Juan Pablo Ordúñez «El Pirata» (Rock FM): «Nunca puse a Shakira, nunca puse mierda»

Juan Pablo Ordúñez "El Pirata"

Domingo Díaz y Sara Fernández escriben en elespanol.com que Juan Pablo Ordúñez (Talavera, 1956) sabe que otros por menos se han muerto. Sufrió un infarto en directo hace unos meses mientras presentaba su morning show El Pirata y su banda en Rock FM.
No sabe si está en lo cierto, pero piensa que le salvó su calma ante lo que ocurría. «Sabía que algo iba mal, pero que no iba a pasar nada», reconoce.
Lo cierto es que está de nuevo aquí, en su estudio y con su banda, madrugando, retomando su propia manera de vivir.



Lo primero que hace es contar un chiste muy malo. «Le dice una rata a otra: ‘¿De verdad te has liado con un murciélago?’
Y le contesta: ‘Es que era piloto…'». Los que le escuchan sacan una sonrisa más por él que por la broma.

Es un tipo afable, se presta para las fotos con su camiseta de AC/DC. Es un rockero puro, en definitva. Durante la entrevista ataca a la «música chicle» —»es mierda», dice— y a los políticos.
Habla de Shakira y de la industria: «Nunca puse mierda».

«Fui de la clase obrera. En los 70 y 80 se podía vivir de un sueldo en una casa, ahora no». Porque aunque está en una radio comercial, sabe que quienes le conocen son conscientes de que «no me vendo».
Aun así, odia los estereotipos. Una vez le dijo al camarero nuevo que quería desayunar lo de siempre: «Colacaito y pincho de tortilla».
Le contestó el trabajador: «Joder, yo creía que los rockeros tomaban carajillo». Y si quería rock, lo encontró en la respuesta: «Bueno, es que yo tomo lo que me sale de los cojones para desayunar».
«El típico, tronco… Es tan limitado…», le dice al reportero. «Estamos viviendo en tópicos y a mí eso no me gusta. El tópico dice que no se puede rockear a las 6.00 a.m. Pues yo llevo demostrando 13 años que sí».

¿Quién es el rockero más extravagante que ha conocido?
Yo creo que los tópicos no sirven. Keith Richards se ha metido todo lo que se tenía que meter y ahora es un tipo con 70 y tantos tacos que se tiene que cuidar.
Y yo lo prefiero sobrio, sin fumar y sin meterse heroía, haciendo música y discos de los Rolling Stones y vivo. No el héroe que murió con una aguja.
«Son todos raros». Cada uno vive el rock como quiere. Como en todos los órdenes de la vida, cada uno funciona como quiere. A mí me da la impresión de que para los músicos de rock de nuevas generaciones las drogas prácticamente no existen.
Otra cosa es lo que ocurriera en los 90 o en los 60, pero yo creo que ahora los músicos tienen otra percepción de por dónde tienen que funcionar y se dedican a su arte.

Con el nivelazo que hay, un tipo que quiera tocar la guitarra tiene que dedicarle muchas horas al día, pero no sólo a la guitarra. Es que ha salido un cacharro nuevo que hace que la guitarra suena diferente… Hombre, evidentemente todo el mundo tiene tiempo y debe darse sus fiesta, pero no puedes vivir con el tópico de la botella de Jacks Daniels y la papelina de cocaína en la otra mano.
No, yo creo que que los tópicos se acabaron y cada uno funciona como quiere. No creo que haya un estándar de comportamiento.

Para Juan Pablo Ordúñez, el metal y el rock no han cambiado en las últimas décadas. «No tanto. Han salido muchos géneros y subgéneros dentro del metal, pero la intención sigue siendo la misma; la esencia es la misma.

El Pirata’ comienza su programa a las 6 de la mañana. Al principio se resiste, pero luego cuenta en un renuncio que se levanta a las 4 y pone la radio en la ducha «tengo un transistor de los de toda la vida» y fuera de ella, para no perderse nada.
Lo primero en lo que piensa cada día es en dimitir, a pesar de que se considera «un tipo bastante privilegiado y afortunado. No sé si han sido los hados o la conjunción de los planetas, pero estoy rodeado de gente maravillosa.
Todo el mundo dice que tiene el mejor equipo del mundo, pero en mi caso es verdad». Tras pensar en dejarlo, llega al estudio y ya sólo piensa en robarle frutos secos a Sayago.
El programa lo hace de pie, que para eso tiene que poner rock and roll. «Aunque no lo parezca, es psicológico, al menos en mi caso», dice. Y narra cómo la voz iría a menos si estuviera sentado, pero cómo va a más haciéndolo levantado.
Habla de su oficio. «La radio, afortunadamente, ha sido capaz de evolucionar a lo largo de los años y de enfrentarse a todo lo que se le vino encima en los años 50.
La radio imperaba y cuando llegó la tele parecía que iba a morir, y qué va. De hecho, la tele empezó a tirar de personajes de la radio. La fuerza que la radio tiene ahora es gigantesca. Se reivindica ella sola, no hay que reivindicarla.
Yo no hago mucha televisión, colaboro en le programa de Iker Jiménez de vez en cuando y son cosas que molan, pero nada que ver con la radio».

¿Le gusta la radio actual?
La radio que yo hago si me gusta. Y le das una vuelta al dial y hay un potencial muy grande.

Es una persona que «respeta a todo el mundo», pero piensa que los rockeros tienen, «si no otros valores, sí otra forma de ver la vida y de ir por el mundo».
De ahí que «lo único que hay es que yo soy como soy, respétame que yo te respeto, pero en algunas cosas no tengo nada que ver contigo».
Los «40 Criminales»
«El rock tiene una actitud rompedora frente a lo convencional, a la moda y a lo estándar. Sigo teniendo, a los 66, pelo largo dentro de lo que me queda y pantalones vaqueros. Con estas pintas no llegaría nunca a ser director de Rock FM y tampoco lo quiero.
Prefiero ir con mis pintas y mi programa», Juanma Castaño dice. que «Para ser periodista hay que comer mierda 10 años». Ha pasado de ser la punta de lanza de un género musical a hacer un programa que debe gustar a todos los oyentes.
Él es consciente de eso. «No te olvides de que estoy compitiendo desde con los 40 criminales hasta con Carlos Herrera; yo les quiero robar oyentes, tanto a unos como a otros», comenta.
Explica entonces que «es muy diferente pelear por conseguir, no sé cómo decirte, una grabación pirata brillante de Ozzy Osbourne en Estocolmo que tener una estrategia de que no se te escape ni un solo segundo para que no pierdas un oyente y se le pueda quitar a los demás.
Es muy diferente el planteamiento, pero es igual de excitante. Y en eso estoy». Entiendo que habrá quien le recrimine que ha perdido la esencia.
En mi caso concreto, todo el mundo que me conoce, que me ha escuchado antes o que me escucha ahora, tiene absolutamente claro que, en posturas más o menos radicales, o más o menos de vanguardia, o más clásica como ahora.
Pero yo no me he vendido nunca, no he puesto el culo nunca. Yo no he puesto nunca mierda en la radio. Jamás. Y entonces creo que eso se mantiene. No son 50 años de poner mierda en la radio, ¿no? Perfectamente yo con mi oficio podía haber dejado de poner a los Rolling Stones y poner a Shakira o poner mierda.
Podía haber vivido así. Me iría bastante mejor, pero no es mi caso. La fidelidad a una cultura, a una música y a una forma de vivir creo que está por encima de cualquier otra consideración.

¿A que llamamos mierda concretamente?
A todo lo que es música mierda, todo lo que es música chicle, a todo lo que es música prefabricada que se pacta, que se hace, se compone en los estudios y en los despachos y donde el músico sólo existe como un robot, que mete un acorde para que se luzca la niña que está cantando, que la dejó el novio.
Este tipo de cosas son las que no se hacen con el alma. No solamente el rock es buena música, está el jazz, está el blues, está el folk, está la gente que investiga, está la gente que fusiona y que no se baja los pantalones, que no pone el culo y hace lo que quiere hacer, aun a costa de que no sean los parámetros más lógicos y más rápidos para llegar al éxito.
Y a esa gente hay que tenerle mucho respeto. Lamentablemente, el día tiene 24 horas, no puedo escuchar toda la música que quiero ni muchísimo menos, con lo cual, evidentemente cuando me vienen discos…
Porque yo no escucho música a través de los ordenadores nunca. Formato físico, CD, vinilo, sobre todo vinilo, y también casete.
Yo no escucho música a través de un ordenador porque no me da la gana. Los discos que me llegan sí los devoro, pero no tengo tiempo de escuchar música del mundo o grupos folk de Creta o una banda de jazz de Indiana. No, no, lamentablemente no tengo tiempo de estar al tanto de todo eso.
Ni siquiera tengo tiempo de estar al tanto de todo lo que se hace en el rock, en el metal del mundo. No puedo seguir otra música. Pero cuentan con mi humilde respeto y ensalzo a ese tipo de gente que no se vende y que sobre todo quiere hacer lo que le apetece.
Y ahí están las redes, donde se demuestra. Pero insisto, yo no tengo tiempo de investigar.

¿Ha escuchado alguna vez reguetón?
Creo que si. Debo haberlo escuchado alguna vez, pero no sé lo que es. A veces digo: esto debe ser. Te montas en un taxi o entras y dices esto debe ser reguetón.
Me da la impresión de que debe serlo.

¿Pero nunca lo hizo conscientemente por…?
No, no, por favor.

¿Por qué no?
Decías que respetas los que hacen la música libre..
Si yo respeto que cada uno haga lo que quiera, pero yo no tengo la culpa (se ríe). Que haga lo que quiera. Yo no tengo la culpa y no tengo por qué comérmelo. ¿Sabes lo que te quiero decir? Y la vida tiene muchas cosas bonitas, como para escuchar regguetón.
No se puede perder el tiempo en ese tipo de… Afortunadamente. No se debe.

Rock and gol
uan Pablo Ordúñez lo dejó claro antes de empezar con El Pirata y su banda en Rock FM: no quería política ni fútbol en su franja horaria, desde las 6 hasta las 10 de la mañana.
Fue lo primero que me planteé cuando tuve la oportunidad de hacer un morning. Creo que a las 6 a. m., a la gente hay que darle lo que le damos. Rock y diversión.
Un poquito de simpatía, un poquito de simpatía. Si puedes conseguir colaboraciones grandiosas como la de Alex Clavero, El francotirador, perfecto, pero el resto del programa, nosotros contamos cosas simplés que ocurren, damos las noticias un minuto y medio contándole a la gente cómo está el mundo, pero no nos metemos ni en opinión ni en desarrollar, ni este, ha dicho y el otro lo ha contestado.
Hoy en el Congreso se debate esto. Hoy ha habido un terremoto en Turquía y hoy juega el Barça contra no sé quién en forma.
Informar de manera precisa y rotunda que Raquel lo hace, que lo borda. Hay veces que tarda 20 segundos en contarte cómo está el mundo, 20 segundos tronco, en contarte como está el puto mundo.

Curioso que no hablaran ni de fútbol ni de política cuando la emisora antes se llamaba Rock and Gol.
Si, si, efectivamente. A mí el fútbol no me gusta. No me preguntes por un solo jugador de toda la liga española porque no lo sé.
Creo que Messi ya no está y creo que Sergio Ramos tampoco, que son los únicos que yo conocía. Con lo cual, no me preguntes porque no…

Y eso que la idea fue suya…
No sé por dónde me vino la idea de hacerlo, pero supongo que quería hacer algo diferente, era un tipo que está siempre comiéndose el coco para hacer cosas.
Y supongo que en aquel momento dije: bueno, pues vamos a fusionar esto, a ver cómo funciona. Y la verdad es que bueno, no fue, no fue… Vamos, que no pegó un pelotazo importante, pero sí tuvo su gente y sus seguidores en el programa.

Si usted se ha quedado con la duda de por qué conoce a Messi y Segio Ramos, se la respondemos brevemente.
A Messi porque es imposible no conocerle; al sevillano, por ser el marido de Pilar Rubio, reconocida rockera que pone a sus hijos el programa cuando les lleva al colegio.

‘El Pirata’ Juan Pablo Ordúñez es un tipo normal, de Talavera, que decidió irse a la gran ciudad a triunfar en eso que sabía que se le daba bien: la comunicación y la radio.
El medio lo conocía, pero en la gran ciudad primero se tuvo que adaptar. Luego vino el resto. Prepara nuevo libro y colabora con Iker Jiménez, pero la radio no la cambio.
Y eso que su momento favorito de la semana es el viernes a las 10.30 horas. «Cuando me voy de fin de semana», dice y momento en el que se realiza la entrevista.
Eso no quita que disfrute cuando tiene una idea clave. «La idea clave hay que tratar de tenerla todos los días, otra cosa es que surja. La inspiración es cojonuda, pero que me pille trabajando», dice.
El Pirata se levanta a las 4, trabaja, tiene sus quehaceres hasta la comida, dedica 3 horas de natación, duerme la siesta y sigue trabajando en el programa del día siguiente.
«Yo me lo paso muy bien trabajando». Así un díeda tras otro, un mes tras otro. La entrevista al final se alarga.

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