La desconocida historia de Marisol del Valle, la pionera de la radio y tía abuela de Letizia que marcó su carrera periodística

Marisol Del Valle

Silvia Cruz Lapeña escribe en Vanity Fair que Marisol del Valle ha sido locutora, directora y maestra de periodistas. Entre ellos, la reina Letizia, de quien es tía abuela. El menor reconocimiento profesional dado a las mujeres de su época y su discreción la han mantenido en la sombra… hasta ahora.



Marisol del Valle (Santander, 85 años) dejó Oviedo en 1955 para mudarse a Madrid. La llamó Bobby Deglané, descubridor de Luis del Olmo o Jesús Hermida, y definido en los libros de historia del periodismo como “el arquitecto de la radio española”. Tres años después, la rebautizada por Deglané como “la rosa de la Costa Verde” por sus orígenes asturianos ya copresentaba con él Todas las noches, sorpresa, un programa de cuatro horas en directo y con público que se emitía desde un teatro de la calle de Hilarión Eslava.

Como la propia Marisol contó en un libro dedicado a su mentor, trabajaban los siete días de la semana: “Acabábamos con agujetas en el diafragma de hablar tan rápido”. El programa era muy popular, los presentadores lucían trajes de noche y esmoquin y contaba entre sus fieles con espectadores de alta cuna: el duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart, tenía un palco propio desde el que disfrutaba, por ejemplo, del debut de la niña prodigio Marisol o de un tal Rafael que luego le daría un aire más artístico a su nombre escribiéndolo con “ph”.

Así fueron los inicios de alguien clave en la vocación periodística de la reina Letizia, de quien además de ser tía abuela fue maestra. Siempre se recalca la influencia de su padre, Jesús Ortiz (Oviedo, 72 años), que fue director de programación de Antena 3 Radio, y la de su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle (Santander, 93 años), veterana locutora que también inició a Marisol en las ondas. Pero apenas se ha hablado del influjo de este familiar con una larga carrera en la radio. “Marisol del Valle tiene una voz preciosa, nada impostada, bien educada y encantadora. Fue una de esas mujeres que se hicieron locutoras profesionales a base de práctica, pues en aquellos años no existía ni la carrera de Periodismo”, cuenta a Vanity Fair Ángeles Afuera fundadora del departamento de Documentación de la Cadena SER y autora de Unión Radio. Crónica de la primera cadena española (1925-1939).

Efectivamente, la primera carrera de Ciencias de la Información la creó en España la Universidad Complutense de Madrid en 1971. Allí cursó Periodismo Letizia Ortiz Rocasolano, que ha aceptado ser la madrina de los actos del 50º aniversario que el centro celebra este año. En esas aulas donde su sobrina nieta se licenció en 1995, Marisol del Valle se doctoró en 2016, ya octogenaria, con una tesis dedicada a la entonación del español. No es el único punto donde confluyen los caminos de ambas mujeres, pues Marisol ha sido una presencia discreta pero constante en la vida de Letizia.

Marisol fue quien avisó a Menchu de que su nieta se casaba con el príncipe tras verlo en televisión, según contó Henar Ortiz, hermana de Jesús Ortiz y tía de la reina. También fue una de las escogidas para ir al bautizo de la princesa Leonor en 2006. Y en 2007 habló en Logroño un día después del suicidio de Érika Ortiz trasladando el dolor de la familia y explicando que Letizia era la hermana con quien mejor se entendía la fallecida.

Pero apenas hay fotos de Marisol, pues, a pesar del rol de pionera de la radio, de su influencia en Letizia y al contrario de lo que sucede con “familiares de” con mucho menos currículo, ella ha querido y sabido permanecer en la sombra.

Tampoco ha querido hablar para este reportaje, pero Vanity Fair ha sabido que sigue viviendo en Madrid con el hombre al que conoció hace casi 60 años: el doctor Tomás Caparrós y Fernández de Aguilar, su esposo; padre de sus tres hijos (un hombre y dos mujeres) y abuelo de sus cuatro nietos. Caparrós trabajó toda la vida en la Fundación Jiménez Díaz, donde inauguró la primera Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de España.

En esos mismos años, Marisol siguió ampliando sus horizontes. Ya en Radio Nacional de España copresentó Estudio 15/18 con Alfonso Eduardo Pérez Orozco. Eran los setenta y ese fue su programa favorito: en él intercalaban actuaciones musicales con entrevistas —en el archivo de RTVE puede escucharse la que le hizo a Cecilia— y llamadas de oyentes que encontraban allí un espacio de libertad que no habían tenido durante la dictadura. También dirigió Clave de Sol, un matinal realizado solo por mujeres donde entrevistó a Manuel Fraga. En ese, como en todos sus espacios, la música tenía también mucho peso. Incluso en el último, Telón de fondo, que dirigió y presentó y en el que unió una selección de las canciones que habían marcado los últimos 50 años del país con testimonios silenciados durante el franquismo. Por ejemplo, el de los maquis de la Guerra Civil o el de víctimas de acoso sexual.

“Marisol quizá empezó siendo locutora, pero acabó siendo periodista”, añade Afuera, que considera que la tía abuela de la reina forma parte del grupo de pioneras de las ondas que ella ha estudiado a fondo y que incluye nombres como el de Lola Agulló, locutora del primer informativo matutino, emitido en Unión Radio, o el de Josefina Carabias en su faceta de reportera. Por eso no debería extrañar que en 2013 la Academia de la Radio incluyera a Marisol en el premio “María Elena Domenech” que le dieron a su hermana Menchu por su carrera.

Algunos criticaron el doblete y hubo quien se aventuró a decir que Marisol entraba en el pack por ser “hermana de” cuando lo raro es que, observando sus carreras, no la hubieran premiado a ella aparte. Porque la proyección de Marisol fue mayor que la de su hermana. No solo porque trabajó a escala nacional mientras Menchu se quedó en la radio local, también por la tarea que desarrolló tras dejar RNE: dando clases, creando discípulos.

“Era una mujer imponente, con una voz espectacular y mucha personalidad. La llamé porque tras dejar yo la Cadena SER hice un máster cuyo trabajo final era idear una empresa. La mía era una escuela para profesionales de los medios audiovisuales porque en la carrera dan mucha teoría y poca práctica. Quise contar con ella, que se había prejubilado. Le encantó la idea e hicimos una sociedad limitada”. Habla Marisol Tomás sobre el IEPA (Instituto de Especialistas en Periodismo Audiovisual), donde ambas socias ofrecieron desde mediados de los años noventa el primer máster que proporcionaba a informadores de radio y televisión una formación específica impartida por profesionales.

“El primer año estuvimos en un local de la COPE, pero cuando vieron el filón de lo que hacíamos, montaron su propio curso y nos echaron”. De ese modo, llegaron al local de 3.000 metros cuadrados en dos plantas en el barrio de Tetuán y próximo al Paseo de la Castellana, donde las dos socias formaron a rostros hoy muy conocidos. Una fue Sandra Golpe, presentadora de los informativos de Antena 3. Otra, Letizia Ortiz.

De la actual reina se han contado muchas veces sus inicios periodísticos, su viaje a México para hacer un doctorado… pero nada sobre un máster de cuya graduación es la foto que abre este reportaje. En la toma, posa una Letizia de 23 años con su tía abuela Marisol, que la mira orgullosa y de quien no solo heredó una buena voz, sino que también aprendió bien sus lecciones: basta comparar su trabajo en televisión o sus discursos como reina con los archivos que se conservan de su tía abuela para ver la escuela.

“Marisol del Valle primaba la claridad, nos decía que lo importante era hacerse entender. El modelo que nos ponía era Olga Viza: claridad y naturalidad, nada de hablar de forma ampulosa”, explica José Antonio Piñero, exalumno del IEPA, periodista y profesor de radio en la Universidad San Pablo CEU. Piñero recuerda: “Era meticulosa y exigente. Nos grababa y repasaba con nosotros el ejercicio línea a línea. Pero era cálida y tenía alma, y, sin duda, era el corazón de esa academia”. Del mismo parecer es María del Mar López Talavera: “Cuando fui a informarme, me atendió Marisol del Valle. Me gustó que fuéramos pocos alumnos y los tres meses de prácticas pagadas”. Mar es profesora de Ética en la Facultad de Ciencias de la Información en la Complutense y recuerda que le convenció el programa lectivo de 600 horas, las clases dadas por periodistas en activo, los platós de radio y televisión… y un poco menos el precio.

“Costaba casi un millón de pesetas (unos 6.000 euros) y no me pareció caro, pero lo pagaban mis padres y me sabía mal. Marisol me dijo que lo pensara tranquilamente y me ofreció hablar con algún exalumno”. Así fue como se encontró al teléfono con la futura reina de España: “Letizia trabajaba aún en Bloomberg y me contó que era muy sacrificado, que la hacía vivir al revés del mundo porque entraba de noche y por eso no podía ni ir al supermercado. Pero también que era apasionante y que si me gustaba, apostara por ello… Aunque también me contó que apenas podía ver a su pareja”, recuerda López divertida. Era 1999, el año que Ortiz Rocasolano se divorció de su primer marido, Alonso Guerrero, con quien se había casado 12 meses antes.

“Es cierto que la usábamos un poco como reclamo”, explica Tomás al recordar que Letizia llamaba la atención de todos. “Hacíamos a los alumnos una prueba de cámara que enseñábamos a los medios para que eligieran becarios. Todos se fijaban en ella. Es inexplicable, todos lo hacían bien, pero ella llamaba la atención. También tenía que ver que fuera tan disciplinada, muy profesional. Y que tuviera cerebro, que eso también cuenta y se nota”.

Letizia no fue la única Ortiz que su tía abuela acercó al IEPA: su padre también dio clase. “Chus fue profesor con nosotras dos años porque yo quería alguien acostumbrado a organizar una programación”. Pero cuando el IEPA cumplió cinco años, se acabó la alianza entre las dos Marisoles. “Uno de los motivos es que nos doblaron el alquiler y el otro, que había que comprar equipos nuevos porque llegaba el cambio al sistema digital”. Que las clases fueran solo para 16 personas —“Queríamos dar una atención personalizada de verdad”— limitaba los ingresos y había que pagar a los técnicos y al numeroso profesorado. Entonces la tía abuela de Letizia decidió que era el momento de retirarse. Marisol del Valle montó una empresa a su medida, Voz & Imagen, con la que daba clases para hablar en público a directivos de empresas como PwC, Telefónica o Ikea.

Tomás siguió 20 años más con su proyecto, vinculado desde entonces a la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES, donde siguen ofreciendo los estudios que ella y Marisol del Valle impulsaron. Recordando con Vanity Fair esa segunda etapa, Tomás desvela un episodio desconocido de la vida de la reina: su faceta como profesora. “Los alumnos tenían sus predilecciones y era una de las presentadoras que siempre nos pedían que trajéramos. Ya trabajaba en CNN+ y andaba muy liada, pero dio varias clases”.

La exigencia, la vocación, el estilo… muchas cosas coinciden en Marisol y Letizia, no la duración de sus carreras. En 2003, tras su compromiso con el príncipe Felipe, Letizia dejó el periodismo. La trayectoria de Marisol, sin embargo, se extiende desde 1949, cuando su hermana la sentó por primera vez ante un micrófono, hasta 2014, fecha en la que el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó la liquidación de Voz & Imagen. “Es una señora con mucho ímpetu. Fuimos dos emprendedoras a las que no hacían mucho caso, pues, a pesar de nuestra larguísima experiencia, nuestro nombre no era conocido como el de nuestros compañeros de la radio”, apunta Tomás.

Piñero, también profesor de radio, sigue ese argumento: “Eran iconos del sonido, pero se movían en un mundo de hombres”. Ángeles Afuera la define personal y profesionalmente de esta manera: “Una mujer de rompe y rasga”. Una que en sus inicios locutó ante el duque de Alba sin imaginar que tendría en su familia y en sus aulas a una reina de España.

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