Concha Montes (Onda Cero Marbella), pregonera de la Feria de Marbella

Concha Montes

A raíz de ser designada para pronunciar el pregón de la Feria de Marbella, Nieves Castro la ha entrevistado para el Diario Sur.
Atiende la llamada sentada en la terraza de un céntrico bar de Marbella, al caer la tarde y tras una maratoniana jornada de radio. A pesar de ello, su voz suena despierta, con nervio. Atributos que a buen seguro sabrá imprimir mañana noche (5/6) al pregón que marcará el inicio de la feria de Marbella. La periodista de Onda Cero Concha Montes promete una alocución corta, reivindicativa desde el punto de vista de género pero sobre todo, cercana. Afirma que su designación es un premio a tres décadas de carrera en la ciudad, periodo en el que, como ella misma dice, ha estado en conexión con «todas las Marbellas posibles».



-¿Será su primer pregón?
-Nunca he pregonado la feria, tampoco he dado un pregón de Semana Santa pero el otro día haciendo memoria recordé que en la época de la movida madrileña, unos amigos míos, unos ultramodernos de revista que vivían en Madrid pero que eran de Escañuela, un pueblo muy singular que hay en Jaén, me propusieron bajar al pueblo con ellos a pregonar el Carnaval. Lo hice y fue divertidísimo.

-Y conforme se acerca el momento de pregonar la feria de Marbella ¿qué pesa más, la ilusión de ser pregonera o el miedo por no defraudar?
-Me he propuesto firmemente no ponerme nerviosa y sé que no me voy a poner nerviosa, porque si soy capaz de hablarle a mucha gente en ese escenario del circo sin red que es la radio, puedo enfrentarme a ver a mucha gente que me conoce y me quiere. El verme arropada me va a dar tranquilidad. Las críticas no me importan, ya ha habido alguno que me ha puesto bonita, pero eso, de verdad, no me preocupa en absoluto. Si hay algo que me da cierto gorigori es la crítica de los amigos y cometer un error garrafal, como decir viva San Bartolomé en vez de San Bernabé como dijo Gil (ríe).

-¿Es amante de la feria?
-Yo tengo mi reserva no con esta feria sino con todas las ferias. De chica me encantaba. Mi padre tenía una taberna y no podía ir nunca salvo un día, que nos bajaba a mi hermana y a mí y nos montaba en todos los cacharricos. Guardo un gran recuerdo de aquellas ferias con mi padre. Ya de mayor, la bulla, el gentío y el reguetón me horrorizan un poco. A mí en la feria me van a ver hasta las tres y media de tarde, en la hora del aperitivo, con las gambitas y el montadito, pero a partir de ahí la feria para mí se acaba.

-¿Suele vestirse de flamenca?
-Me gusta la moda flamenca y admiro a los diseñadores y diseñadoras de la nueva moda flamenca, pero no me suelo vestir. Los únicos recuerdos que yo tengo vestida de faralaes son gracias a una foto en la que tendría cinco o seis añillos y en la que salgo con una toquilla de lana hecha por mi abuela. Y de mayor, la única vez que me he vestido de gitana fue el primer año que la feria se celebró en el Arroyo de la Represa después de cerrar la feria de día en el centro. Onda Cero puso una caseta y creo que fue mi compañera, que ahora es la directora de Onda Cero, Inés Borrego, quien me prestó un vestido, y fuimos vestidas Rafaela Sánchez y yo. No guardo testimonio gráfico ni quiero acordarme porque con la flor parecía una jirafa.

-Deduzco que mañana tampoco se enfundará en un traje de faralaes.
-No, no me voy a poner un traje de faralaes. Contemplé, fue un sueño volátil, vestirme de corto… pantalón campero, una cinturilla con una blusa blanca con volantes y sombrero. Se me pasó por la cabeza, pero no lo haré porque los que me conocen iban a saber que era todo muy impostado.

-¿Cómo fue el momento en el que le ofrecieron pregonar la feria?
-Lo recuerdo perfectamente. Fue el lunes en el que estaba prevista en Marbella la visita del (ya saliente) ministro Zoido. Yo estaba en el estudio de grabación con el teléfono en silencio y vi una llamada de Alcaldía. Corté la grabación, cogí el teléfono y me saludó la alcaldesa. ¿Ocurre algo? Eso fue lo primero que le pregunté. Pero tras confirmarme que todo estaba en orden me preguntó que hacía yo el día 5 de junio. Y fue cuando me dijo de una forma llana que me iba a poner en un compromiso ineludible. Me quedé blanca. ¿Qué me va a pedir?, pensé. Cuando me dijo que yo iba a ser la pregonera de Marbella, al principio no supe como encajarlo. A la caída de la tarde volví a llamarla para darle las gracias de nuevo porque esta designación me parece una consideración muy bonita. Creo que ha sido una especie de premio a mi carrera profesional. Un reconocimiento a los 30 años que llevo en Marbella, por estar en la calle en contacto con todas las Marbellas posibles.

-Una pregunta de examen: ¿Cuántas mujeres antes que usted han pregonado la feria de esta ciudad?
-Pues lo he investigado. El pregón de Marbella se lleva haciendo desde finales de los años 50 o principios de los 60 que se tenga documentado y en este medio siglo largo, que yo sepa, han sido pregoneras Lolita, la hija de Lola Flores, Beatriz de Orleans, creo recordar que con un pregón visto y no visto, muy corto, el mío lo va a ser pero no tanto, la actriz Rafaela Aparicio y la última, hace 13 años, Diana Navarro. Haciendo cuentas, que en medio siglo solo haya habido cuatro mujeres, conmigo cinco, que hayan pregonado, puntos suspensivos, pausa valorativa. No digo más.

-Eso le añade más presión, imagino.
-Eso lo que me añade es más orgullo y desde luego lo voy a recordar en el pregón, que será también reivindicativo de esa idea: ¿qué ha pasado para que Marbella cuente con tan pocas pregoneras?

-¿Qué va a encontrarse el público?
-Un pregón breve, conciso y eficaz en la comunicación con la gente; quiero que la gente que vaya a verme se sienta identificada con lo que digo. El tema de la mujer por supuesto que lo voy a tocar; le doy una pista sobre otra idea contenida en el pregón, nadie es de Marbella pero todos somos de Marbella; y no voy a mencionar la palabra cosmopolita.

-¿Llevará papeles?
-Voy a llevar tres folios con letra bien grande, pero aunque yo lleve mi soporte lo que me calienta a comunicar con la gente, que es mi forma de hacer radio, es improvisar.

-¿Qué opinión le merece el resurgir de la feria en el centro?
-No me disgusta. Alguien ha dicho y me ha gustado, que hay que recuperar la centralidad de la ciudad para el centro, sin desmerecer por supuesto a las barriadas ni a los núcleos de población. Me gusta que el centro sea centro, centro de verdad, y que se viva.

-¿Qué mejoras necesita esta feria para convertirse en referente?
-Sin duda un recinto ferial en condiciones. Mire Estepona que tiene un gran recinto ferial que utiliza para otro tipo de actividades a lo largo del año o Fuengirola. Cada mes de mayo ronda la misma pregunta: para cuándo un recinto ferial. Y sí, hay un proyecto que parece que sí, que parece que sí… pero que yo ya no sé si lo voy a ver como tantas otras cosas.

-La última, ¿Concha baila?
-Yo bailo mucho. Me encanta el flamenco, me gusta lo jondo, unas bulerías, unas alegrías; las sevillanas, me gustan menos. Pero con lo jondo me arranco a bailar, seguro… y no lo hago tan mal.

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