María Varela le ha entrevistado para diariodepontevedra.es: Todos los veranos regresa a Pontevedra para pasar unos días en familia y cerca del mar.
En uno de los escenarios de su infancia, Julia Varela habla de los lazos que la unen a Galicia, hace balance de este último año de radio en el que ha acompañado a la Gente despierta en las madrugadas de RNE y lidiado con un susto de salud, y avanza algunos proyectos.
«Este es el lugar de los juegos de mi infancia», dice Julia Varela (Pontevedra 1981) que ha elegido el Parque de las Palmeras de su ciudad natal para realizar esta entrevista. «Yo vivía aquí, en la calle Gutiérrez-Mellado -señala- y justamente veníamos a estos columpios, y le tengo cariño a esta zona de palmeras altas como edificios, el estanque de los patos, la Alameda…», cuenta la periodista que pasa unos días de vacaciones en familia.
- ¿Qué le une hoy a Pontevedra?
- Mi padre, mi familia. Vengo sobre todo en verano. Quizás alguna vez en Semana Santa. Toda mi conexión familiar está en Galicia porque mi padre vive en Pontevedra, aunque él es de Lugo, nació en un pueblo que se llama A Barrela, y luego se crió en Chantada, allí está la casa de mis abuelos paternos. Y mi madre es de Raxó, en Poio, familia de pescadores. Y luego tengo buenas amigas aquí. Este verano tenía previsto ir a la Ribeira Sacra, quería llevar a los niños a hacer el paseo por el Sil. Pero al final las vacaciones se me han quedado muy cortas.
- ¿Qué queda de la niña que jugaba en este parque, que ahora podemos escuchar por las noches en Gente despierta de RNE o retransmitiendo Eurovisión?
- Yo creo que queda todo. Queda la niña gallega con un punto reservado introspectivo. Ese punto mío, con el que conecto más cuando vuelvo a Galicia. Mi profesión me requiere mucha energía hacia fuera, mucha extroversión, volcarme mucho en el otro, la empatía, escuchar… Pero sí que aquí encuentro también el refugio, ese punto de mi niñez más introvertido. O sea, creo que los gallegos tenemos siempre, a pesar de la alegría, hay siempre un poco como de melancolía que equilibra todo. Creo que eso está muy bien.
- Hace unas semanas publicó en sus redes que este año había habido un susto de salud. ¿Cómo está?
- Sí, lo conté en su momento. Ahora ya estoy mucho más tranquila. Y bueno, está a la orden del día. Mi madre murió hace dos años y medio por un cáncer de mama. Se lo detectaron con 45 años. Yo tengo 42 y, en enero, haciendo los controles habituales, me detectaron algo extraño en una mama. Entonces se desencadenaron todas las pruebas. Vieron que eran células malas que estaban muy localizadas, pero había que retirarlas ya. En los últimos seis meses he estado lidiando con un montón de pruebas, con una operación que salió muy bien y con un tratamiento que no ha sido nada agresivo, pero que sí que te hace replantearte muchas cosas, Han sido unos meses complicados, porque además estaba en un horario de trabajo complicado. Por fortuna, se ha detectado muy a tiempo y está controlado. Ahora soy paciente de riesgo. Creo que la gente que tenemos un poco más de visibilidad está bien que lo contemos para normalizarlo. Sobre todo hay que estar alerta y hacerse pruebas para detectarlo a tiempo.
- ¿Cómo ha vivido ese cambio de la tarde a la noche en la radio?
- Es muy difícil, sobre todo con dos niños de tres y seis años. El horario de noche me ha dado muchas cosas. El magacine nocturno, sobre todo la radio pública, hace una labor de verdad de servicio público, de servicio social. Porque vivimos en una sociedad en la que cada vez hay más soledad, y creo que por las noches todo se acrecienta. Esa soledad se nota más, los miedos se notan más y la compañía, sobre todo para las personas ya mayores, a esas horas es fundamental. Para mí el gran oyente de radio es el nocturno. Está muy atento a tus palabras, quiere interactuar… Y luego que vivimos en una sociedad insomne, absolutamente. Nosotros en el magacine pensábamos en toda esa gente insomne, en la gente que trabaja de noche, que no nos damos cuenta cuando dormimos que el país sigue girando… Para ellos es también la gran labor de servicio público, de la radio pública que hacemos por las noches. Y eso ha sido muy bonito. También he encontrado un tono diferente por la noche, porque es todo más tranquilo. Es un tiempo no tanto para que bombardees a la gente con los mismos temas del día, sino para reposarlos, para pensar en el día siguiente y para dar al oyente otro espacio de reflexión, de sosiego, más de poesía, más de filosofía, de música. La radio de noche es diferente y he aprendido mucho, pero ha sido difícil concicliar.
- ¿Cambiará de horario la temporada que viene?
- De momento este verano vuelvo a la tele para grabar la segunda temporada de Dúos Increíbles, que es un programa que ha funcionado muy bien que enfrenta a veteranos y jóvenes talentos. Y ahora viene una segunda temporada con dos presentadores que somos, Xavi Martínez, de Radio 4, que tiene mucha experiencia en radio musical, y yo. Me apetece mucho volver a la tele y sobre todo volver a tratar con música. Eso para el verano. Y en septiembre aún no lo sé. Hay un poco de incertidumbre porque también vienen las elecciones y ahí se mueve todo un poco en RTVE. Es una época de interrogantes.
- ¿Qué programa aún no le han propuesto y le gustaría hacer?
- Le he dado vueltas a un programa que trate de crianza y educación. Tenemos un canal fabuloso que es la 2, y estaría bien un programa donde se hable con expertos y con personajes que hayan sido padres y madres. Y luego lo que venga. Tengo un perfil muy versátil, me gusta la radio, la tele…
- Y escribir.
- Eso lo tengo pendiente. Escribí mi novela de noche, ahora de noche estoy trabajando y tengo un hijo más que entonces. Sí que me han llegado ofertas y me apetece mucho, pero tengo que encontrar el momento.
- ¿Cómo ha vivido este año Eurovisión? Es un imprescindible en su agenda y para el público su voz ya está ligada al certamen.
- ¡Muy bien! Ya son 9 años. Cada año es una aventura nueva, porque depende un poco del artista que vaya. Yo lo veo como una semana de trabajo muy intensa. Nosotros ensayamos las galas igual que los artistas y no hay tiempo para ver la ciudad, estás entre la cabina y el hotel. Este año íbamos con una candidatura bastante completa y muy bien trabajada por Blanca Paloma. Llevamos un flamenco modernizado. Y, bueno, los resultados no han sido los que esperábamos. Pero es que al final no hay una fórmula precisa que funcione en Eurovisión. Este año no hemos dado en la tecla, pero creo que desde hace dos años con el Benidorm Fest y todo el esfuerzo que se ha hecho estamos en el buen camino.
- E imagino que con ganas de ser país anfitrión…
- Yo creo que todos, ¿no? Es que el 69 nos queda muy lejos ya. Yo creo que España está deseando ser la sede del festival de Eurovisión,e pro bueno, creo que todavía nos queda un poquito para equipararnos también a otras preselecciones. Estoy pensando, por ejemplo, en San Remo o en el Melody Festival, y cuando estemos un poquito más engrasados creo que llegará el momento de ganar.
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