Paloma del Río (ex TVE) y Tony Aguilar (Los 40), contra la presión social de beber alcohol

Toni Aguilar

26.12.2025.- Elena Barrios escribe en larazon.es que la Navidad, con su promesa de reencuentros, mesas largas y brindis infinitos, también puede convertirse en un terreno incómodo para quienes deciden salirse del guion establecido. Paloma del Río y Tony Aguilar lo saben bien. Ambos han utilizado las redes sociales para visibilizar una realidad que muchos viven en silencio: la presión social -a veces insistente, a veces hiriente- que recae sobre quienes no beben alcohol, especialmente en contextos festivos.

Todo comenzó con un mensaje directo y cansado de Paloma del Río. La periodista deportiva, una de las voces más reconocibles y respetadas de la televisión española, compartía en X una reflexión tan sencilla como reveladora: «Tener siempre que explicar que no bebes alcohol es cansadísimo». Acompañaba la frase con uno de esos comentarios que se repiten como un mantra social: «¿Ni siquiera un poquito, mujer?». Una pregunta aparentemente inofensiva que, en realidad, encierra juicio, insistencia y una normalización absoluta del consumo.

Paciencia
«Los abstemios necesitamos dosis de paciencia», añadía Del Río, dejando claro que no se trata de una anécdota puntual, sino de una constante que atraviesa comidas familiares, celebraciones laborales y encuentros con amigos. Que el mensaje se publicara el 25 de diciembre no parecía casual: las fechas navideñas intensifican esa presión, como si brindar con alcohol fuera una obligación emocional más del calendario.

A su reflexión se sumó Tony Aguilar, locutor de radio y rostro inseparable de Eurovisión, quien no solo respaldó el mensaje, sino que aportó su propia experiencia personal. «Hace casi 15 años que soy abstemio, Paloma. Los que de verdad me quieren, se alegran enormemente», escribió, poniendo el foco en una idea clave: el respeto como termómetro de los afectos reales.

Sin embargo, Aguilar fue más allá y denunció el lado más oscuro de estos reproches sociales. «Lo más horroroso y homófobo» que le han dicho por no beber alcohol fue: «te has amariconao». Una frase que el DJ calificó sin rodeos como «repugnante» y que revela hasta qué punto el consumo de alcohol sigue asociado, de forma absurda, a una idea tóxica de masculinidad. «Esos ya no están en mi vida», sentenció, marcando una frontera clara entre el humor tolerado y el desprecio inaceptable.

El debate no es menor. En una cultura donde el alcohol forma parte del ritual social desde edades tempranas, decidir no beber sigue siendo percibido como una excentricidad, una rareza o incluso una provocación. Frente a ello, cada vez más voces reivindican la abstinencia como una elección personal, saludable y perfectamente legítima. «Prefiero ser la rara del grupo a tener el hígado mal», resume una consigna que gana fuerza, especialmente entre las nuevas generaciones.

Ejemplo de ello es la creadora de contenido Marta Díaz, quien ha confesado públicamente que nunca ha probado el alcohol. Lejos de esconderlo, lo reivindica como parte de su identidad, contribuyendo a normalizar una decisión que no debería requerir explicaciones.

Las palabras de Paloma del Río y Tony Aguilar no solo ponen nombre a una incomodidad compartida, sino que invitan a revisar costumbres profundamente arraigadas. Quizá estas Navidades, entre copa y copa, convendría recordar que el respeto también se brinda. Y que no todos los brindis necesitan alcohol para ser sinceros.

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