Emoción y corazón para entregar los Teide de Oro y el primer Teide de Platino de la historia de Radio Club Tenerife

Radio Club Tenerife

Carla Antonelli, el Festival Internacional de Música de Canarias y Elfidio Alonso Quintero fueron los premiados en una gala cargada de momentos inolvidables.
Un año más, la Sala de Cámara del Auditorio Adán Martín, en Santa Cruz de Tenerife, acogió la entrega de los premios Teide de Oro que, en esta edición, además, concedió el primer Teide de Platino de su historia. Se trata de la edición número 40 de unos reconocimientos que otorga Radio Club Tenerife y que este año han recaído en la modalidad individual, en la política Carla Antonelli; en la modalidad institucional, al Festival Internacional de Música de Canarias; y el primer Teide de Platino, al periodista, político, abogado, músico y escritor tinerfeño, Elfidio Alonso Quintero.



Una gala de dos horas de duración, conducida por Puchi Méndez y los humoristas de Abubukaka, y en las que estuvo presente distintas autoridades como el Presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, la presidenta de Tenerife, Rosa Dávila, diputados autonómicos o alcaldes de la Isla. Durante el transcurso de la misma, se contó con la actuación musical de Abora Project, el solista lagunero Besay Pérez y el artista, junto su banda, Fran Baraja. El evento contó con el patrocinio del Gobierno de Canarias, AENA Aeropuertos para ti, Cabildo de Tenerife. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Grupo Canaauto BMW, Cajasiete, Sofá Zanetti, Spring Hoteles, Los ayuntamientos de Arona, Adeje, Santiago del Teide, Guía de Isora y Villa de La Orotava, Puertos de Tenerife, Coca-Cola y Fred Olsen.

«No hay nada que se consiga sin esfuerzo»
En su discurso, la directora de Radio Club Tenerife y Cadena SER en Canarias, Lourdes Santana, agradeció los 90 años de fidelidad de los oyentes de la radio y poniendo en valor la resiliencia de la isla de Tenerife, y de Canarias, en materia de inmigración, incendios, crisis económicas y pandemia sanitaria mundial, que, en los últimos años «ha afrontado casi en soledad y con escasos medios ante una auténtica catástrofe humanitaria con la solidaridad con la que el pueblo canario afronta retos que parecen insuperables».

En relación a Elfidio Alonso Quintero, Santana recordó que es la segunda vez que «vuelve a nuestra casa» para sumar un Teide de Platino al de Oro que, 40 años atrás, recogió en reconocimiento a Los Sabandeños, solo que esta vez, para su trayectoria personal. Definió al premiado como «memoria viva de la transición política, del nacionalismo canario con mayúscula y ejemplo del mejor periodismo que se hizo nunca en esta tierra; el que escribía entre las líneas de la censura y desafiaba orgullosamente la mordaza del régimen agonizante».

La directora de la radio destacó la intensidad de la vida de Alonso que «ha estado marcada por su impronta, en la búsqueda de las raíces musicales de nuestras islas donde deja un legado extraordinario e inigualable». Santana quiso recordar el disco de Los Sabandeños, La Cantata del Mencey Loco, «un trabajo que despierta fascinación por mezclar todos los elementos que la componen y, por ser, un ejercicio de libertad por la mezcla de música canaria, de fandango y cantos asturianos que evocan todas las culturas que confluyen en esta tierra de mestizaje llamada Canarias». Santana agradeció a Elfidio Alonso su empeño por traer la cultura y la música iberoamericana a las Islas.

Lourdes Santana también tuvo palabras de elogio para la premiada Carla Antonelli, en la modalidad individual y la comparó con la protagonista de la tradicional leyenda de Guacimara, una princesa que luchó por su pueblo. Permitiendo la similitud, la directora aseguró que solo hay que mirar al municipio de Güímar para encontrarse con «una mujer capaz de luchar por las libertades y ser pionera en una vida que rompe moldes y traspasa fronteras». Santana quiso recordar que Antonelli, primera persona trans en llegar al Senado de España, «vivió los últimos años de un régimen en donde los tribunales de orden público podían condenar como delincuentes a las personas simplemente por ser homosexuales o transexuales y ella prefirió ir por la calle y mirar a sus compañeras trans que agachar la cabeza». Concluyó afirmando que «su vida misma se ha convertido en un ejemplo de éxito profesional y político, una vida que ha servido para normalizar la normalidad».

Momento emotivo para el premio en la modalidad institucional al recordar al, recientemente fallecido, expresidente del Gobierno canario, Jerónimo Saavedra por dejar «una Canarias más tolerante y más culta, porque no hay nada que se consiga sin esfuerzo». Santana recordó que, gracias al empeño, la pasión y el amor de Saavedra por la cultura y la música, en enero de 1985 se celebrara la primera edición del Festival Internacional de Música de Canarias. «Un festival que cada año se afianza más y que, «mientras los festivales descansan en invierno en Europa, Canarias se transforma en la capital de la música clásica». La directora de SER en Canarias quiso lanzar una crítica en este apartado y reivindicar una apuesta más decidida por la cultura en las Islas porque «subvencionar el fútbol no supone ningún problema pero apostar por la cultura siempre cuesta, siempre es conflictivo».

«El gesto que sanó una herida muy profunda»
Una emocionada Carla Antonelli recogió el Teide de Oro acompañada de su incansable bandera blanca, azul y rosa, la del Orgullo Trans y, precisamente con orgullo, mostró su incansable lucha por los derechos, libertades y respeto a las diferencias. Comenzó su intervención recordando que, la última vez que había visto una gala de Teide de Oro, fue cuando se le dio a su «amigo, hermana, compañero Pedro Zerolo, y al final resulta que hoy estoy yo aquí por vueltas de la vida».

Antonelli centró su discurso basado en su nombre y en su historia. Por este motivo, quiso recordar a su madre fallecida hace 7 años, Doña Tomasa, en la que reconoció que «nuestra relación no siempre fue fácil pero los renglones torcidos terminaron enderezándose y al final, poco antes de morir, me hizo el mejor de los regalos». Este regalo, según Antonelli, fue que, estando en cama se le ocurrió preguntarle «si sabía quien era ella» y, su madre, con casi 90 años, pronunció «sí, Carla, Carlota». Un momento grabado en el corazón de la activista que, afirmó, que esa pronunciación «por primera y casi última vez», le valió «todas las palizas, los abusos, las noches durmiendo a la intemperie y las décadas de activismo que llevan, siempre el sello canario».

Carla Antonelli lamentó que no vio su nombre escrito en el DNI hasta que cumplió 48 años y que, con ese nombre, amó, sufrió y peleó sin descanso. Además, y aún emocionada, recordó a todas las personas que abrieron el camino «por el que hoy estoy aquí e inmensamente viva gracias a mis hermanas y compañeras trans de Tenerife». Con nombres, quiso tener un homenaje para ellas que son «mi olimpo y mi genealogía, legado vivo de la resistencia, y todo un carrusel de resistentes, resilientes y superviviente», para acordase también de aquellos y aquellas «arquitectos y arquitectas de las utopías que un día logramos hacer realidad».

«Jerónimo Saavedra como alma máter»
El director del Festival Internacional de Música de Canarias, Jorge Perdigón, acompañada de la Consejera de Universidades, Ciencias y Cultura del Gobierno de Canarias, Migdalia Machí, recogieron el Teide de Oro de la modalidad institucional al Festival Internacional de Música de Canarias que, este año, también, cumple 40 años de vida. Machín quiso tener unas palabras a Jerónimo Saavedra al que calificó de «alma máter» del evento porque «con visión y pasión logró posicionar el Festival y convertirlo en una referencia internacional a nivel mundial».

La consejera autonómica destacó, y agradeció, la figura del director Jorge Perdigón, por «su liderazgo artístico, por la valía y por la implicación que ha tenido en este festival que lo ha llevado a cotas nuevas gracias a su trabajo constante». En este sentido, destacó el trabajo de todos los músicos que, durante 40 años, participaron en el festival.

«Aquí comenzó mi andadura con la música latinoamericana»
Uno de los momentos más emotivos, esperados y cargados de sentimentalismo fue la entrega del primer Teide de Platino a Elfidio Alonso Quintero. A sus 88 años de edad, y con una mente privilegiada, recogió el premio, de mano de su hijo, y tomó el atril para delicia de quienes se concentraban en el Auditorio Adán Martín. El lagunero quiso darle las gracias a la emisora de radio «con la que hice mis primeros programas, gracias al director de la emisora en aquel entonces, Paco Padrón». Por ello, recordó el programa ‘Música de Las Dos Orillas’ que, realizó junto a Fernando Díaz Cutillas, ‘Nanino’, y definió como «el comienzo de mi andadura con la canción latinoamericana, aquella tierra que había acogido a nuestros emigrantes y que, en trayectos de ida y vuelta, nos enriquecía musicalmente».

Elfidio Alonso no quiso pasar por alto la presencia de las autoridades regionales e insulares, sobre todo con la Presidenta del Cabildo Insular de Tenerife, Rosa Dávila, a quien pidió que «echara una mano» con una subvención para la apertura de una exposición de una discoteca que donó a Los Sabandeños y que era la recopilación de discos de toda su vida. «Merezco un tiempito para poder terminarlo (haciendo alusión a años de vida) y que la presidenta nos eche una mano», señaló, lo que hizo arrancar, en varias ocasiones, las carcajadas y los aplausos de los presentes.

Quiso dar un adelanto de lo que suponía esa colección y se atrevió a decir varias coplas sobre el Teide; «después de una guerra cruel, nos invadieron los godos, revienta Teide gigante y trágatelos a todos» o, recordó a la desaparecido ‘Nijota’ recitando que «en el tranvía del Teide, yo no me quiero amontar, porque el sexto mandamiento, manda a no funicular». Elfidio, nuevamente, volvió a pedir «esa ayudita» porque, finalizó, «no somos conscientes del tesoro que estamos perdiendo sin dar a conocer estas coplas creadas por la sabiduría popular».

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