tener que resistir en esa complejidad y no dejar que sean otros los que te definan, acabas teniendo una visión demasiado crítica con todo».

Javier Carbonell vive en París, en un parque donde hay 12.000 estudiantes de prácticamente todos los países del mundo. Están organizados en casas de cada uno de los países donde habitan solo los ciudadanos de ese país. Por tanto, vive la multiculturalidad en su día a día. Al respecto, y preguntado por la tolerancia, Carbonell dijo que «la multiculturalidad es natural. Existe y punto. El problema no es que exista desigualdad sino discriminación». Momento en el que Najat El Hachmi expresó uno de los principales deseos de quienes tienen que emigrar: «merecemos algo más que ser tolerados, merecemos sentirnos como propios».

Sobre las palabras volvió a reflexionar García Montero, quien ejemplificó el magnífico escenario que supone el español para la multiculturalidad «porque somos 500 hablantes nativos, y porque en ningún lugar se habla un mal español, sino el español que se habla en cada lugar».

«Tenemos estudios que nos dicen que el arte son las que mas impactan en las actitudes en torno a la inmigración», añadió Carbonell, cambiando el tercio y relacionando directamente la mayor discriminación de los colectivos con la desigualdad económica.

Antes de las preguntas del público, Pozzi propuso hablar de ‘la bofetá’ -en relación a la agresión de Will Smith al cómico Chris Rock durante la ceremonia de los Óscar-. Ese fue el pretexto para hablar de la degradación política de la sociedad. «Un acto muy negativo y muy desagradable que desemboca en ese ruido que está ensuciándolo todo y que evidencia la pérdida del pudor como virtud pública», sentenció Luis García Montero, a quien preocupa, por cierto, «que se premie una mala película porque transmite buenos valores».

«La bofetada es un momento que encarna todo lo contrario que hemos estado intentando defender desde el feminismo y el antirracismo desde los últimos tiempos. Echa por tierra años y años de trabajo para desmontar estereotipos», lamentó Najat El Hachmi.

«¿Hasta qué punto da argumentos a los extremistas?» preguntó Pozzi a Carbonell. El investigador respondió señalando a la extrema derecha como responsable directa de la crispación e invitando a combatirlo.

García Montero, El Hachmi y Carbonell, acompañados de una buena dosis de humor y sarcasmo abrieron varias ocasiones su libro de los recuerdos y elaboraron una interesante radiografía sobre la sociedad . Sobre el yugo que supone para la equidad la desigualdad económica, el peso que tiene la lengua para buscar puntos en común y orillar el individualismo enfermizo y que el racismo no solo tiene un rostro, como tampoco tiene un solo color ni una sola dirección.

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