Laura Mas, ex RNE y Onda Cero, publica «La maestra de Sócrates»

Laura Mas

La Vanguardia publica esta entrevista con Laura Mas con motivo de la edición de su libro «La maestra de Sócrates»
En El Banquete de Platón, Sócrates revela al resto de comensales lo que siente por Diotima de Mantinea. “Todo lo que sé del amor lo he aprendido de ella”, concluye.



A la búsqueda de quien fue esa mujer que influyó de un modo tan intenso en el pensador -el filósofo del “yo solo sé que no sé nada”- se lanzó Laura Mas (Las Palmas, 1989) para delinear la que es su primera novela. La maestra de Sócrates (Espasa) estará a la venta a partir del próximo 26 de mayo. La autora, periodista, ha trabajado en medios como RNE, Onda Cero o Vanity Fair, entre otros. Actualmente es gestora cultural y colabora en Qué leer.

“Me llamó mucho la atención que, en medio de una reunión de hombres, el discurso de esa mujer, Diotima, se alzase por encima del resto”, afirma cuando le pedimos la causa de su elección.

El tema de una primera novela es algo arriesgado. Y usted escoge una enigmática sacerdotisa a la que cita Platón…

El pensamiento de Diotima dio origen al concepto de amor platónico (que nada tiene que ver con su uso popular en nuestros días) y sentí la necesidad de ensalzarla. ¡Fue relevante en la historia de la filosofía occidental! Apenas se sabe nada sobre ella, novelar un período de lo que pudo haber sido su vida era rescatarla.

¿Cómo debemos imaginar la vida diaria de sus coetáneas?

Las mujeres atenienses carecían prácticamente de derechos. Fueron apartadas del ámbito público. Podemos imaginarlas silenciadas en sus casas, en tareas domésticas o, si eran de buena familia, supervisando el trabajo de las esclavas. Mucho tiempo en el telar, cuidar de sus hijos.

¿Y qué diferencia a Diotima, en su actitud ante la vida, del resto?

Las sacerdotisas y las hetairas (las cortesanas que procuraban compañía a los varones) sí gozaban de ciertos privilegios. Diotima, además de servir al dios Apolo, no debía cumplir con el voto de celibato y podía estar a solas con un hombre. Su ansia de aprender y hacer oír su voz es radicalmente opuesto a la sumisión de sus coetáneas.

Año 440 a.C. Pericles, político y orador, le pide a Diotima ayuda para librear Atenas de la peste. Ahora que estamos en época de pandemias… ¿ha reflexionado sobre ese poder que se suponía a las sacerdotisas?

He reflexionado mucho sobre ello. Me parece asombroso el paralelismo entre la triste realidad que estamos viviendo y el inicio de mi novela.

Pericles temía que Atenas, su polis, fuese invadida por la peste. Y en una época en que se vivía por y para los dioses, una sacerdotisa era una intermediaria entre el Olimpo y el mundo terrenal. No es de extrañar, pues, que el político dejase en manos de Diotima la salvación de su pueblo.

Diotima, además de servir al dios Apolo, no debía cumplir con el voto de celibato y podía estar a solas con un hombre”

¿Qué hizo ella para terminar con ese mal?

La sacerdotisa ofició un ritual de purificación e hizo un sacrificio a los dioses para rogar su clemencia.

¿Cómo definiría su relación con Sócrates, que para entonces debía tener treinta años? ¿Magisterio o amor? ¿Qué lección le enseñaría él a ella y a la inversa?

Si nos ceñimos al relato que hizo Platón, su relación fue tan solo de magisterio. Pero Diotima le mostró al filósofo las distintas formas de amar. ¿Por qué no valorar, entonces, la posibilidad de que esas clases contasen con parte práctica? Desgrano las enseñanzas en la novela, pero una de las más esenciales es “el amor va más allá del deseo hacia otros cuerpos”. Es posible que Sócrates acudiese a su celebérrimo “solo sé que no sé es que nada” ante esa revelación. Sería una sensata y humilde lección que podría darle a su maestra.

Se define a Diotima como “la gran filósofa del amor”. Pero amor por encima de pasión física. ¿Qué mujer, hoy, resiste ese argumentario?

El sentimiento de amor idealizado, el irrealizable o no correspondido, dista mucho de las concepciones de Diotima y, por ende, de Platón. Para ellos, el amor verdadero es el que “conoce y contempla la belleza” en sí misma. Seguro que cuando las lectoras descubran el origen del amor platónico abrazarán su significado tanto como yo.

En época de confinamiento… ¿alguna ventaja del “amor platónico” respecto al sexo?

Sí, si vemos belleza en el alma podremos seguir disfrutando de nuestros seres queridos, incluso en circunstancias adversas. La mayor ventaja del amor frente al deseo pasional es que el primero nos permite anidar en otras almas a pesar de la distancia. No existe pandemia ni confinamiento que pueda impedir eso, el vuelo de nuestro espíritu.

Su protagonista vivió en un mundo eminentemente patriarcal. ¿Cómo se defendía contra aquellos que, suponemos, quisieron ignorarla?

Su arma era el pensamiento. Vemos en “El banquete” que Diotima sale airosa de su intervención gracias a la brillante exposición que les hace sobre el amor. Se valía de su mente para enfrentarse a quienes pretendían nublar su camino.

¿En la época de Diotima de Mantinea era la religión una gran mentira o la única esperanza?

Ambas cosas. Los ciudadanos veneraban a sus dioses con la esperanza de obtener sus favores. Realizaban sacrificios con la esperanza que sus plegarias fueran escuchadas en el Olimpo. Acudían al oráculo para todo tipo de predicciones. Pese a la pobreza de muchos, pagaban la tasa del oráculo para aliviar sus dudas. Al contactar con las divinidades, las pitonisas sufrían una especie de trance y los sacerdotes transcribían e interpretaban, a su antojo, los incomprensibles sonidos que éstas emitían. Siempre ofrecían respuestas ambiguas con el fin de asegurar la pervivencia de su negocio.

La mayor ventaja del amor frente al deseo pasional es que el primero nos permite anidar en otras almas a pesar de la distancia”

Es periodista especializada en temas culturales. ¿Cómo cree que va a cambiar este sector tras el impacto del coronavirus?

Lamentablemente, el coronavirus dejará graves consecuencias. Ya lo estamos viendo. A corto y medio plazo, deberemos adaptarnos a este nuevo panorama que limita los espacios y actividades con público. Se generará una crisis devastadora en muchos aspectos, no solo en el económico. Creo que las redes sociales se han alzado como la gran herramienta durante estas semanas de confinamiento y el sector seguirá acudiendo a ellas como medio de promoción y difusión. Se avecinan tiempos difíciles, pero deberemos lidiar con la situación usando nuestro ingenio.

En el sector se prioriza la noticia rápida sin capacidad de elaboración ni apenas comprobación. ¿Recuerda alguna fake news que le haya chocado?

Vivimos en la era de las fake news y a diario nos bombardean con este antiperiodismo envenenado. Me chocó, por su viralidad, la falsa muerte de Kim Jong-un. Se llegó a publicar una foto en la que se veía al líder norcoreano en un ataúd de cristal e incluyeron su fecha de fallecimiento en Wikipedia. Un espectáculo.

¿Sólo la literatura nos salvará de los contenidos “basura”?

Cualquier forma de arte. A ensanchar nuestro horizonte y tener más libertad de pensamiento. No solo la literatura. La música, la danza, el cine o la pintura son otros buenos refugios para no caer en la trampa sensacionalista. Es inevitable consumir ciertos contenidos “basura” porque constantemente nos inundan con ellos, pero de nosotros depende detectar cómo huele algo desechable.

¿Al periodista cultural le queda responsabilidad social?

El periodismo cultural ejerce una enorme influencia en la sociedad , puede transformar nuestro modo de concebir la vida. Es interesante que los periodistas del sector expongan sus propias ideas para invitarnos a la reflexión. Ahora más que nunca es necesario combatir la epidemia y sus terribles consecuencias con el pensamiento. La responsabilidad del periodista cultural es hacerlo desde la honestidad y el rigor que debe caracterizar su oficio.

El periodismo cultural ejerce una enorme influencia en la sociedad , puede transformar nuestro modo de concebir la vida”

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