ABC le ha entrevistado: Madrid, 1948. Soy jubilado, periodista, padre, abuelo y marido. Estoy en el programa ‘De Pe a Pa’, de RNE, un rato cada mañana. Publico ‘Vi luz… y entré’ (La Esfera de los Libros).
- Periodista de Pueblo; director de programas en RNE, Radio Voz, Onda Cero, TVE, Antena 3, Telecinco, Canal Sur, ETB y Telemadrid; escritor…
- Andrés Aberasturi. ¡Para, para! Digamos que soy publicador de libros, que escritor es algo más serio.
- Su libro es íntimo y precioso, habla de soledades y silencios, de conflictos personales y de búsqueda de la armonía.
- A mi edad, puedes vivir jugando a la petanca y paseando o dedicarte a pensar con cierto sentido autocrítico tu vida. En el fondo soy un místico [ríe].
- Ha escrito: «La memoria es un arma que salva y que asesina».
- Sí, no puedes dejar de recordar cosas que no quieres recordar y, a la vez, sería trágico que no las recordases. Un ser sin recuerdos sería patético.
- Y el pasado, incierto como el futuro.
- Porque hemos hecho la memoria a nuestra manera, deformando la realidad, y recordamos cosas que ni sabemos si nos las hemos inventado. Es terrible no olvidar lo que quieres olvidar y muy bonito recordar lo que quieres recordar, aunque no sepas si fue verdad.
- No se siente de este siglo, dice; que es un desplazado de un mundo antiguo. Y se define como un anciano que piensa, ¿tenía un mal día cuando lo escribió?
- No, pero acojona calcular los años que te quedan; son muy pocos y no te lo acabas de creer, porque te miras por dentro y no te ves tan anciano [ríe].
- Su tono no es pesimista, pese a vivir, dice, en el arcén, procurando no molestar.
- No es pesimismo, es desencanto y reconocimiento de la realidad. No sé si yo he desencantado al mundo o el mundo a mí, o las dos cosas. Creo que conviene envejecer con cierta dignidad y separarse para que pasen los demás.
- Cita a Jaime Gil de Biedma cuando se dio cuenta de que «la vida va en serio».
- Yo ahora le diría que lo que va en serio es la muerte; el resto es farfulla y confeti. Somos el tiempo que nos queda y fuimos el tiempo que nos pasó.
- «Para unos el futuro es esperanza permanente y para otros, amenaza».
- De joven vives diciendo: cuando sea mayor, cuando tenga hijos… Y un día ya no hay futuro. El futuro es lo que te queda sin intentar ocupar el puesto de nadie ni dar discursos aburridísimos.
- Me quedo con su rebeldía militante de juventud y con sus reflexiones de anciano, optimista pese a todo [risas].
- Me han echado y me he ido de muchos sitios. Se puede decir ‘no’ porque el bolsillo no aprieta tanto: es mejor vender churros en una feria que tragar con lo que no piensas. De esto sí estoy orgulloso.
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