Javier Monzón sigue como presidente de Prisa pese a no tener el apoyo del principal accionista Amber

Javier Monzón

Eduardo Fernández en su artículo en El Mundo erxplica que Javier Monzón ha conseguido un respaldo del 62,28% para continuar en el consejo de administración de Prisa, grupo que preside y que abarca medios como El País o Cadena SER.



El resultado es favorable, pero muy inferior al obtenido por otros puntos del orden del día de la junta celebrada este lunes, la mayoría de los cuales fueron respaldados por más de un 99% de las acciones representadas.

Bajo las aguas aparentemente calmadas, hay mar de fondo, una confluencia de corrientes políticas y, sobre todo, accionariales. Amber es a día de hoy el principal accionista de la compañía (29,8%), pero no lo parece, porque no ha convencido a otros accionistas de referencia de la compañía para realizar cambios en la cúpula. Vistas sus limitaciones, Amber ha preferido abstenerse, un hecho que se ha traducido en la reducción porcentual de los apoyos de 62,28% de Monzón.

Joseph Oughourlian ya lideró el derribo de Juan Luis Cebrián, tras años de críticas a la gestión de éste, reemplazado por Monzón, ya sin funciones ejecutivas. Hoy en día, el parisino que lidera en Prisa el hedge fund de origen británico quiere ir más lejos en la transformación del grupo, y Monzón no encaja con sus planes.

Monzón ha llegado a la junta de accionistas, por primera vez telemática, con el relevo en la dirección de El País ya apuntalado; una demostración de poder que ha supuesto la prevista salida de Soledad Gallego-Díaz y el no tan esperado regreso de Javier Moreno como director de la cabecera, labor que éste ya desempeñó de 2006 a 2014.

El Santander, con Monzón
Ratificado el año pasado como presidente a pesar de estar investigado por el caso Púnica, Monzón no cuenta con el respaldo de Amber (29,8%), pero sí con el del Santander (4,1%). De hecho, el directivo también preside actualmente Openbank, la entidad financiera digital dependiente del grupo financiero que lidera Ana Botín.

Botín tiene más poder en Prisa del que aparentan los porcentajes. Por ejemplo, la familia Polanco (antaño accionista de control) ha necesitado de este banco para sostener los créditos de sus menguadas participaciones (7,6%).

La nueva postura de Telefónica
Así, por un lado está Amber; por otro, algunos grandes representantes del establishment español, con el Santander como pieza fundamental. Pero hay un tercer actor que en la teoría pertenecería a este segundo grupo pero en la práctica no tanto: con José María Álvarez-Pallete como presidente, Telefónica (9,4%) ha marcado distancias con la gestión del grupo de medios y ha alentado el entendimiento entre las partes. El ánimo de intervencionismo de la compañía de telecomunicaciones es muy limitado, casi nulo, en comparación con la época de César Alierta, predecesor de Álvarez-Pallete. Telefónica ha explorado la propuesta de algún consejero independiente (se barajó en febrero el nombre de José Miguel Contreras, una posibilidad a día de hoy descartada, según fuentes de este diario). La teleco viene renunciando a proponer consejeros y finalmente ha respaldado el status quo que la figura de Monzón representa, pero sin la implicación en el proyecto demostrada por el Santander.

La tendencia de Telefónica es alejarse más y más de la gestión de Prisa y, en cuanto a las participaciones, su presencia también se ha ido difuminando sin aspavientos, pues llegó a alcanzar el 13% pero ha preferido no acudir a las ampliaciones de capital para así diluirse.

González y Cebrián
Desde algunas atalayas políticas, se considera a Monzón heredero de su predecesor, Juan Luis Cebrián, que continúa firmando artículos en El País críticos con el Gobierno de Pedro Sánchez, y bien relacionado con Felipe González, ex presidente español que participa en el consejo editorial de la compañía y que igualmente ha mostrado discordancias con el actual Ejecutivo socialista. Así, al disensiones al respecto de Monzón, han llevado al Gobierno y a Amber a encontrar coincidencias e incluso motivos para el diálogo.

En ese sentido, no pocas voces dentro del grupo de medios argumentan que mantener a Monzón supone evitar que los fondos tomen el control y escenificar cierta postura crítica con el Gobierno. El propio consejero delegado de Prisa, Manuel Mirat, ha apuntado a esa tesis durante su intervención en la junta: «No representamos a ningún poder». Por el momento, lo único seguro es que hay un choque accionarial, de momento salvado, pero no resuelto.

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