Sergi Estapé escribe en Diari deTerrassa que aunque no ha sido su labor profesional, la radio es su gran pasión. Sin embargo, se define como documentalista de radio. «Recogo y colecciono documentos de radio», explica. Ha hecho radio, como asegura, como «amateur». De joven, recuerda, escuchaba la radio y, cuando en su casa entró el primer radiocasete, le entró aún más “la curiosidad” por saber cómo funcionaba una emisora de radio por dentro.
Pasó por Ràdio Sabadell y, después, en la desaparecida Ràdio Terrassa, donde conoció a locutores que más tarde serían bastante conocidos. «Vi que aquello no sería mi futuro» y se decantó por trabajar en el negocio de hostelería de la familia, el Bar Jove.
«No me veía como locutor y me gustaba más bien hacer de técnico y tocar las teclas», afirma. Lamenta que las emisoras, durante muchos años, no grababan sus archivos sonoros y llegará el momento en que “para hablar de su historia, la querremos recordar y no tendremos nada”. Por eso, recluta todos los archivos que puede relativos a las emisoras habidas.
Está elaborando un libro sobre la historia de la radio en Terrassa que espera que se publique en 2024. «Me gusta que se haga buena radio», pero encuentra que «falta originalidad y todo el mundo hace lo mismo». Teme que «el patrimonio sonoro y audiovisual de la ciudad desaparecerá pronto si no se digitaliza pronto».
Cuando se le pregunta por sus aficiones, aparte de la radio, contesta que tiene «las normales en una persona». Se refiere a actividades como el cine, la música, el teatro y, también, la lectura.
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