
11.05.2025.- Sebastià Sansó le ha entrevistado para setmaarifelanitx-cat: Andreu Manresa (Felanitx, 1955) presentó, en septiembre de 2023, su dimisión como director general de IB3 después de ocho años en el cargo. Pero Manresa va más allá de la entidad pública y catódica. Periodista múltiple y polifacético, ha retratado como pocos a la sociedad balear política, social y gastronómicamente. Hablamos un rato.
¿En qué cosas mantiene el interés ahora Andreu Manresa?
Al mirar, leer y buscar. Gozar del tiempo y las pasiones, pero con otro ritmo. Procuro hacer buena comida, para mí y para mis amigos.
¿Comer para meditar?
Me cuesta ir a comer solo a un sitio, quizá sea una mala costumbre mía. Me gusta comer en compañía. Soy un buen informador culinario y sé muy bien dónde ir si quiero disfrutar.
Un plato felanitchero que haga y recomiende.
Muchas veces me llevo caracoles de Can Felia y los reescribo. Con alcachofa, dentro un arroz pero sin caparazón… caracoles fritos con verdura. Debe ser una influencia francesa, porque en Mallorca sólo se comen en Felanitx y en Sóller.
¿Es más leer que ver la televisión?
Me gusta leer pero también releer, mucho. Ahora estoy con Albert Camús, sobre el olor del silencio y de las sombras de Palma. Soy lector de periódico, hace rato que desconecté la televisión que tenía al lado de la cama, durante la pandemia. Me gusta espigar, hago catas de memorias, dietarios, novela y ensayos, por este orden.
¿Y de autores mallorquines?
Tengo un punto de añoranza de escritores que conocí: de Blai Bonet, de Miquel Àngel Riera, Damià Huguet… también tengo cerca libros de Miquel Bauçà o de Ramon Rosselló, o de la literatura periodística de Pla o Estelrich.
¿Ha podido entrevistar a muchas personas significativas?
En 1993 pude entrevistar a Vargas Llosa, por ejemplo, cuando le hicieron español. Ser mayor o mayor te permite una larga trayectoria y memoria. Joan Miró, Robert Graves, Tàpies, Utzon, el arquitecto de la ópera de Sydney… toda esa generación de los años setenta. Fui el primer periodista en entrevistar a Miquel Barceló, éramos vecinos de casa de su padre. La primera entrevista fue precisamente en el semanario Felanitx en 1974 y las primeras ilustraciones en el Diario de Mallorca donde trabajaba.
¿En qué piensa cuando pasea?
Paseo y me vienen preguntas de las que haría reportajes: por qué hay tantas casas en Felanitx cerradas con cerraduras y llaves, de casas que hacen obra con las puertas cerradas. De restaurantes que se han abierto en la plaza de Ses Palmeres, el Bar Mercantil o una librería como el Call Vermell.
Pero sigue en activo…
Intervengo una vez por semana durante un minuto en la Cadena SER, los viernes. Y en El País de vez en cuando. En el último reportaje he querido responder a la pregunta de por qué el pan mallorquín no tiene sal. ¿Es por la humedad? Por eso he recorrido hasta 14 hornos mallorquines para degustar el pan. Según los historiadores, la única referencia en 400 años es la sal que se ponía en la suela de los hornos. Me muevo entre Palma y Felanitx con las cosas y las dos máquinas (dos ordenadores portátiles).
¿Con qué sensación sale como director de IB3?
Después de más de cincuenta años de intenso trabajo periodístico se imponía una pausa terapéutica, pero tampoco me gusta hablar de donde ya no estoy. He hecho lo que he podido y creo que lo hemos hecho bien. Se han cometido errores, pero por lo general estoy satisfecho y orgulloso. Ha sido un paréntesis experimental positivo. Me fui cabreado pero no maltratado. Casi todo lo que quería decir se dijo.
Se suele definir en los libros como periodista, pero de prensa escrita.
Me defino como periodista de El País porque he estado treinta años, pero también he estado en Radio Nacional de España y fui jefe de prensa del Gobierno… de Gabriel Cañellas. En IB3 también me he sentido cómodo. Respondí a más de 600 preguntas en sesiones de control del Parlamento y he dado la cara en todo momento, afrontamos la internalización de los trabajadores…
Por cierto, ¿mantienen todavía relación con Cañellas? ¿Y con Maria Antònia Munar?
Con Munar no hemos vuelto a coincidir desde hace años. Con Cañellas, el otro día nos vimos en una clínica y hicimos una carcajada circunstancial… y ya está. Fui su primer jefe de prensa. Pero me cuesta ser amigo de personas que se han demostrado corruptas.
¿Qué se necesita para mantenerse periodista?
Tener la capacidad, estar siempre al acecho, una obsesión social por saber te mantiene espabilado… sobre todo a una sociedad pequeña. En El País siempre me he sentido cómodo y libre. Nunca me dijeron esto lo puedes quitar. Sólo una norma: no te equivoques, siempre hablar también con el sujeto aludido, no esperar al día siguiente para tener dos noticias… mal a veces cuando los gritos te intenten dar pena o te insulten. Hechos y descripciones, y no ópera. Deje a alguna gente erosionada, pero el sentimiento es mutuo.
¿El periodismo es la mejor profesión para perder amistades?
Por no hacer sí. En esta profesión tener demasiados amigos es un impedimento.
¿Cómo ve la bajada estadística en el uso del catalán?
Es que demográficamente somos una minoría. Tampoco debemos creernos una minoría selecta, pero está claro que merecemos una defensa.
¿Qué es ser felanitchero?
Una manera de vivir el mundo y de intentar explicar el mundo en mi círculo. Soy muy crítico con Felanitx, no he renunciado a ello, pero tampoco lo veo con adulación.
La tortilla del restaurante de Sant Salvador era…
La mejor omelette soufflee de todo el mundo, y eso que he probado en Palma, Barcelona o París, hecha en el horno de leña, con o sin helado. Pero también hace falta una mención al arroz salvaje de Sant Salvador.
¿Se considera taurino?
Conocí a los toros a los treinta años en La Monumental de Barcelona. En aquellos momentos trabajaba con Joan Soto Viñolo, biógrafo de Manolete. Íbamos a un par de corridas al año… pero nunca he sido taurino militante.
¿Cómo se hace para escribir bien?
Intentar no ser repetitivo pero sí reconocible. Como decía Josep Melià, el lector debe identificarse tanto con la crónica que piense que hubiera podido escribirlo él.
¿Escribirá unas memorias?
Las memorias de un periodista, o son muy buenas o si son sinceras son impublicables. Yo tengo dos o tres episodios flamígeros que van a quedar para mí y mis amigos.
La última. ¿Qué opina de la polémica con la serie Norats?
Estoy muy contento de haber encargado el trabajo a Juan Carlos Martorell. El año 2017 ya se estrenó el documental.
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