Pep Martí le ha entrevistado para naciodigital.cat: El veterano periodista, de 88 años, repasa su trayectoria y opina sobre su fondo, que ha terminado en los Encants: «Mis historias no interesan a nadie»
El periodista Toni Vall explicó al Ara cómo, alrededor de los Encants, se encontró con el fondo de algunos emblemáticos periodistas catalanes.
Uno de ellas era el de Joan Armengol, con muchas fotografías, buena parte de ellas dedicadas, de todo tipo de personajes de los miles que entrevistó a lo largo de su vida, de Franco a Fidel Castro, de Bo Derek a los Beatles.
Vall se dolía de la pérdida de legados como el de Armengol, que se cuelan en el olvido en medio de la indiferencia oficial.
Su trayectoria empezó en Radio Juventud de Igualada y pasó por El Correo Catalán, Ràdio Barcelona y TVE Miramar, hasta concluir en Ràdio Estel, donde realizó un programa de entrevistas titulado «Amb llum propia».
Hace unos dos años que Joan Armengol se deshizo de su fondo cuando se trasladó a vivir a una residencia, cerca de la Sagrada Família.
A sus 88 años, mantiene la cabeza clara mientras echa de menos a muchos de los amigos que ha ido dejando atrás.
- ¿Qué ha pasado con su fondo?
- Yo tenía una cantidad de material increíble, pero tuve que dejar el piso precioso que tenía. Tenía cientos de fotos, muchas de ellas que ya no sé ni de quiénes son, cartas, cuadros. ¿Qué debía hacer?
- ¿No habló con nadie de Cultura o del Ayuntamiento?
- Vino alguien del Ayuntamiento, pero me vinieron a decir que no les interesaba. Y yo tampoco tenía ganas de empezar a mirar fotos.
Y vino un señor, de quien ya no recuerdo su nombre, para que lo mirara. Ya tengo 88 años, no creía que viviera tanto.
De los que hay en la residencia de la misma edad, soy casi lo único que no va en silla de ruedas. Voy con bastón, eso sí.
Algo que jode mucho es que van muriendo todas las personas que has conocido. Ahora acaba de morir Josep Piqué. Le conocía mucho.
Durante unos años nos veíamos cada fin de semana. - ¿No le sabe mal que su fondo se disperse?
- No. A nadie le interesaría.
- ¿No le gustaría que quedara algo de su trabajo?
- Nada. Hombre, quizás algunas voces, que son históricas.
- Ha entrevistado a mucha gente a lo largo de toda su carrera. Entre ellas, al general Franco. ¿Recuerda cuándo?
- No recuerdo exactamente el momento. Fue con motivo de una visita a Barcelona en los años sesenta. Yo estaba en Radio Barcelona.
Son historias que no creo que interesen a nadie. - ¿Cuántas entrevistas ha hecho?
- Decenas de miles.
- Esto es un disparate.
- Esto no quiere decir que sean todas a personas distintas. A Tarradellas al menos le entrevisté diez veces. Había hecho a los entrenadores de liga durante los fines de semana.
Las noches del Sábado de Gloria hacía un programa cara al público en Ràdio Barcelona y venía gente del mundo del espectáculo, desde Luis Mariano a José Guardiola y Sara Montiel.
Una noche cumplí 70. El festival de San Remo lo retransmití varias temporadas. Cuando vine a Barcelona desde Igualada, ya no era un novato, había hecho muchas cosas.
Manuel del Arco me entrevistó en La Vanguardia siendo joven. - Usted ha hecho de todo, de misas al fútbol. ¿Toros también?
- Todo. Había colaborado en un espacio llamado Patio de caballos e iba el domingo al mediodía a ver cómo se pesaban los toros. Tenía amistad con el Cordobés.
- ¿Y cómo lo hacía para acceder a tantos personajes?
- Era otra época. No había tantos periodistas que hicieran lo que hacía yo. No debía acreditarme. Yo me plantaba en el aeropuerto si sabía que venía gente destacada.
Muchas veces estaba yo solo. - Entrevistó a los Beatles. ¿Cómo fue?
- Me puse al pie de la escalera. No hablé con ningún responsable de prensa de ellos, que quizás ni tenían.
- ¿Hablaba inglés?
- Yo hablaba todos los idiomas, a mi modo. Una vez que pasaba por México quise entrevistar a Cantinflas. Fue difícil. Se encontraba en un hotel de lujo.
Afortunadamente llevaba una carta de un conocido suyo que me presentaba como su hermano. Y salió como una bala. En Estoril entrevisté al conde de Barcelona.
Él no tenía ni idea de quién era yo, pero con una carta de un íntimo suyo pude acceder. Yo me pateaba todos los hoteles. Me decían: te acaba de llegar Marlene Dietrich.
Y yo, hacia el Ritz. Todo era distinto. Los personajes del fútbol, que ahora son tan difíciles, yo me paseaba con César, Kubala, todas las figuras. - Ha conocido muchas figuras históricas.
- Gorbachov, a Nixon dos veces, antes de que fuera presidente, Clinton cuando vino a Barcelona.
- Ha entrevistado a Fidel Castro.
- Fui con motivo de un viaje de Adolfo Suárez a La Habana. Era muy seductor. La sensación que daba chocaba con todo lo que sus detractores decían en su contra.
- Debe haber vivido momentos sorprendentes.
- Hombre, es que he hecho tantas entrevistas… ¿Recuerda un actor estadounidense llamado George Sanders?
- Hombre, todo un clásico de Hollywood. Se suicidó en Castelldefels.
- Casi que delante de mí.
- ¿Qué dice ahora?
- Sí. En el hotel Don Jaime. Sabíamos que Sanders, un actor oscarizado, estaba en Castelldefels y un equipo de Miramar fuimos para entrevistarle.
Pedimos por él y apareció. Pero estaba desencajado, colocado por completo. Titubeaba y hacía unos comentarios que no eran adecuados: «¿Periodistas? Son una mierda».
No estaba en condiciones de ser entrevistado. Nos despedimos y poco después de llegar a Miramar, sale un teletipo diciendo que se había suicidado.
Se suicidó mientras yo iba de Castelldefels a Miramar. - A Pau Casals también le entrevistó.
- Dos veces. En Prada y en Puerto Rico, en su casa. Como catalán, era quien tenía mayor proyección internacional de los que he entrevistado. Pero no se emitieron.
Eran los años del franquismo. - Fue en el avión en el que Tarradellas regresó a Catalunya.
- Sí. Y cuando antes fue a Madrid pude entrevistarle porque se alojaba en casa de un gran amigo mío de ascendencia igualadina, Manuel Ortínez.
Llegué a tener mucha proximidad. Alguna vez que me hacía una confidencia, me decía: «Si explica esto, le corto el cuello». La mueca es el cuello.
He viajado bastante con Samaranch, también. - ¿Qué opinión tiene?
- Para mí, era fabuloso. Era el español más querido en el mundo. Pero ahí no. Que no tenga una calle… No ha tenido el eco que merece porque le vinculan políticamente al régimen franquista.
Pero la gente debería saber que si no tienes quien puede apoyarte, no puedes hacer nada en la vida. - En aquellos años como entrevistador no tenía mucha competencia.
- Casi nula. Radio Barcelona lo era todo en esa época. Había Radio Nacional, Radio España, pero la competencia era nula.
- ¿Qué hace falta para entrevistar bien?
- Simpatía. Y conocimiento de la persona que debes entrevistar. Ahora todo está muy especializado y quien entrevista a pilotos de moto es un experto en motos.
Entonces no. Yo he entrevistado a Ángel Nieto, Fernando Alonso. Pero el mejor en entrevistas era Joaquín Soler Serrano. Lo hacía sin un maldito papel en sus manos.
Hizo venir grandes personalidades, como Henry Kissinger. - ¿Qué le ha dado el periodismo?
- Me ha dado una vida excepcional y un conocimiento de las cosas. Pero también me ha hecho dejar un poco a la familia de lado.
- ¿El oficio es más difícil ahora que antes?
- Es diferente. Ahora se pregunta más. Quizás se informa menos. Pero son otros tiempos. El primer magnetófono que tuve pesaba ocho kilos.
Lo recuerdo del día que fuimos a entrevistar a Carmen de Lirio, una vedette muy destacada. - ¿Sigue la actualidad?
- Cada día leo cuatro horas los periódicos. Sólo papel, sin embargo. Apenas sé utilizar el móvil.
- ¿Qué le ha atraído más del periodismo?
- La curiosidad. Y conocer la vida de los grandes personajes.
- De volver a nacer, ¿volvería a elegir periodismo?
- Volvería a hacer periodismo, pero gozaría mejor de las cosas que da la vida. Nunca he fumado ni he bebido. A veces me pregunto por qué no lo he hecho.
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