Fallece el periodista deportivo Antonio Moñux (ex Radio Barcelona)

Antonio Moñux

Lo hemos sabido por el artículo de Lluis Canut en El Mundo Deportivo. El fallecimiento del periodista el pasado mes de enero ha trascendido hace pocos días.
“¿Te has ofrecido o te han llamado?”, decía Antonio Moñux. Esto es lo que decía Antonio Moñux, sarcásticamente, que le preguntó Pepe Gutiérrez la primera vez que se vieron convocados por Paco Peris para formar parte de la nueva redacción de deportes de Ràdio Barcelona, en la que ya estaban Manolo Bernardos, Luis Miguel López y Eduard Boet, que debían de afrontar el reto de cubrir la primavera de 1977 la nueva radio fórmula, Radio Sport, que combinaba en la FM los hits musicales del momento (Los 40 Principales), con boletines de información deportiva en las horas en punto. El patrocinio corría a cargo de Núñez y Navarro, con lo que el constructor empezaba a posicionarse de cara a las elecciones presidenciales del Barça del año siguiente.



Pocos meses después nos incorporaríamos Isabel Bosch, Manolo Oliveros, Josep Capdevila y un servidor. Fueron unos años apasionantes en que los medios rompían con el monopolio informativo del estado, transcurrido año y medio de la muerte de Franco. Para un aprendiz de periodista, como era el que suscribe, compartir horas de trabajo con Moñux y sufragarle el vicio por el tabaco fue un privilegio. Antonio era un todoterreno, formado en la inagotable cantera de Radio Juventud, a las órdenes de ‘Juanito’ Surroca, que alternaba con ser el responsable de la sección balonmano en las páginas del desparecido 4-2-4. Antonio se sentía muy orgulloso de la medalla de oro que le otorgó la Federación Española por su dedicación.

En las ondas de la radiom Moñux era todo un comodín, dispuesto a cubrir con nota alta, pero sin prima alguna, las ausencias del pluriempleado Alex Botines en el programa ‘En Punta’, hasta que llegó un día en que los departamentos de recursos humanos de las empresas entienden solo de números y nada de dedicación periodística. Antonio fue invitado a dejar la SER, cuando esta fue adquirida por Prisa. Huérfano de micrófono fue reclutado por El Periódico para reforzar los domingos la redacción de deportes y convertirse, al mismo tiempo en un reputado documentalista para programas televisivos de Julia Otero.

Se podría decir que el periodismo no fue justo con Antonio y no supo aprovechar todo su talento. En los últimos años cayó en el olvido, hasta que esta semana Josep Lluís Merlos nos informaba de su muerte el 17 de enero pasado, sin que se hubiera tenido conocimiento del triste suceso. Desde aquí, y a pesar del retraso, las sentidas condolencias para su esposa Amelia y su hija Carol. Allí donde estés, querido Antonio, pásate por primera vez por un estanco y compra un paquete de cigarros, que los ángeles no acostumbran a fumar.

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