Cuarenta años de Radio Kolor, la emisora libre de Cuenca: «Ni publicidad, ni religión, ni política»

Radio Kolor

Radio Kolor, la radio libre de Cuenca, está a punto de cumplir 40 años sin dejar perder la esencia de emisora asamblearia, comunitaria, alternativa y asociativa, siempre autofinanciada y con una premisa clara: ni política, ni religión, ni publicidad, financiándose solo las cuotas por hacer programas y lo recaudado en lotería, fiestas y conciertos.



Muestras de música clásica, la Semana y Pico Cultural, humor, teatro, cómic y hasta guiñol han sido disciplinas que en la ciudad de Cuenca siempre han tenido apoyo de Radio Kolor y sus impulsores. Decenas de grupos, conquenses y de fuera han tenido siempre hueco en las ondas de Radio Kolor, desde CU-11 hasta Habichuelas Sudacas pasando por Tintorock, Krack o Fuera de Control y sus componentes han participado en otras iniciativas culturales de la ciudad, como la Asociación de Amigos del Teatro.

La emisora, que pasó por la Casa de la Juventud en la calle Diego Jiménez antes de recalar en su ubicación actual en el barrio de Tiradores Altos, ha explorado distintos diales conforme aparecían nuevas radios comerciales, y de su 89.0 original ha transitado al 106.2 actual, además de sonar por Internet.

Todo empezó en San Fermín
Todo empezó al descubrir en Pamplona, en plenos Sanfermines, toda una «radio de tascas», en una taberna donde acompañaban la cerveza con un particular hilo musical en forma de radio independiente, y que al grito de ‘calamares’ pinchaba música.

Carlos Suárez ‘Chino’, Paco Page, Paco Heras, Juan Carlos Rodri y Ángel Suárez pusieron entonces la semilla de Radio Kolor, que ha mantenido la premisa inicial. «Ni publicidad, ni política», doctrina que no ha dejado nunca atrás para seguir presumiendo del apellido ‘libre’.

El propio ‘Chino’ recibe a Europa Press en la emisora de Tiradores para explicar esos inicios. Cuando había algo de dinero se invertía en equipos a la par que crecía el interés y la programación. «Poco a poco conseguimos mover hasta a 100 personas haciendo programas. Era alucinante».

Los primeros pasos fueron compartidos con Radio Bigarda, con quien se llevaban bien «en general», al menos con la perspectiva de los años, aunque admiten que en los inicios, «algo de pique sí que había».

En aquel 1983 admite que desde altas instancias «algún toque, sí que daban», si bien «metían caña» sobre todo las radios comerciales. «Surgió Radio Ciudad, que sí hacía publicidad y si la cerraban, nosotros también».

El desarrollo de los programas iba aparejado a semanas culturales de todo tipo, desde el cómic a la música, hasta que su ya tradicional Fiesta de la Primavera empezó a coger forma para apoyar a los grupos locales.

Salvoconducto para objetores de conciencia
Radio Kolor sirvió igual como salvoconducto para objetores de conciencia, gracias a la figura de Esteban Ibarra, presidente de Onda Verde, «una de las radios libres más grandes». «A través de él, los objetores nos mandaban una fotocopia y listo», rememora, defendiendo que la insumisión no fue la única lucha social que la emisora ha comandado. «Gente del PP nos insinuó que teníamos que controlar la radio, y les contestamos que si querían una, que la compraran y la montaran».

El activismo social, que iba desde recoger firmas a favor de la libertad de expresión para protestar contra la ley de medios de principios de los 80 a repartir condones, se combinaba con una emisión que tuvo que sobreponerse a un robo que les dejó sin equipos. Seguimos haciendo radio hasta que en un momento desaparecieron los reproductores y estuvimos cerrados tres años…», rememora Carlos Suárez, asegurando que llegaron a sospechar de alguien, aunque nunca lo dirán.

Programación propia y cedida
La llegada de una nueva generación de radioaficionados permitió reflotar el proyecto, que en la actualidad conjuga programación propia y cedida, con temáticas que van desde el misterio hasta la música. ‘Chino’ asegura que su intención es darle continuidad al proyecto que surgió hace 40 años.

«A mí me gustaría seguir, aunque estaría bien que fueran poniendo escaleras mecánicas para llegar. Yo no pensaba que la radio te enganchaba de esa manera. Cuando no hago radio, parece que me falta algo», admite.

Echando la vista atrás, rememora otros tiempos en los que la gran cantidad de radios libres que se desplegaban por todo el territorio mantenían contacto habitual y reuniones periódicas cada año. Reuniones donde se daban cita movimientos sociales y activismo político, «desde comunistas hasta ácratas», pasando por anarquistas.

Una radio «libre» y cuya libertad aún pasean con orgullo, como orgullo provoca también a sus impulsores toda la gente que ha pasado por las ondas de la emisora.

«Hemos tenido mucho reconocimiento a nivel ciudadano. Todos se acuerdan de la radio, de los tiempos del bar ‘El Bar’. Creo que en general la mayor parte de la gente que participamos y comenzamos llevamos con orgullo haber montado esta radio y que haya continuado, que eso es lo difícil. Ya no quedan tantas radios libres», lamenta, añadiendo que, más que radio «pirata», Radio Kolor ha sobrevivido siendo una radio «alegal».

El momento actual de Radio Kolor, que con la llegada de Internet ya no tiene que preocuparse de las licencias, tiene como uno de sus hitos anuales la puesta en marcha de su Fiesta de la Primavera, para la que últimamente están teniendo mayor apoyo de las administraciones públicas. «Ahora se fijan más en nosotros. No sé si por la edad…», sugiere.

74556