Antonio García-Cervigón le dedica este artículo en latribunadeciudadrteal.es:
Cuando el otoño está despachando sus hojas del calendario, nos llega la triste noticia que nos ha acongojado, de la marcha de nuestro buen amigo Joaquín Muñoz, que ha estado como colaborador deportivo del diario Lanza, nada menos que sesenta y seis años. Ahí están para corroborarlo sus más de cuatro mil escritos que él archivó con ilusión y luego con cierta nostalgia, a lo largo de ese tiempo.
Ya escribí en su día, tras el premio concedido por la Delegación Provincial de Educación Física y Deportes, que Joaquín era uno de los informadores más ecuánimes y prolíficos que escribían en ese diario. En el artículo a él dedicado: «Joaquín Muñoz: la dignidad informativa», le decía que tenía alma de Quijote. Muchos equipos de fútbol en poblaciones de la provincia fueron aupados en sus escritos y en su voz, cuando colaboraba también en la emisora La Voz de Ciudad Real, junto con sus compañeros, Pepe Treviño y Ángel Cerro que competían noblemente ensalzando al deporte. Y él además practicándolo, porque Joaquín entrenó una temporada al equipo Independiente de la capital.
Menos mal que cambió los esquemas y la táctica por la pluma y el micrófono. Eso es lo que ganó la información deportiva, enaltecida por sus cualidades personales: era afable, diligente, cordial con ganas de atender deportivamente a lo que ocurría en los campos de fútbol de nuestra provincia y atendiendo, preferentemente, a los campeonatos juveniles.
De manera particular considero necesario traer aquí el estímulo y acicate que tuvieron sus reportajes deportivos dedicados a La Solana, tanto en los extras del periódico como en las revistas editados para feria. El primero de la serie fue un descubrimiento importante: «Pasado, presente y futuro del equipo solanero» en el que anotaba que los primeros tiempos futbolístico se remontan a los años 1924-25, cuando un equipo de Ciudad Real conocido por ‘Los once negros’ jugaron varios partidos en la Villa. Continuó con «La Solana ese equipo…», seguido de «Un año más de fútbol» en el que destacaba el ascenso que jugaron los amarillos frente el Alcalá.
Posteriormente escribió. «La historia del trofeo amarillo Rosa del Azafrán» publicado a cinco columnas con el subtítulo siguiente: «Uno de los torneos veraniegos más veteranos y prestigiosos de la provincia». Y añadía el porqué de su nombre, «se piensa que simbolice al pueblo solanero. Se llamará ‘Rosa del azafrán’, nombre tan universalmente conocido en el mundo musical y literario, pues no en valde de aquí nació la célebre zarzuela de los maestros Federico Romero y Jacinto Guerrero»(Silencio el nombre del que tuvo esa idea ) . El recuerdo y memoria de nuestro entrañable amigo y su lucha por el deporte provincial, bien merece a título póstumo, un galardón de los que entrega la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, en su Gala anual. Mi adhesión y compromiso ya está suscrito.
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