Germán Mansilla Muñoz, productor de Tiempo de Juego en COPE: «Mi labor fundamentalmente es ocuparme de que nada falle»

Germán Mansilla

Lavozdigital.es le ha entrevistado: Integrante del programa radiofónico más escuchado del país, este periodista madrileño bebe los vientos por Cádiz desde que sus padres le trajeron hace cerca de veinte años a veranear.



Es una de las dos manos que mueven el teatrillo que ordena y manda en las tardes noches de la España futbolera radiofónica. Germán Mansilla Muñoz (Madrid, 31 de mayo de 1985) nació en la clínica San Francisco de Asís pero su vida siempre la ha hecho en Móstoles, localidad donde su familia, de raíces extremeñas, sigue viviendo y donde él vivió hasta los 32 años. Estudió los cinco años de Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos en Fuenlabrada y de ahí partió disparado a un máster donde encontró el trabajo… y la felicidad. Esa misma que se la quita pero al mismo tiempo se la da. Porque así es la profesión de Germán, un apasionado de Cádiz que cada vez que se le pregunta por su rincón favorito hace un alto en el camino y busca un sitio para hablar y llenarse la boca hablando de su otra casa.

Serán las siete de la tarde aproximadas del pasado sábado 22 de octubre. Al Cádiz le acaban de meter cinco en Vallecas y Germán nos recibe en los estudios de Cope Madrid con una cara que lo dice todo y no dice nada porque nada hay que hablar ya del partido. Tras enseñarnos con orgullo las instalaciones de Alfonso XI, se ausenta de la pecera que produce Tiempo de Juego para sentarse a hablar de algo que le gusta mucho, Cádiz. Deja a los mandos, que no es poco, a su jefe, Jorge Hevía. Y al otro lado del cristal a todo una pléyade de profesionales como la copa de un pino encabezados por Paco González, el sancta sanctorum de una familia que hace las cosas tan bien porque las hacen desde el cariño que se profesan entre ellos y el que tienen a su oficio.

Sus ya potentes ojos se iluminan más y más cada vez que revive recuerdos del pasado de sus primeros años en Conil, con sus padres y con su hermana. Y con sus queridos tíos. Cuenta las cosas con la misma pasión con la que trabaja y hasta teletransporta al que le escucha a esa playa de Conil de principios de siglo. Después, saborea cada palabra y cada anécdota como si la estuviera reviviendo. Da gusto verle hablar así de la tierra de uno. Descubrió Cádiz de chiripa pero ya no la suelta. En la vida. Es más, quiere más. Y más.

  • ¿Cómo comienza su relación con Cádiz?
  • Pues mira, la culpa de que casi no hiciera prácticas durante la carrera ningún verano la tiene Cádiz porque allí pasaba mis vacaciones. Allí he pasado todas las de mi vida y en ello seguimos.
  • ¿Cómo acaba en la COPE?
  • Mi formación la acabo el quinto año de carrera y ese sí hago prácticas. Además, uno de mis amigos de la universidad, Fernando Martín, trabajaba aquí, en Rock FM -ahora trabaja en Cadena 100-, y me recomienda que no fuera idiota y que hiciera el máster de la Cadena Cope que impartían Paco González, Pepe Domingo, Paco Lama… Me convence y lo hago. Y desde entonces llevo diez años en Cope.
  • No está mal, pero volvamos a Cádiz. ¿Por qué o por quiénes conoce Cádiz como lugar de veraneo?
  • Pues mira. Nosotros teníamos una casita en un pueblo de Toledo y a veinte minutos de Madrid. La usábamos como casita de fin de semana hasta que el vecino del chalet de al lado le dice a mis padres que ese año había ido a Conil a pasar el verano. Y a nosotros Conil de la Frontera nos sonaba casi que a Marruecos.
  • Jajaja
  • Te lo juro. Yo tendría 15 o 16 años. Ese año teníamos previsto irnos a Andalucía porque mis padres siempre se movieron por el sur. Gracias a Dios hemos tenido la posibilidad de veranear casi todos los años fuera y mis padres siempre nos llevaban a la playa.
  • ¿Qué han sido sus padres?
  • Mi padre ha sido muchas cosas, el hombre. Cuando llegaron a Madrid, mi abuelo compró una tiendecita muy pequeña en el centro de Móstoles y montaron unos ultramarinos. Así que durante 30 años ellos tuvieron esa tienda que dejaron cuando falleció mi abuela. Mi madre fue la que montó la tienda, pero cuando murió su madre pasó a ser ama de casa y mi padre comenzó a ganarse la vida fuera de la tienda. Entró en una sala de despieces de aves y durante 20-25 años fue camionero conduciendo trailers de la empresa.
  • Un pajarito me ha dicho que su familia hace un cochinillo ‘pa’ matarse. ¿Tiene algo que ver su padre?
  • Algo sí pero el asador es de sus primos hermanos, a los que yo considero mis tíos porque desde siempre tengo una relación muy cercana con ellos. Y sí, es el Mesón Los Picos, en el centro de Móstoles, por si alguien quiere ir. El mejor cochinillo de Madrid.
  • Apuntado queda. Ha dicho que su familia viene de Extremadura. ¿De dónde exactamente?
  • De Talarrubias, un pueblo de Badajoz. Y esto es muy curioso. Ellos no se conocían del pueblo. Mi padre llega con 14 años a Madrid y mi madre se adelanta porque viene con 7. Y se conocen aquí en Madrid por amigos comunes que eran extremeños.
  • Muy de Cuéntame todo, como sus veranos, ¿no?
  • Correcto, correcto. Tenemos la suerte de que cada verano nos íbamos a la playa. Antes de conocer Cádiz fuimos mucho al Levante, a Benidorm; también a Huelva, a Punta Umbría, que fui con 8 años. Así estábamos hasta que pasa esa conversación con el vecino y mi padre le pregunta si tiene algún contacto en Conil. Nos lo da y el primer año vamos a un apartamento. Tengo 37 y con 16 años me planto por primera vez en Conil. Era un crío yo ahí, eh. Era un niño muy tímido e iba a veranear con mis padres y mi hermana, que tiene cinco años menos que yo.
  • O sea que no tenía una pandilla con la que salir y su hermana era muy pequeña como para hacer planes más de noche.
  • Nada, nada. Yo iba con mis padres y mi hermana pequeña; no conocía a nadie.
  • Primer recuerdo de lo que ve.
  • Llegaríamos a las doce y media, una del mediodía. Hicimos la compra, comimos, nos echamos la siesta y nos fuimos a la playa. El apartamento estaba debajo de la playa Los Bateles. Llegamos y había tal pleamar que el agua había subido casi donde estaban los aparcamientos.
  • Ufff, ruina gorda.
  • La sensación que tuve no es que no me flipara es que no lo había visto en mi vida. Como sabes, Los Bateles tiene muchas dunas y allí es donde la gente se había refugiado porque el agua, entre el río salado que baja y el mar, va confluyendo y va haciendo dunas. Yo veía a los padres salir con el agua por la cintura y arrastrado como podían los carricoches de los niños porque muchos se habían quedado durmiendo la siesta; se había hecho un lago tremendo… Y claro, mi sensación ese primer día fue pensar que esto era un mierda.
  • Jajajajajajaja
  • Era la época de las carpas en Conil, que aquello era otro rollo.
  • Ufff. Y tanto, El Keops ese… Miedito.
  • Yo tenía la sensación que después de haber ido a sitios como Benidorm, Peñíscola, Torremolinos, Puerto Banús…
  • Sitios, todos, que le gustaban.
  • Pues sí, me gustaban. Y no entendía mucho qué hacíamos en Conil, un pueblo blanco que si miras desde el mar parece uno de esos pueblecitos marroquís, muy andaluz también.
  • Vamos, que no le gustó en absoluto la primera vez.
  • No es que no me gustase, pero lo que vi era muy diferente a todo. Yo iba a Benidorm y veía rascacielos; o en Torremolinos edificios altos. Conil, para mí, no era un sitio muy común de playa. Al menos, de los que yo había ido hasta ese momento. Pero claro, yo era un crío acostumbrado a ver playas gigantes como la de Punta Umbría. Pues eso fue lo primero que percibí de Conil. ¡Qué barbaridad!
  • Jajaja… Le puedo entender. Mala suerte la pleamar. hombre.
  • Otra cosa que me impactó es que me acuerdo de salir por las noches con mis padres a cenar o a tomar un helado y yo, que estaba acostumbrado a que por la noche hiciera calor, ¡sentía que hacía fresco! Pero bueno.
  • Guay, ¿no?
  • Ya, tío. Guay para ti, pero yo tenía la sensación de, joder, ¡aquí hay que salir con chaqueta por las noches y es verano (risas)! Y mi madre diciendo que para el año que viene había que echarse una rebequita.
  • Porque a sus padres les entusiasmó desde el primer día.
  • Sí, sí, sí. A ellos le gustó. Decían, ‘qué tranquilidad, esto no tiene nada que ver con la playa de Benidorm’, por poner un ejemplo. No digo que estuviéramos solos, pero hace 18 años Conil no estaba tan de moda y aquello era una delicia. La moda de Conil era la fiesta de las carpas. Otra de las cosas que me impresionó era que la Guardia Civil, de los primeros días que llegamos, cortó el pueblo. Debería ser fin de semana, pero había tanta cantidad de gente que se puso en la rotonda de la entrada y cortó el tráfico para desviar a la gente. De locos, como diciendo, ‘aquí no cabe más gente; no vengáis más porque no hay sitio en el pueblo’. Pero esa era la sensación por esa zona porque por Conil paseabas y era una maravilla. Y mira que Conil no es un pueblo especialmente bonito, pero como fue lo primero que conocimos le cogimos cariño. Tanto que volvimos al año siguiente, y al siguiente, y al siguiente…
  • ¿Siempre en el mismo apartamento?
  • Sí, de hecho, estuve yendo al mismo del 2001 al 2008 con mis padres y también ya con mis amigos desde el tercer año. A partir de 2008 busco ya otro para ir con mis amigos o mi novia.
  • ¿Y cómo es ese primer verano con los amigos?
  • La bomba. Fue 2004 y repetimos tres año seguidos. De hecho, todavía hoy, en nuestras reuniones, siguen saliendo los mismos temas de conversación que dieron de sí esos veranos con 19-20 años. Y las risas siempre con las mismas tonterías.
  • Para su pandilla, ¿Cádiz solo era playa y fiesta?
  • No, hombre, no. A la playa y a las salidas, se le unía que dos o tres de mis amigos siempre hemos sido desde pequeños muy flamencos, quizás influidos por nuestros padres o por lo que sea. Así que teníamos mucho apego a Cádiz sin haber estado nunca en Cádiz. Y lo digo ya, nosotros éramos súper barrieros, del Selu, de José Luis Figuereo.
  • ¿Y quién os mete el veneno de El Barrio?
  • Pues lo trajo uno de mis mejores amigos del grupo, el tuitero @pablololaso, que no sé cómo le empezó a llegar a él. Y puedo decir que uno de los principales culpables que me diera por Cádiz fue El Barrio. Y mira que el primer día que escuché esa música la repudié, el segundo ya me dije ‘uy, este tío’ y el quinto ya no podía dejar de escucharlo. Me sé el disco ‘La fuente del deseo’ de memoria; y fuimos yendo para atrás conociendo todo lo anterior; ‘Mal de amores’… Vino a Madrid y estuvimos haciendo cola una noche antes en Vistalegre, que fue el mejor concierto que dio aquí.
  • Veranea los primeros años en Conil con sus padres, pero cuándo es la primera vez que pisa Cádiz.
  • El segundo verano. Mi primer recuerdo es entrar por San Fernando, que por cierto, ese camino desde Chiclana que va desde hasta caño Zurraque y de ahí hasta que llegas a Cádiz a mí me volvió loco. Esa carretera con agua por los dos lados me pareció increíble. Ya, andando, después de bajar por la Cuesta de las Calesas y dejar atrás PuertaTierra lo primero que vi fue la Plaza España y desde ahí fuimos a la plaza San Juan de Dios y me quedé igual. Era un encanto de ciudad. Mis recuerdos se quedan en la Catedral, Plaza España y el ayuntamiento. Poco más recuerdo porque apenas era un crío. Sé que me flipó.
  • Y vuelve.
  • Y tanto. A los dos años vuelvo con mis amigos porque queríamos ir a la calle Botica, 29; la corrala donde nace el Selu. Y allá que fuimos, en pleno barrio de Santa María, haciéndonos fotos y tal, como los críos de 17 años que éramos. Ese día nos pateamos el Campo del Sur, La Viña, el barrio, pero yo lo hacía sin ser consciente de que lo que estaba haciendo ni de lo que estaba sintiendo. Yo no tenía el plano de Cádiz en mi cabeza.
  • Y ya se encapricha.
  • Es posible. Y más que lo iba a hacer porque en el año 2005, al comienzo de la carrera, mi amigo @pablololaso nos empieza a mandar cosas por mails -en ese tiempo no había ‘wasaps’- de resúmenes de chirigotas. Yo no las había escuchado en mi vida. En mi vida. Y lo primero que escucho es ‘Lo que diga mi mujer’, del otro Selu; y los ‘Juancojones’ del Lobe. Me hacía gracia verlos y recuerdo que me gustó tanto que me aprendí de memoria el popurrit de ‘La quinta esencia’ de Antonio Martín, ¡que puede ser la vigésimonovena comparsa en importancia de él! (risas). Pues yo me lo sé en calé. Y me lo aprendí sin saber lo que era una comparsa, sólo que era más seria. Eso era 2005 y por ahí empieza mi enganche con el Carnaval. Ya en 2006-2007, por esos mis amigos de Cádiz me dicen ‘cállate, que tú eres un post-araca’, me comienzo a enganchar mucho más. También, con la aparición de Youtube, comienzo a bucear y a ver que hay muchas cosas colgadas y empiezo a fliparme con ‘Los Piratas’, o con el Carnaval de los 90 y de más atrás. No paro de tragarme coplas.
  • ¿Y qué Carnaval le gusta más?
  • El de Juan Carlos Aragón. Pero si se me pregunta si me gusta por el de ahora o por el que estamos recordando diría …
  • (risas) Siga, siga, no se calle. Mójese, hombre. ¿Cuál canta más?
  • Yo es que canto mucho, pero es que no sé qué decir. Si se me dice desde que se va Martínez Ares en 2003 hasta que vuelve diría que me gusta más el anterior. O al menos, lo canto más. No digo que este no me guste. Pero toda mi trayectoria de aficionado va atada a Juan Carlos Aragón, pero sin ser ningún enfermo. Yo comienzo a seguirle en ‘Araca la Cana’ y me encantan ‘Los Yesterdays’ porque son los primeros vídeos que me llegan, pero yo voy descubriendo sus primeras chirigotas con el paso de los años. Igual lo que más canto son ‘Los panteras’ junto a ‘Los ángeles caídos’ y ‘Los condenaos’, siendo estos últimos los que más me han gustado de Juan Carlos.
  • Vamos, que me está contestando con sus preferidas. Usted muere con los 90 y los 2000. Es lógico.
  • Sííííííií. Pero me gustan muchísimas cosas de las de ahora.
  • ¿Qué es lo que más le apega a Cádiz?
  • Eso que siempre estaba ahí desde el 2001, que voy por primera vez con mis padres, hasta el 2022 que he ido este verano, como que noto que se me acelera más esa necesidad de ir. Es que a medida que voy conociendo más cosas necesito ir más. Puede que el tener más edad haga que te guste cada vez más el flamenco, el carnaval. Es que en cuestión de cinco años he pasado de 0 a 100 en Carnaval. De no saber nada a entender de lo que se habla cuando estoy en mitad de una conversación, ojito eh. Es que me llevo todo el puto día escuchando Carnaval y eso te cambia la vida, la gente, las circunstancias vitales de cada uno. Y hablando de la vida, en agosto de 2009 pasa algo en mi familia que nos marca.
  • Ojú, malo. ¿En Conil?
  • En el año 2009 pasa una cosa que es básica para entender la historia de mi familia y la mía con Cádiz y con Conil. Pasó que estando mis padres en el segundo día de vacaciones con mis tíos, mi tío de 61 años fallece en el mar a causa de un infarto. Eso es un hecho diferencial para ellos porque dejan de ir a Conil. Mis padres cogen un trauma increíble y desde entonces no han vuelto.
  • ¿Y qué le dice cada vez que usted vuelve?
  • Ella lleva diciendo unos años que le gustaría volver, superarlo. Y yo le digo que una de las cosas que me han hecho estar allí y no parar de volver es que cada año que voy como que me pongo a pedirle explicaciones al mar. Lo primero que hago cuando llego a Conil es soltar las cosas e irme a la playa. Para mí ir allí es un homenaje a mi tío Enrique. Ese es el hecho diferencial que me hace no parar de volver. En cuanto a mis padres, quieren regresar algún día para cicatrizar esa herida.
  • Cambiemos de tema, que no de escenario. ¿Nunca le ha apetecido pegarse más de una semana en Cádiz en vez de Conil?
  • Sí, pero en Carnaval. Lo que pasa es que cuando he sido autónomo y he tenido independencia económica siempre me he encontrado trabajando. Eso impide que nunca me haya podido escapar en febrero ni en mayo. Yo me puedo escapar, como he hecho la locura algún año, de irme un jueves y venirme un viernes por la tarde pero eso es un p… mierda.
  • Y tanto que lo es. Lo hemos sufrido jajaja. Tocando el trabajo. Qué bonito es, pero qué duro, ¿no?
  • Es muy duro. Es una maravilla hacer lo que hacemos porque es lo que nos gusta. Y punto. Y además, trabajar en este grupo de gente es la polla. Pero es duro. Y lo veo por ellos, que tienen 56 años Paco, 45 Hevía… Y han renunciado a mogollón de cosas por su trabajo. Hablo de perderse muchas cosas familiares, por supuesto. Eso es duro, eh.
  • ¿Y está pagado?
  • Cuando haces balance, sí, sí que lo está. Porque pienso en las circunstancias que están muchos de mis compañeros de facultad o de máster y, joder, qué suerte he tenido de quedarme yo con la de gente que había aquí.
  • Es cierto, nada más que hay que verlo lo que se respira aquí dentro. Un ambiente de trabajo, por supuesto, pero en mitad de una familia.
  • Sí. Especialmente, la gente de ‘Tiempo de juego’ somos una familia. Paco se ha encargado de eso. Desde que llegué, Hevía, productor jefe del programa, me cogió del brazo y me dijo ‘tú, aquí conmigo’. Y me sentí como un hermano pequeño. Aunque no nos llevemos tanta diferencia hacemos vida como de familia. Entro y salgo en su casa en verano como cualquiera de ellos, voy a su pueblo. Y Paco nos cuida mucho y tiene unos detalles tremendos con nosotros y eso, quieras o no, también hace que nosotros también nos cuidemos entre todos. Todo lo fácil que se lo podamos hacer el uno al otro, lo hacemos.
  • Para la gente que no lo sepa, ¿cuál es la función que le toca desempeñar como productor de Tiempo de juego?
  • Yo soy el segundo productor por detrás de Jorge Hevía. Y mi labor fundamentalmente es ocuparme de que nada falle. ¿Y en qué consiste la tarea de producción? Valga este ejemplo de ahora mismo. Pues que en quince minutos Manolo Lama puede estar en el Santiago Bernabéu pudiendo narrar el Real Madrid-Sevilla sin problemas. Este caso es más fácil porque Lama vive en Madrid, pero si tiene que retransmitir desde Rusia hay que organizar un viaje, pagar una cabina, acreditarlo…; aparte de la producción más gruesa luego hay que hacer un programa de radio que tiene sus músicas, sus temas a los que hay que darle forma porque hoy en día el fútbol es un aburrimiento y nadie aguanta un Valladolid 0 Leganés 0 por poner. Entonces, cuando estamos en directo desde la una del mediodía hasta las once de la noche, once horas de radio en directo son una locura. El fútbol es el vehículo que te sustenta todo, pero también tienes que hacer radio. Cuando nos dicen que si a veces hablamos de política en un programa de deportes contesto que ‘no, mira, el deporte es el vehículo pero somos un programa de radio y tenemos que entretener como sea y de lo que más importe en un momento dado’.
  • Una virtud que fue premiada por vuestro trabajo en la pandemia.
  • Nos dieron un Ondas por eso mismo, por hacer un programa de radio, diferente; no exclusivo de deportes. Fue un programa en el que se hablaba de todo y con todos. De ciencia, con biólogos; con gente que lo estaba pasando fatal, con familias… Hablamos de todo y nos olvidamos de que era un programa únicamente de deportes. Al final te tienes que dar cuenta que estamos aquí para hacer radio en mayúsculas, no solo deportes.
  • Uno de esos protagonistas fue Fali, jugador del Cádiz que se negaba a entrenar con el coronavirus. ¿Se acuerda?
  • Para no acordarme, con lo que tuve que torear con él (jajaja)
  • ¿Es la labor de productor la que menos halagos se lleva a pesar de ser donde más se trabaja en la sombra para que salga lo que tiene que salir?
  • Sí. Y eso que nosotros tenemos mucha suerte porque desde la careta de Pepe Domingo Castaño ya están sonando nuestros nombres y se nos está dando importancia. Aunque eso ya está en el ego de cada uno, pero en todos los equipos hay gregarios y gente que no soporta estar detrás. A veces puedes pensar, ‘joder, me estoy dejando los cuernos para que Paco brille’, pero es que Paco se lo curra para que el programa brille. Y esa es la clave del éxito de este grupo. Es que no es normal lo que pasa aquí. Es que los productores de la radio nunca han entrado en antena porque están a otras cosas; que no se corte la conexión, haciendo llamadas… En cambio aquí, cuando a lo largo de la semana vendemos temas yo entro (en antena) sin problemas a comentarlos. Aquí tenemos importancia y se nos la da. De verdad que aquí no tengo la sensación de no brillar; mi cupo de ego, desde luego, lo tengo cubierto porque creo que ellos me lo han dado.
  • Una familia, la de Tiempo de juego, que se deja ver mucho por la provincia de Cádiz. ¿Qué es Cádiz para el personal de Tiempo de juego y de El partidazo?
  • A ver, ¿qué es Cádiz para la gente de Tiempo de juego y de El Partidazo? Bueno, pues te diría que es el exilio favorito de la redacción de Deportes de Cope. Y no solo de la redacción de Deportes sino de la redacción de Cope en general porque otro que no se pierde una semana en Cádiz y que tiene ya la distinción honorífica de la zona es Ángel Expósito, director de La Linterna. Es uno de los que tiene casa allí, al igual que Maldini, que no se pierden un verano. El resto encontramos allí nuestro paraíso preferido en España y desde hace ya muchos años mucha gente de esta redacción pasa allí sus veranos. Diría que todos organizan sus veranos partiendo de la base que una semana es para Cádiz. Y en algunos casos hasta más. Y eso te dice que allí se encuentran a gusto porque han encontrado a gente allí que se han convertido en familia para nosotros. Ir a Cádiz no deja de ser ir a ver a nuestra familia de verano para muchos de nosotros. Y si a eso le sumas las playas de La Barrosa, El Palmar, las de Conil o comer en El Timón de Roche, que es donde comen ellos, pues ya me dirán, un paraíso absoluto.
  • Para ir terminando, vamos con su amistad con un grande de la radio gaditana como ha sido Juan Manzorro, con quien le unía una magnífica relación. ¿Cómo lo conoce?
  • Evidentemente, lo conocía por el Carnaval ya que si lo escuchabas, lo tenías que conocer. Pero no lo conocí personalmente hasta 2017.
  • ¿Y cómo fue?
  • Él vino aquí porque vino con su mujer Mónica y doña Pilar, su suegra. Vinieron a Madrid a pasar un fin de semana y me dijo nuestro compañero y amigo Rubén (López), ‘quillo, va a ir Juan al estudio de la Cope porque está como loco con ‘Tiempo de juego’ y porque es vuestro oyente y a su suegra le encanta’. Y le digo, ‘joder, qué guay. Que va a venir el gran Juan Manzorro y lo voy a conocer en persona’. Así que lo veo llegar y se sienta con Mónica y su suegra a escuchar el programa en las gradas que tenemos al lado de la mesa de Paco. Yo, en la pecera, le digo a Hevía: ‘Ese señor, que tú no lo conoces, es Juan Manzorro y periodísticamente es posiblemente la persona más conocida del Carnaval de Cádiz. Voy a saludarle’. Total, que me presento y ya sabes como era Juan. Me dice: ‘Hombre, Mansilla, de Móstoles’.
  • ¿Le conocía?
  • Sí, pero porque era oyente del programa. Me dice que nos admira mucho y yo, rojo como un tomate: ‘Hombre, Juan, que tú me digas eso…’. Yo tendría 28, 29 años… ‘¡Te admiraré yo a ti!’, le solté. Total, que hablamos y me cuenta que su suegra es súper oyente del programa y de Cope y le encanta Pepe Domingo Castaño. Así que, con eso, le mando un wasap a Pepe Domingo y le digo que esa señora que tiene detrás suya es la suegra de Juan Manzorro, una leyenda en Andalucía del periodismo… Se lo cuento todo así en un mensaje rápido y me responde ‘Ok’. Y sin decirle yo nada hace una publicidad, la del Ron Araucas, y decide dedicárselo a Pilar. ‘Este ron que nos vamos a tomar se lo vamos a dedicar a doña Pilar, que es la suegra de Juan Manzorro…’. Y Juan, que era tan tímido. Y Mónica, igual (risas). No sabían ni donde meterse los dos jajaja. Después me vino Juan para decirle la ilusión que le había hecho a su suegra, que si ‘qué emoción, que si esto, que si lo otro’ Súper agradecido. Ya sabes como era Juan de agradecido y cariñoso. A partir de ahí nos dimos los teléfonos y comenzamos a escribirnos todas las semanas. Ya al año siguiente, en 2018, le dije que me iba a acercar a Cádiz para verle porque también tenía que ver a Quique Lafuente, al que también quiero mucho. Pero yo se lo decía como un becario jovencito por si le apetecía tomar un café y él encantado. Pasamos un día increíble allí por su casa, cerca de la Caleta, en el Campo Las Balas. Y al siguiente, ya con mi novia, a la que ya le gusta un poco el Carnaval de la matraca que le he dado, quedamos con Mónica y con él y nos llevó a cenar una caballa caletera en la calle La Palma. Disfruté mucho de él y con él. Un grande.
  • ¿Puede decirse que Juan ha sido tu mejor cicerone en Cádiz?
  • Puede, pero también ha sido Rubén López, que desde el primer día que fui a Cádiz me dijo que ni se me ocurriese buscarme una casa porque su casa era la mía. Siempre le estará eternamente agradecido. Me ha cuidado como si fuera de su familia. Con Juan conocí una parte, con Rubén otra. Y sí, han sido ellos los que han estado conmigo cuando he ido por allí.
  • ¿Y cuándo se va a pegar una semana en Cádiz por delante de Conil?
  • Pues mira, me gustaría ir a Cádiz cuando Cádiz no sea tan Cádiz. Es decir, cuando no sea verano. Como cuando tú me tocas los huevos cuando dices ‘septiembre para los gaditanos’, pues ahí me gustaría ir a mí como gaditano adoptivo que me considero. No puedo negar que me gustaría ir la semana de Carnaval y en carnaval chiquito. Pero simplemente me gustaría ir un día normal; bajarme por la mañana y echarme una caña en cualquier lado, picar algo por allí, y dejarme llevar. Me molaría ese rollo.

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