Lara López (Radio 3): «La radio es lo que hemos contado y creído. No hay nada igual»

Lara López

Antón Castro cuenta en heraldo.es qur probablemente, en una carrera tan larga, tengas tiempo de convertirte en ambas cosas. El ritmo, la calma, la pulcritud, el rigor, la profundidad, la alegría con la que vas enfrentando espacios diferentes, géneros diferentes, desde un programa diario o semanal, un informativo, un magazine, un encuentro en profundidad con un personaje o una entrevista con dos invitados que ponen música, van formando un entramado en el que seguramente estás contando una historia (la tuya), intentando que sea la de muchos (los oyentes), o que al menos estos se sientan involucrados a través de tus propuestas y haciendo que cada programa sea único.

  • ¿Es la radio un buen compañero en tiempos de pandemia?
  • Es curioso porque, aunque todo lo que le pueda contestar a eso puede parecer tópico a priori, se concreta con el solo gesto de encender la radio. La radio es todo lo que hemos contado y creído y dicho que es la radio desde que llegó a nuestras vidas: compañía, información, imaginación, disfrute, reflexión. Sigue siéndolo y lo es desde la cotidianeidad y desde la excepción y en la excepción. No hay nada igual.
  • ¿En qué se parece un programa de radio a un libro de poesía?
  • Recuerdo que la compañía discográfica alemana ECM publicó un libro titulado ‘Tocando el horizonte. La música de ECM’, de Steve Lake y Paul Griffiths con el que se celebraron en 2008 los 50 años de vida del sello que dirige Manfred Eicher, productor alemán que –sin ser músico– puede que sea uno de los personajes más influyentes del jazz de vanguardia europeo del siglo XX. Eicher contaba que había crecido a orillas del lago de Constanza y evocaba un paisaje amable que a veces se encrespaba, dando la sensación de estar frente al mar. Él recordaba esa imagen pero, sobre todo, evocaba su sonido, el rugido de las olas y del viento. Y decía, y esto me parece asombroso cada vez que lo pienso, que el viento es un poeta nórdico. No sé si he contestado a su pregunta. Pero a mí me suena a poesía.
  • La literatura y la poesía están presentes en su programa diario ‘Músicas posibles’. ¿Por qué?
  • Nunca ha sido un programa estrictamente musical. Desde el comienzo lo enfoqué como un espacio en el que, con tiempo y calma, pudiéramos dar a conocer el trabajo de aquellos artistas, creadores, escritores, cineastas, pintores, que me interesaban, aunque no siempre fueran conocidos. Es el espíritu que he intentado mantener siempre, por eso sigo haciendo un programa en el que lo que me toca profundamente aparece, dando cuenta de ello con lecturas, entrevistas. La literatura, la poesía, es inevitable en ese contexto.
  • ¿Es la vida una aventura a la deriva o una sucesión de ‘Derivas’?
  • Veo la vida como la filosofía: quizá no haya solo una manera de responder, pero al mismo tiempo, no vale cualquier respuesta, como me recordó hace poco uno de mis profesores. Ahora, como nunca antes para mi generación, cambian las preguntas y hemos de buscar alternativas. Ojalá no se nos olvide que ni siquiera el suelo sobre el que nos apoyamos es estable, como le decía Séneca a Lucilio.
  • ¿Cómo nació y creció este libro?
  • Este libro cuenta con la siempre luminosa presencia de un zaragozano maravilloso, Fernando Sanmartín. Poeta, editor, escritor y gestor cultural. Es el verdadero culpable de que los poemas en los que estaba trabajando cuando me pidió el libro para la colección que dirige en PUZ, encontraran un horizonte, agrupándose en esta sucesión de caminos que se cruzan y abren que es ‘Derivas’.
  • ¿Podría decirse que es un libro de instantes, de viajes?
  • Sanmartín en la presentación en Madrid, usó un término que me pareció fascinante: dietario. Un libro donde se anotan pérdidas y ganancias. Me parece una palabra muy bien traída. Lo que ganas y pierdes, en definitiva, es el trayecto de lo vivido. Claro que para cada uno de nosotros ese recuento responde a causas muy distintas.
  • ¿Qué le debe al Mediterráneo, a la antigua Grecia, a los mitos?
  • La escritora Aloma Rodríguez publicó en ‘Letras libres’ un texto donde decía que en ‘Derivas’ aparecían todos mis yoes: la periodista, la amante de la música y la estudiante de Filosofía. Y ‘Derivas’ está terminado en Creta.
  • Es un libro lleno de músicas, de canciones, como sus programas.
  • Está dividido en tres partes. En la segunda, todos los poemas tienen nombres de canciones o composiciones musicales. Y los dos últimos poemas son, en realidad, canciones que nunca se interpretarán como tales. Hago un programa diario de música en Radio 3 y otro semanal en RNE, ‘Venga la radio’, donde la música es un contenido fundamental. No hay nada en mi vida que no tenga que ver con la música. Por fortuna.
  • ¿En usted la poesía es, ante todo, sugerencia, recreación, elaboración de la memoria…?
  • Félix Romeo me dijo que tendía a lo rememorativo. Sí, creo que mucho de lo que hago tiene que ver con la conciencia de la fragilidad de la memoria. Sin la memoria ¿qué somos?
  • ¿Por qué hay un aroma de intemporalidad, casi onírico?
  • No lo había pensado hasta ahora que lo dices. Sí, claro que hay distintos planos: el poético y el narrativo, e imagino que el diálogo que se plantea entre ambos discurre por esa ensoñación.
  • Es un libro basado en personajes, en hechos reales. ¿El poeta también es un cronista de su tiempo?
  • Si busco en mi propio imaginario, en los poemas y poetas que me conforman, he de responder que sí, sin duda. Y desde diferentes perspectivas.
  • Hay homenajes conmovedores como ‘Mandolín’. ¿Cuál es la historia de ese poema?
  • Le voy a contar el final de esa historia. Es un poema que está escrito hace ya muchos años. Cuando se publicó ‘Derivas’, se lo mandé a quien lo había inspirado, a quien hacia mucho que no veía y de quien apenas sabía nada. El poema comienza con un verso que dice “Su madre era soprano”. Él no recordaba habérmelo contado y, profundamente conmovido, me dijo que lo recibía como un tremendo regalo, porque su madre acababa de fallecer.
  • ¿Se hace buena radio en España?
  • Quienes hacen radio creen profundamente en ella. Y hacerla desde esa conciencia de respeto y amor la dota de un incuestionable valor añadido.
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