Fernando Díaz De la Guardia (ex Radio Granada), premiado en la Blues Cazorla Blues Battle

Fernando Díaz De la Guardia

Zahira Ramos escribe en elcierredigital.com que Fernando Díaz De la Guardia es un periodista granadino que lleva más de 30 años en el mundo de la comunicación.
Ha sido redactor, editor, locutor, presentador y director de programas en cadenas de ámbito nacional e internacional. Este jueves, ha sido premiado por el “Bluescazorla Blues Battle” en la categoría “Pasión por la Música”, recordando su faceta como músico en el grupo Christiania, de 1991 a 1999, cuando tuvo que elegir entre su trabajo como periodista o como cantante de rock.



Fernando Díaz de la Guardia (Granada, 1972) es un periodista español que ha trabajado tanto en radio como en televisión. Una amplia trayectoria profesional le respalda desde 1990, en la que ha pasado por diferentes etapas como redactor, editor, locutor, presentador y director de programas en cadenas de ámbito nacional e internacional (La 1 y TVE Internacional), regional (Canal Sur Televisión/RTVA) y provincial (Radio Granada Cadena SER y Localia Televisión).
Cantante, autor de un libro y pregonero de su tierra, Graná. En 2018 fue copresentador junto a María Casado en ‘La mañana’ de La 1, desde octubre de 2018 hasta junio de 2019 presentó junto a Inés Porro ‘Vaya mañana’.
Fernando sigue al frente, como presentador y director, de Hoy en día, el magacín matinal diario de Canal Sur más longevo.

Este jueves, ha sido premiado por el “Bluescazorla Blues Battle” en la categoría “Pasión por la Música”, un premio que ha recibido después de treinta años, cuando debutó como cantante en su grupo musical Christiania.

En una entrevista concedida a elcierredigital.com, Fernando nos cuenta más acerca de su trayectoria como músico en los años 90, con su grupo Chistiania, un grupo impulsado por la ilusión, el entusiasmo, los conocimientos de la música afroamericana y sobre todo de las bandas de la costa oeste estadounidense, conformando un repertorio con el que sacaron dos discos: un primero, titulado Rick»s Café, e interpretado en inglés y una segunda formación, siempre con el mismo nombre de Christiania, titulado En el circo del aire, un disco en castellano.

-¿Qué ha significado para ti ser premiado por el “Bluescazorla Blues Battle” en la categoría “Pasión por la Música”?
-Es un honor porque trabajo en televisión y que me conozcan por esa actividad es lo normal, pero que alguien se acuerde de lo que uno hizo con sus amigos hace treinta años, no me parece tan frecuente, al menos tratando se de una cerrera musical modesta como la que tuvimos nosotros y desde luego me ha llenado de ilusión. Cuando ayer recibí el premio y las imágenes que reprodujeron, me emocionó la verdad, es un acontecimiento muy bonito, hecho con mucho gusto, donde se reconocieron también a “Local de Ensayo” y los festivales “Zaidín Rock” de Granada y “Vértigo Estival”, que trabajan en gran medida en la producción de los artistas noveles.” “Verme dentro de este elenco, de un festival muy prestigioso a escala internacional, pues para mí ha sido algo sumamente especial.

-¿Cómo fueron tus inicios en la música?
-Como casi muchos de los grupos de pop y de rock, en el colegio con mi amigo del alma, Pablo Palacios iniciamos la carrera de Chistiania, que es como se llamaba la banda. Impulsados por la ilusión, el entusiasmo, los conocimientos de la música afroamericana, sobre todo de las bandas de la costa oeste estadounidense, empezamos a conformar un repertorio que interpretábamos en inglés. Con el tiempo la formación cambió y el grupo se consolidó con los miembros Jesús Torres, Alejandro Bednar y Popi González y editamos un segundo trabajo.

Con la primera formación sacamos un disco que se llama Rick»s Café interpretado en inglés y con la segunda formación, siempre con el mismo nombre de Christiania sacamos un disco en castellano que se titula En el circo del aire, una repercusión de la escena alternativa que nos permitió tocar en toda España.

Con ya cumplí sueños, por ejemplo telonear a “The Pretenders” una de las bandas más emblemáticas, un grupo donde la cantante es una mujer y fue de los más significativos y tuvimos la gran suerte en el año 1995 de encabezar su cartel en el Palacio de los deportes de Granada.

También hemos compartido cartel con artistas muy reconocibles de los años ochenta y noventa como Antonio Vega, los madrileños Burning, con grupos de Andalucía, Granada como 091, La Guardia, Los Planetas, Lagartija Nick. También con otros grupos de la escena alternativa de entonces como Australia Blonde. Todo ello nos llevó a tocar a lugares como la sala Sol de Madrid, la sala Moby Dick, tocamos también en el Festival Mac de Madrid en 1995, en el Zaidín Rock, precisamente el festival premiado en Cazorla. Lo que hacíamos era trabajar mucho currar en cualquier garito que nos llamara. No se ganaba prácticamente dinero, todo era impulsado por el motor de la ilusión y el deseo de llegar a ser conocido.

Fernando Díaz de la Guardia subido a un escenario.
En Andalucía tuvimos cierto reconocimiento porque había una emisora de radio, precisamente en Canal Sur, antes de yo pertenecer a esta empresa, llamada Fórmula 1, y a partir de que esta emisora empezó a promocionar a grupos empezamos a acumular seguidores, de forma que en una ocasión, recuerdo que estábamos en Bailén, presentando nuestro segundo disco El Circo del Aire, y el público llevaba nuestro disco y se sabían nuestras canciones, llenando la sala. Yo recuerdo esa sensación de decir las canciones que he hecho con mis amigos, con mis colegas ahora ya no me pertenecen a mí sino a personas que desconozco.

Ahí jure mi vanidad para siempre, porque luego que tengas reconocimiento a través de mi trabajo en televisión, pues es algo, digamos consustancial: no causa efecto. Pero aquello que había hecho con mis amigos de madrugada, que de repente nos perteneciera como digo, sino que ya formaba parte de las emociones de los espectadores, fue algo muy bonito.

El éxito no nos llegó, yo ya trabajaba en la Cadena SER en la radio, me quedaba con frecuencia afónico, tenía un grave problema de una cuerda vocal y la foniatra me dijo, que o cantaba goles, porque yo trabajaba para Carrusel Deportivo o cantaba rock; pero que no podía seguir con esa dinámica porque me iba a causar un problema definitivo. Así que un día en 1999, tomé la decisión: deje la banda.

Un par de años después, nos reunimos para tocar en una sala a modo de despedida en Alcalá Real, un pueblo de Jaén y hasta hoy. Sigo teniendo contacto con ellos, algunos siguen ejerciendo la música como profesión, en el caso de Popi González. Jesús es arquitecto en París, Pablo es productor turístico en Praga y Alejandro también ha seguido trabajando con la música con una banda muy conocida actualmente en la escena alternativa, llamada Hora Zulu. Un recorrido que duro de 1991 a 1999.

-¿Ves posible reencontraros de nuevo en la música?
-Lo veo difícil ya que la vida de cada uno, el estilo de cada uno, la distancia las relaciones profesionales, familiares han cambiado. Pero si le preguntaras a cada uno por separado, no les importaría. Les haría ilusión porque forma parte de una etapa muy bonita de nuestras vidas. Es verdad que los finales nunca son agradables, pero hemos mantenido con el tiempo una relación entrañable, y yo creo que si les preguntaras a cada uno, Chistiania significa nuestra juventud, significa una ilusión que después ninguno ha llegado a experimentar de esa forma tan hermosa, tan inocente y quizá el tiempo dirá si hay alguna posibilidad de que por lo menos nos juntemos en un escenario a recordar aquellas canciones. Nunca cierro esa posibilidad.

‘Christiania’.
-¿Crees que podrías compaginar ser cantante y presentador?
-Yo no soy persona de trabajar a medias en ningún proyecto y menos cuando se trata de algo que suscita pasión. No descartaría tener una afición, de hecho a veces me reúno con amigos para cantar o para incluso subirnos a un escenario. Para dedicarme de manera profesional a la música ahora mismo me resultaría imposible, ya que tengo un compromiso con mi oficio, que me gusta mucho y es mi gran vocación. Aunque sí que espero que en algún momento se de la ocasión de que nos juntemos en un escenario para recordar aquellas canciones.

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