Las radios de EITB harán ocho días de huelga

EITB

Elsaltodiario.com informa que tras 13 años sin renovar el convenio, y con una Dirección del organismo público tomando decisiones “unilaterales”, según denuncian los sindicatos, los trabajadores de las radios no pueden más.



El curso político vasco sigue enfrentándose a turbulencias. A los paros en el transporte escolar se unieron las huelgas en el sector de la limpieza de Correos, de las ambulancias, del textil, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el sector público y la histórica huelga general feminista del 30 de noviembre.
Hasta la concertada se ha plantado con ocho jornadas de huelga. Las radios de EITB –Radio Euskadi, Euskadi Irratia, Radio Vitoria, Gaztea y EITB Musika– es otro de los vectores en el conflicto con la Administración vasca: decidieron parar el 14 y 26 de septiembre y lo harán de nuevo en una nueva fecha por determinar.

En una reunión previa al primer parón en los micrófonos de las radios públicas, la patronal ofreció una subida de cinco puntos en los salarios, una reivindicación que procedía de los sindicatos. No obstante, en ese paquete incluyeron otras tareas adicionales (relacionadas con la gestión de redes sociales), lo que implicaba una subida real de tres puntos en algunos programas. La representación sindical de los trabajadores rechazó la oferta y fueron a la huelga, manteniendo dos parones más (el tercero aún no tiene fecha). El principal motivo de esta convocatoria es el atraso en la renovación del convenio, que ya cumple 13 años.

Unidos, a pesar de las discrepancias, ELA, LAB y ESK siguen manteniendo la exigencia de la revisión de los cinco puntos salariales. Aunque saben que estas condiciones conllevarían una subida de los sueldos, no piden la subida salarial directamente porque es una competencia de la mesa pública. También consideran prioritario abordar una bolsa de horas destinadas a conciliación.

“Tenemos la sensación de que esta dirección invierte recursos en nuevos formatos, en imagen… y se ocupa poco de las condiciones de la plantilla”, expresa Loreto Larumbe (ESK).
“Nos parece que la Dirección [de EITB] tendría que hablar con el Gobierno sobre plantilla estructural, sobre el personal que necesita para sacar adelante la programación en condiciones”, indica Loreto Larumbe, de ESK Sindikatua. Como denuncia, hay un error que se arrastra desde 2016 y es la “amortización de puestos de trabajo cuando se aprobó el ERE” ese mismo año. A estas razones se une la negativa de EITB a sustituir bajas o excedencias, lo que según Larumbe “ha llevado a trabajar en equipos mínimos que no se sostienen cuando faltan compañeros”. El aumento del ritmo productivo de información es algo que la plantilla entiende, pero exige que se debe cubrir con trabajos estables y no con “parches” o, incluso, no pagando trabajos nuevos como la subida de audios o el trabajo en redes sociales. “Tenemos la sensación de que esta dirección invierte recursos en nuevos formatos, en imagen… y se ocupa poco de las condiciones de la plantilla, de su formación, de la profesión, los contenidos y de la radio”, añade Larumbe.

Aunque las negociaciones empezaron en abril, en junio se dieron por rotas. ELA, LAB y ESK, sintiéndose ninguneados, buscan ahora adecuar el convenio colectivo al año 2023, según han indicado. Las conversaciones siguen su curso y aunque en principio establecieron que volverían a parar el 19 de octubre, han decidido aplazar la fecha y aunar fuerzas en la jornada de huelga del sector público del 25 de octubre, que también interpela, claro, a los trabajadores de las emisoras de la radiotelevisión pública.

“La dirección de EITB lleva mucho tiempo tomando decisiones de forma unilateral, incumpliendo los convenios laborales y renunciando a la negociación colectiva”, informaba LAB. Los últimos movimientos de la Dirección “han colmado el vaso”, en palabras de ELA, que interpreta que son muchos años “en los que el esfuerzo de los y las trabajadoras ha permitido a la radio pública vasca mantener unos niveles de calidad que no se corresponden con el reconocimiento al trabajo realizado”. ESK denunciaba que el personal de Eusko Irratiak ha asumido cargas extras de trabajo para adaptarse a los cambios en esta profesión, “y lo ha hecho sin los derechos laborales correspondientes y la remuneración económica pertinente”.

Un conflicto estructural
Las radios públicas vascas de EITB tuvieron que hacer frente a un ERE en 2015-2016. Ocho años después, la situación no sufre las mismas circunstancias, pero sí arrastra debilidades estructurales desde entonces. En enero de 2015, y tras negarlo durante meses, la Dirección de EITB inició la apertura de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en Radio Euskadi, Euskadi Irratia y Radio Vitoria. Entonces fueron 79 los indefinidos no fijos que optaron a 43 puestos de trabajo a través de una OPE. La mayoría venían trabajando largo tiempo en el ente público, pero una inspección de oficio en 2010 declaró que eran falsos autónomos. Los sindicatos denunciaban un “ERE encubierto” para, en el mejor de los casos, 36 personas. Aunque no todas las centrales sindicales se mostraron igual de reacias a la maniobra de la Dirección.

Maite Iturbe como directora de EITB pactó el ERE con el PNV, EH Bildu y LAB. Varios sindicatos, y en especial ESK, acusaban a los actores de haber usado el euskera como excusa. ESK y LAB se enzarzaron en un cruce de declaraciones donde los primeros evidenciaban que no existía en EITB ningún plan de euskaldunización y donde los segundos consideraban que los trabajadores no se habían preocupado por aprender el idioma. Karmelo Landa (EH Bildu) como integrante del Consejo de Administración de EITB y Jasone Agirre como representante de LAB dijeron haber apoyado la OPE pero no el ERE.

Loreto Larumbe recuerda que ella misma informó a Landa de lo que suponía realmente apoyar esa OPE con una plantilla en peligro, cuyo perfil lingüístico medio era de C1 (se exigiría un C2). “A pesar de ello, aprobaron la OPE que escondía el ERE. Lo sabían y dieron luz verde a todo. Y luego, públicamente dijeron que habían aprobado solo la OPE, no el ERE. Pero eso no era posible. Ambas iban de la mano”.

Lo único que unió entonces a CCOO, ESK, ELA y LAB –también a periodistas como Xabier García Ramsden (antes Ganbara, ahora en Boulevard) y Goizalde Landabaso, que intervinieron en el Parlamento Vasco– fue apuntar a la raíz del problema: la etapa de Andoni Ortuzar (actual jefe del EBB del PNV) al frente del ente público y su deficiente gestión. Ortuzar hacía uso indiscriminado de profesionales autónomos para paliar labores estructurales, en vez de ofrecer plazas fijas, y solo firmó 115 contratos en 5 años, como denunció entonces ELA.

Los micrófonos se apagan, ya sea poco a poco, enterrados en la inestabildiad, o de golpe, a la huelga, porque todos los profesionales que hay alrededor, voces y técnicos, sustitutos y fijos, aún trabajan con un convenio de hace 13 años.

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