La Torre de Collserola cumple 30 años

Torre de Collserola

Cristina Martín Valbuena escribe en thenewbarcelonapost.com que la infraestructura celebra su aniversario a la par que lo hacen los Juegos Olímpicos, el evento que sirvió para transformar la ciudad y también sus telecomunicaciones
Desde hace 30 años, la Torre de Collserola ha conectado mejor a Barcelona, así como ha cambiado su horizonte, convirtiéndose en uno de sus elementos más característicos y la estructura más alta de toda Catalunya, con 288 metros. Su construcción fue un hito para la capital catalana, enfrascada en una puesta a punto a lo grande para acoger los Juegos Olímpicos del 92. Tal era la importancia de esta infraestructura para el proyecto olímpico que el entonces alcalde, Pasqual Maragall, acostumbraba a visitar las obras con frecuencia, para asegurarse que todo marchaba como debía. “Venía de incógnito”, apostilla Ramón Pedrerol, director facultativo de los trabajos.



No es la única anécdota que recuerda Pedrerol. Algunos no lo sabrán y muchos se habrán olvidado, pero el cuerpo de la torre, formado por trece plantas, se construyó en el suelo y se elevó mediante un complejo sistema para que ocupara su posición actual, a más de 100 metros de altura. Obviamente, el proceso se siguió con considerable interés. Según explica Pedrerol, la empresa constructora, consciente del emblema que suponía, optó por subir la estructura con calma, alargando un proceso que se podía hacer en un solo día durante siete, consiguiendo que cada jornada y sus avances fueran retransmitidos por televisión y seguidos con atención por todos los barceloneses. Se convirtió en una cuestión de estado.

Tanta pasión levantó la nueva infraestructura que la empresa constructora decidió convertirla en un enorme árbol de Navidad el año antes de las Olimpiadas. La engalanó así de luces y guirnaldas, que se podían ver desde cualquier punto de la ciudad, remarca Pedrerol.

El proyecto se acabó inaugurando el 27 de junio de 1992, un mes antes del estreno de los Juegos Olímpicos, que este lunes celebran el 30 aniversario de su inicio. Norman Foster fue el encargado de diseñar la torre. El arquitecto británico se impuso en un concurso internacional a las propuestas hechas por la pareja de arquitectos barceloneses Carles Buixadé y Joan Margarit, este último más conocido por su trayectoria poética; la del también local Ricardo Bofill, y la del valenciano Santiago Calatrava. Se conserva la maqueta de los proyectos hechos por Foster, Bofill, y Buixadé y Margarit, pero la de Calatrava se ha extraviado.

Aunque fue Foster quien ganó, su idea mutó. Un elemento que cambió fueron los cables que sustentan la Torre de Collserola. El británico había previsto tres, pero el miedo a que una bomba de ETA destruyese uno y la estructura colapsara hizo que la cifra se duplicase, apunta Pedrerol. También cambió el proceso constructivo. Originalmente, se había previsto edificar el cuerpo de la torre desde arriba, pero se acabó apostando por hacerlo desde abajo para luego subirla.

También cambió el presupuesto previsto inicialmente, agrega como último detalle Pedrerol. En un principio, se cifró la construcción en 1.200 millones de pesetas —unos 7,2 millones de euros—. Luego, se acabó viendo que no podía salir tan barato, cuestión que frenó el desarrollo de la infraestructura durante meses, en pleno proceso de escoger la empresa que tenía que encargarse de construirla. Se acabó optando por la más barata y la factura subió a 4.500 millones de pesetas —unos 27 millones de euros—.

Torre de Collserola
La Sociedad Torre de Collserola es la empresa encargada de explotar la torre. Constituida en 1987, en su momento, también asumió la construcción. La compañía está actualmente participada por Cellnex; el Govern, a través del Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació de la Generalitat (CTTI); Telefónica y el AMB.

Telefónica, uno de los socios impulsores de la infraestructura hace 30 años, mantiene en ella uno de sus centros más importantes de fibra óptica y radio, apunta Chema Casas, director general de Telefónica en Catalunya. La Torre de Collserola se ha mantenido como un referente en la transmisión de la señal de radio y televisión, y de la voz y los datos, y sigue cubriendo una amplia red de radioenlaces y servicios de conectividad. Concretamente, gestiona la cobertura audiovisual de Catalunya y controla la del resto de España, así como sirve para supervisar servicios públicos como la red de comunicaciones de emergencia y seguridad de la Generalitat y el Ayuntamiento. El complejo también incluye un centro de procesamiento de datos.

Telefónica, uno de los socios impulsores de la infraestructura hace 30 años, mantiene en ella uno de sus centros más importantes de fibra óptica y radio
Para Cellnex, la infraestructura es “el km 0 de la red de transporte” de la empresa en Catalunya y un centro de control neurálgico para todo el país, indica el director general en España, Albert Cuatrecasas. Así, da servicio a más de cinco millones de personas que tienen acceso a la TDT, cifra que sube hasta los seis millones con la emisión de radio.

“Es un símbolo del posicionamiento de Barcelona como ciudad tecnológica puntera en todo el mundo”, continua Casas. El director general de Telefónica en Catalunya agrega que la colaboración entre empresas y administraciones que permitió su construcción, acompañada por otras inversiones en telecomunicaciones, ha sido uno de los elementos básicos que han permitido éxitos recientes como la designación de Barcelona como sede permanente del Mobile World Congress.

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