Crónicas Radio – COPE Lanzarote inicia una nueva temporada de radio y denuncia persecución

Crónicas Radio - COPE Lanzarote

Septiembre es el mes de los grandes cambios en los medios de comunicación. En el Grupo Crónicas tienen la sana costumbre de cambiar poco o nada para que las cosas cambien mucho o todo. Una temporada más lo marcan como objetivo. En el camino, lo de siempre, las zancadillas de los que pretenden silenciar a las voces independientes como la suya. Continúa siendo un gran misterio la visita de la Policía Local a los compañeros de la radio. A pesar de todo, «COPE se seguirá moviendo»



Septiembre es sin duda el mes de los cambios. O al menos debería serlo. Sin embargo, en el grupo de comunicación se surle iniciar este mes de la cuesta de la cuesta con la idea de trasladar el escaso o nulo movimiento que nos lleva a presentarlo cada temporada como lo que son, un puñado de periodistas que tratan de contar las cosas como son, no como a algunos les gustaría que fueran. Por decirlo de algún modo, como ya se ha utilizado como fórmula de presentación este lunes en la nueva/vieja programación de la emisora local (Crónicas Radio-COPE Lanzarote), no cambian nada para intentar que las cosas cambien.
Y las cosas que deben cambiar son sin duda las que tienen que ver con una sociedad injusta en la que constantemente se cometen injusticias, y en la que la clase política debe sentir el aliento en el cogote de los ciudadanos. Ese aliento es indudable que les llega mejor a través de los medios que son verdaderamente libres. Nuestro empeño es y debe seguir siendo ese, informar, contar lo que sucede a nuestro alrededor, que no es poco, y hacerlo con nuestro estilo y con nuestros recursos.

La historia de este grupo de comunicación está plagada de dificultades, de incontables saltos de obstáculos. Imaginamos que como la del resto, o la de la mayoría. Hay problemas que son lógicos en una profesión tan compleja como es la del periodismo y otros que no tienen explicación sencilla. Lo que hemos aprendido en estos años de aventura es que haciendo bien el trabajo, realizando un periodismo veraz, plural y verdaderamente objetivo, aparecen enemigos por todas las esquinas.
Antes del defenestrado mes de agosto nuestros compañeros de la radio vivieron uno de esos rocambolescos episodios a los que por desgracia estamos tan acostumbrados, como están acostumbrados en el juzgado a ver la cara de nuestros representantes legales para responder a cada una de las ocurrencias de aquellos que no encuentran otros argumentos para intentar hacer daño que la mera ruindad. Como saben los que nos siguen, hemos puesto en marcha un nuevo proyecto bajo el nombre de “COPE se mueve”, un intento de llevar la radio en directo a cada uno de los rincones de la Isla tratando de narrar la noticia donde está la noticia. En el primer programa que hicimos en Arrecife, concretamente el que buscaba promocionar lo mucho que tiene de promocionable el nuevo Almacén, apareció la Policía Local. ¡Qué sorpresa, ¿verdad?! Fue un agente muy conocido del que no vamos a dar el nombre hasta que el asunto se aclare, porque se tendrá que aclarar. El hombre se acercó hasta el improvisado estudio que estaba en la calle no para saludar, sino para solicitar con notable educación la documentación que se necesita para realizar esa actividad ocupando parte de la vía pública. Nada que objetar a su labor y mucho menos a la necesidad de que se exija a todo el mundo que cumpla con las normas. Ahora bien, ¿al resto de emisoras de radio que hacen programas de radio en la calle se les ha exigido alguna vez lo mismo, los agentes de la Policía Local de la capital han cursado visitas a otros medios, la gente de la Televisión Canaria tiene por ejemplo permisos para hacer los directos que hacen a diario? Si la respuesta a esas tres sencillas preguntas es que sí, no hay problema; ahora, si la respuesta es que no, tenemos un problema serio entre manos que enlaza perfectamente con la obsesión de algunos por vigilar y perseguir cada uno de los movimientos que hacemos en nuestros medios.

No hay nada nuevo bajo el sol, y, por desgracia, los golpes, los intentos de silenciar la labor que hacemos, han venido de casi todos los partidos con representación en las instituciones locales. Cada uno con sus motivos y con sus intenciones, cada uno en un momento con diferentes personajes que entienden la democracia y la libertad de expresión a su manera. Muchos, la mayoría, por suerte fuera ya de la vida pública. Otros, una minoría, todavía en activo.
Fue por ejemplo lo que en su día llevó a Coalición Canaria (CC) a consentir que tres de sus concejales en Arrecife, los tres que se dieron el castañazo con María Isabel Déniz en unas elecciones donde se hizo la peor campaña electoral que se recuerda (Luis Morales, Encarna Páez y Lolina Curbelo), preguntaran nada menos que en un pleno de la capital si nuestra emisora de radio tenía licencia para emitir. Crónicas Radio no tenía ni una semana de vida. El problema, ya saben los que conocen la historia, vino para el resto de emisoras, porque algunos fueron a por lana y realmente salieron trasquilados. Desde entonces, teniendo en cuenta que Luis Morales no actuó solo ni convenció a sus compañeras para que le apoyaran por intereses particulares, hemos sufrido cómo se las gastan los unos y los otros. Algo bueno estaremos haciendo cuando las castañas partieron de CC, han llegado de forma contundente del peor Partido Socialista (PSOE) de Carlos Espino y compañía y se reproducen con notable crudeza ahora en el Partido Popular (PP) a través de su conocido veto en Tías. Que los tres principales partidos con representación en las Islas hayan participado de una forma u otra en el intento de silenciar al grupo de comunicación habla sin duda bien del trabajo que se está haciendo. Insistimos. Y no son los únicos; hay otros que utilizan el método del traspiés, y fórmulas de persecución o marginación no tan descaradas. Pequeños lobos con pequeñas pieles de cordero, de los que también nos ocuparemos cuando llegue el momento.

Pero volviendo a lo último, que de lo otro ya hablaremos en otra ocasión, tenemos que anunciar al despierto lector que más de un mes después del suceso seguimos sin tener una explicación certera del origen de los hechos. Es decir, no sabemos por qué se presentó en el aparcamiento de El Almacén un agente de la Policía Local para pedir la documentación que podría y debería haber visto en el Ayuntamiento que la expidió. Pero ocurrir, ocurrió, y aunque estamos curados de espanto y nos tomamos casi a guasa estas cosas, no deja de ser grave lo que algunos con poder político hacen utilizando para ello el dinero de los contribuyentes. ¿No tiene cosas mejores que hacer la Policía Local de Arrecife que estar pidiendo papeles a una emisora de radio que ocupa una esquinita de una pequeña y nada transitada calle? Seguramente que sí. ¿Sospechosos del acto? Los habituales. Aunque, para ser justos, y después de alguna que otra indagación, parece que el concejal responsable de la Policía Local, el ínclito David Duarte, no estaba detrás del hecho en sí, lo que no quiere decir que no se alegrara cuando se enteró de que el atento agente del orden fue a cumplir con su deber en esa entretenida mañana. Su partido, el PSOE, tampoco. Y la alcaldesa, Eva de Anta, mucho menos. Probablemente está en condiciones de darle alguna lección de democracia a más de uno de dentro y de fuera de su formación. También lo contaremos.
Pero lo de la visita de la policía a nuestros compañeros de la radio es un ejemplo del pan nuestro de cada día. Un pan que comemos gustosos, porque sabemos que el estómago del buen periodismo aguanta carros y carretones. Ya dejamos escrito en el anterior confidencial que septiembre iba a ser un mes muy interesante. Muchas de las noticias que hemos venido adelantando se van a ir concretando en estos días. Y después de Los Dolores, las mayores sorpresas. Las encuestas están despejando algunas dudas, y los dudosos están dejando de serlo.
Comenzamos por tanto una nueva temporada en todo el grupo, en las emisoras de Crónicas Radio y de COPE Lanzarote y Fuerteventura, en COPE Canarias, en la Cadena 100, y en todos los enlaces y en las redes que se gestionan a través de la marca Crónicas de Lanzarote. Y no cambiamos para que las cosas cambien.

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