Antonio Sempere escribe en Diario de Sevilla: La voz corporativa de TVE y RNE continúa imparable con su labor de grabación de spots publicitarios de autopromoción de los productos de la casa. En la última semanas nos ha llamado la atención la forma en que la Corporación ha decidido trasladar el mensaje a los espectadores de TVE para que escuchen la radio pública.
En el anuncio promocional rodado al efecto, como es lógico, aparecen los rostros de las voces icónicas de los principales programas de la cadena, de Josep Cuní a Samanta Villar, y de Ínigo Alfonso a Pepa Fernández y Carles Mesa. Hasta ahí, todo normal.
La sorpresa deviene cuando la voz corporativa de la casa concluye su promoción invitándonos a que escuchemos ‘erre-ene-e’, la nuestra, la de todos, la de siempre. Resulta sospechoso que a estas alturas se quiera eludir la marca Radio Nacional de España. Por supuesto que el hecho de que se haya volatilizado el término ‘Radio Nacional’ no obedece a la casualidad. Alguien que entiende de marketing habrá considerado que tanto las palabras ‘Radio Nacional’ como ‘España’ debían ser eliminadas de la campaña publicitaria.
Sustituidas por las siglas ‘erre-ene-e’ el producto quedaría más moderno. Conmigo, desde luego, no ha colado. La fórmula me ha remitido directamente al ‘ce-ce-o-o’ que aquel desafortunado día pronunció Alfredo Urdaci en un informativo para olvidar.
Radio Nacional de España, dicho con todas las palabras, la radio pública, la radio sin publicidad y sin cuñas, la radio plural y de servicio público, se gana el prestigio día a día y programa, tanto en su emisora principal como en Radio Clásica, Radio 3 y Radio 5.
No hay que temer al EGM del próximo 29 de abril. Las audiencias siempre son sospechosas, y el Estudio General de Medios es primo hermano de los audímetros.
En un país ideal, RNE saldría muy bien parada en las cifras, pero por desgracia distamos mucho de vivir en un Estado donde se premie una radio que atienda la cultura, la diversidad, que no hable a gritos, donde las horas de emisión duren sesenta minutos. Que lo tenga bien claro el que inventó la campaña de la ‘erre-ene-e’. No hay nada que ocultar: se puede decir Radio Nacional de España con la cabeza bien alta.
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