21.11.2025.- Omp.es publica que las Obras Misionales Pontificias han entrevistado a la periodista de la cadena COPE Patricia Rosety. Es conocida su pasión por la radio y por el periodismo, pero, quizás, no tan conocida la pasión que siente por el voluntariado misionero, al que dedica vacaciones y “tiempos libres”.
Patricia cuenta cómo empezó todo: “Desde hace muchos años, creo que desde pequeña siempre quise hacer voluntariado. Empecé en el colegio. Estudié en las Ursulinas de Gijón y empecé a hacer voluntariado a los 14 años. Creo que es una forma de vivir y de sentir la solidaridad, y es un camino y un trayecto que me ha acompañado durante muchos años. Tenía ganas de conocer las misiones. Cuando llegaba el Domund, sobre todo cuando era pequeña, era un momento especial, porque venían los misioneros al colegio o a las parroquias a contarte un poco qué era lo que hacían allí. Nos llamaba mucho la atención y siempre tuve pues esa cosita de conocer las misiones y hace ya unos cuantos años se dio el caso, y bueno, esto engancha”.
Su primer voluntariado lo hizo en Ecuador: “Desde que fui la primera vez a Ecuador, repetí en Ecuador, fui a Perú, fui a Guinea Ecuatorial y los últimos años voy a República Dominicana. La misión está allá donde tú estés y hay muchos lugares que necesitan mucho apoyo, incluidos los nuestros, los de aquí cerca. Los primeros tres años, los primeros tres veranos, estuve acompañando a mujeres rurales. También fui con la Fundación Santa Marta, con Cáritas, con un matrimonio misionero maravilloso como son Alfredo de la Fuente, que es de Valladolid y su mujer Reina Barahona, que es guatemalteca. La señora Reina y don Alfredo, se fueron para allá en los años 80 y empezaron con un proyecto de mujeres rurales. Y después de todos esos proyectos con las mujeres en Manabí, en la Costa, en una de las zonas más pobres de Ecuador, el Estado les dio muchos más proyectos”.
“Desde un principio colaboraba con esas mujeres rurales y después estuve en proyectos de discapacitados y mendigos. Proyectos muy fuertes que salías cada día de cada casa llorando, porque veías unas realidades que no tienen nada que ver con las tuyas. ¿Qué hago aquí con estas personas? El hecho de acompañarles, de estar con ellos o incluso –yo con mi grabadora, que va conmigo a todos los sitios–el hecho de que les grabas una entrevista, que hablas con ellos, para ellos era una fiesta. Situaciones de personas dependientes que no tienen nada que ver con la situación de España, de Europa”. Reconoce Patricia que aprendió mucho y cuando volvió reconoce que “te cambia un poco la vida y lo relativizas todo, que le das mucha menos importancia a las cosas”.
Después fue a Perú: “Fui cuatro veranos, estuve en Koribeni, en el Alto Urubamba y en Madre de Dios. Estuve con Roberto Dávalos, un misionero lleno de energía, de fuerza y de vitalidad. Es navarro. Lo acompañábamos a las comunidades machiguendas, a lugares muy alejados. Una naturaleza como es la selva, que os lo podéis imaginar. Y allí bueno, pues el misionero es el ‘todólogo’ porque les tiene que acompañar y llevar de todo, desde comida a medicinas, ayudarles a hacer casas. Y están las multinacionales, cargándose de la selva a pasos agigantados. Se están llevando el gas, la madera, el oro, la riqueza natural que tiene toda esa zona. Y también estuve en Puerto Maldonado, en Radio Madre de Dios, que es la radio del Vicariato, y el obispo es monseñor David Martínez de Aguirre, que es de Vitoria. En esa zona, como está en frontera con Bolivia y con Brasil, hay un problema muy fuerte de trata de personas, de minería ilegal. Son unas situaciones bastante complejas y complicadas”.
De allí pasó a Guinea Ecuatorial, “en la misión, en Malabo”. Dice que cuando piensa en Guinea piensa “en el orfanato y en esos niños que te llevarías a casa porque son maravillosos y que, sobre todo, necesitan cariño. Las monjas les dan mucho cariño, pero es que son tantos que los niños lo que quieren es que les abraces y que juegues con ellos”.
Finalmente ha vivido la experiencia en República Dominicana, donde estuvo en Radio Seis, “que es una radio muy diferente a las nuestras, porque es una radio que escucha y acompaña, que lo que intenta hacer es contagiar esperanza, buscar y luchar por la justicia. Y hay mucho problema de derechos humanos. A la gente, a los campesinos les quitan la tierra con mucha facilidad. El problema de la tierra en Iberoamérica es bastante complicado. Por la tierra matan. Es el caso en El Seibo. Hace unos cuantos años, cuando a los campesinos, conocidos como los peregrinos de El Seibo, les quitaron las tierras y mataron a un niño de 12 años. Una muerte que sigue impune. Ahora, que he estado hace poco, les desalojaron de madrugada, sin ninguna orden, sin aviso, a 60 familias, con excavadoras. Llegaron cientos de policías y bueno, pues como decimos aquí por el artículo 14, por orden de alguien, que no se sabe quién, echaron a las a las familias y las dejaron a la intemperie allí. Quien les apoya es un misionero español, un dominico asturiano, Miguel Ángel Ayllón. Son como los llama él, los preferidos de Jesús”.
Patricia es consciente de que se trata de acompañar: “A veces piensas yo que las pueda hacer. Creo que el acompañamiento que les haces es algo muy bueno. También el seguir en contacto con ellos desde la lejanía. Esto engancha y entonces cuando tienes ese tiempo, 15 días, un mes, tres semanas quieres estar con esas personas. Esto es mutuo y es recíproco. Tú das, pero ellos te dan. Es felicidad y recibes mucho más que lo que les das a ellos”.
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