En Caudete buscan resucitar el espíritu de la radioafición en plena era de los móviles

Caudetedigital.com publica que en los años 80 y 90 Caudete contaba con un elevado número de radioaficionados. Y no sólo en Caudete, sino que en España, y en muchos países del mundo, la radio se convirtió en la afición de muchísima gente.



Desde aquellos famosos «27 megaciclos», hasta las emisoras de bandas laterales y, por supuesto, las decamétricas, cada uno según su presupuesto, los radioaficionados de todo el mundo se comunicaban a cualquier hora del día.

La llegada de los móviles fue el declive de esta afición, pero el tiempo ha demostrado que nada tenía que ver aquel tipo de comunicación con la de los móviles o los Whatsapp…

Ahora, algunos caudetanos se han propuesto resucitar aquella afición. Es el caso de Luis Felipe Bañón, que nos cuenta su experiencia y sus proyectos con la radio.

«Durante la pandemia, mi hermano me regaló una radio, una Galaxy Saturn, emisora en banda ciudadana, CB para los aficionados, y para la cual actualmente no se requiere ningún tipo de autorización o licencia», nos comenta Felipe Bañón.

«Dicha emisora data de los años 90 y, haciendo un poquito de historia, esos fueron los años dorados de las emisoras de radioaficionados. Muchos caudetanos aun tendrán viejas emisoras en algún cajón o desván olvidado, ya que en aquella época en España había más de 60.000 licencias de radioaficionados. Actualmente, no llegan a 12.000… Los móviles y los Whatsapp, han desbancado totalmente a la radioafición y la están abocando a una lenta agonía», afirma.

«En Caudete son muy pocos los aficionados con licencia, entrados en años la mayoría, que operan y que no han querido sucumbir a la electrónica de los móviles. No hay relevo generacional para dicha afición», y añade: «Comencé a utilizar la radio en dicha época de pandemia, ya que apenas si podíamos salir a la calle. Por los menos, con una radio podíamos hablar. Sí, hablar, no escribir mensajitos, sino hablar de verdad, conversar con gente que no conoces ni sabes dónde se encuentra. Intercambiar ideas y opiniones, y no precisamente de política o religión, sino de los problemas cotidianos de los ciudadanos. Como una terapia para desahogarnos de algunos de nuestros problemas, terapia conversacional».

La radio como diversión y también como terapia
«En nuestra actual sociedad, a la gente le cuesta hablar, mantener una conversación fluida de diferentes temas. También he descubierto que hay mucha gente mayor que la utiliza para evitar la soledad, ya que con el solo hecho de levantar el micro y decir la famosa palabra breico (breik), o CQ-CQ, puedes tener a alguien que te responda al otro lado, dispuesto también a escucharte. Y la radio tiene una ventaja añadida, y es que mientras hablas en un grupo, nadie más puede hacerlo, por lo que aprendes a hablar y a dejar hablar, algo importante hoy en día».

Nos dice Bañón que «estas ventajas me han llevado a obtener la licencia de operador de equipos de telecomunicaciones con certificado Harec para operar en cualquier país que haya aplicado la Recomendación CEPT T/R 61-02. Por ello, quiero comentar que para aquellos que aún conserven viejas emisoras o para aquellos que quieran conocer en qué consiste el estupendo mundo de la radiocomunicación, vamos a estar emitiendo y escuchando en Caudete los miércoles de 19:30 a 20:30 horas en el canal 14 en AM (frecuencia 27.125)».

«También estoy en contacto con otros aficionados que nos hemos animado a intentar evitar que esta afición termine muriendo en Caudete, y con equipos de aficionados que aún quedan, poquitos pero quedan, realizar, si es posible, alguna cacería del zorro de Radio CB. También vamos a proponer al Ayuntamiento si consideran interesante la posibilidad de crear un taller breve, teórico y práctico, en la Universidad Popular, sobre el mundo de la radioafición», explica.

Y termina subrayando que su objetivo es «dar a conocer, sobre todo a la gente joven, que esta afición existe y que con muy poquito puede practicarla y evitar que el móvil termine matando a la radio, porque con cabeza pueden coexistir en nuestra sociedad actual».

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