
09.03.2025.- Cote Vilar la ha entrevistado para vanitatis.elconfidencial.com: La radio tiene que cambiar bastante todavía, no hay mucho sitio para las mujeres, y menos si te han puesto un sello político. Antiguamente yo recuerdo que llegaba el mes de mayo y había un trasiego de profesionales maravilloso, los de COPE se marchaban a Onda Cero, y los de Onda Cero a la SER. Yo misma he trabajado en las tres cadenas, y no ha habido nunca ningún problema. Nadie creía saber cuáles eran tus ideas por el sitio en el que trabajabas. Tú te dedicabas a informar, a acompañar, a entretener o lo que te tocara en ese momento. Pero ahora, simplemente por el hecho de estar en una empresa o en una radio determinada, ya te colocan el sambenito, es una cosa demencial”.
Estamos en uno de los estudios de Onda Cero, y Pepa Gea sienta las bases de lo que va a ser esta entrevista. La hemos citado para hablar de liderazgo femenino, de mujeres referentes, de procesos hormonales, de ese Madrid del que lleva tantos años informando desde la emisora local de Onda Cero, del hambre profesional que siente y aún no ha logrado satisfacer. En estos días en que las opiniones son elásticas, la locutora sin embargo exhibe firmeza, mientras habla con los ojos y con esa melena que se le apantera alrededor del rostro.
PREGUNTA. De Los 40 Principales a Onda Cero, ¿cómo ha sido tu trayectoria en los medios?
RESPUESTA. Empecé muy jovencita, en Alicante, de una forma muy tonta. Hice una prueba casi sin saber para lo que era. Eran 60 chicas y me quedé yo. José Antonio Abellán insistió en que me llevaran a Madrid y me fui para allá, me secuestraron. Empecé a compaginar el trabajo con los estudios, hacía Ciencias Políticas y Sociología. Luego estuve un par de años dirigiendo Los 40 Principales de Alicante. Tras eso me hicieron una oferta de televisión y radio y me fui a Sevilla. Después me fui a la COPE, de la COPE a Onda Cero y aquí sigo, en la emisora local.
P. ¿La televisión es una asignatura pendiente?
R. He hecho televisión en Canal Plus y en Antena 3. Me gusta hacer tele cuando te dejan ser tú, con un papel secundario es muy difícil. A mí me encantaría hacer un programa de televisión en el que me dejaran llevar las riendas. A mí es que el tema florero me gusta muy poco. No lo soporto.
P. Hay algo en tu trayectoria profesional que no sé si es muy conocido, y es tu faceta como nutricionista y divulgadora de la salud. Ahora que el discurso terapéutico se ha instalado con fuerza en los medios, fuiste una adelantada. Incluso tuviste una plataforma dedicada al cuidado personal, el antiaging y la salud.
R. Totalmente. No sabes el coñazo que di en Antena 3 y en Onda Cero advirtiendo de que esto iba a ser un tema crucial. El cuidado personal, el antiaging, bienestar, vida saludable… todo ese campo. “Vamos a ser los primeros, por favor, que esto es lo que va a centrar el interés de la gente en los próximos años”. Fui muy insistente, pero… ¿a ti te han hecho caso? A mí tampoco.
P. ¿Y has pensado en retomarlo más allá del espacio que ya le das desde tu programa?
R. Sí, hace tiempo abrí un espacio que hago en el programa que es ‘Treintaytantos’. Es la edad a la que los médicos te recomiendan que empieces a cuidarte. Pensé que si iba a informar de eso tendría que formarme y empecé a estudiar a fondo el tema, hice un Máster en Nutrición y Dietética y he asistido a muchísimos congresos. Siempre con espíritu crítico porque hay productos que te venden que rozan la ciencia ficción.
P. Productos mágicos…
R. Exacto. El de la belleza y el cuidado personal es un campo que ha crecido muchísimo, y para informar correctamente de ello hay que estudiar. Me encanta todo lo que tiene que ver con el envejecimiento. Hace tiempo escuché en una conferencia que el organismo está preparado para vivir muchos años, solamente hace falta que consigamos ir reponiendo lo que se va estropeando. Aunque una de las charlas que más me han impactado la escuché allá por 2003, cuando vino Barry Sears a hablar de la inflamación silenciosa.
P. Un concepto muy de moda ahora mismo, la inflamación.
R. ¡Sí! Me invitaron desde el Colegio de Médicos. Recuerdo que empezó a decir con su inglés americano que los españoles íbamos a tener un problema grave de nutrición en poco tiempo con la introducción del fast food. Un médico levantó la mano y le dijo ‘¿cómo se atreve usted, viniendo de Estados Unidos, a decirnos a nosotros los españoles cómo tenemos que comer y cómo tenemos que vivir?’ Y el tío dijo: ‘porque vosotros vais a ser lo que nosotros somos dentro de diez años’. Y lo clavó tal cual.
P. Ahora te has atrevido a hablar en tu programa de conceptos tabú como la menopausia. ¿Has tenido reparos a la hora de hacerlo?
R. Yo para nada. Todo lo contrario. Siempre he hablado de la menopausia, de como a la mujer no se le permite envejecer porque tenemos que estar siempre visibles y siempre perfectas. Lo he hecho siempre con muchísima libertad porque la divulgación puede ayudar mucho a paliar síntomas.
P. Sigue siendo un tema muy desconocido, incluso entre las propias mujeres.
R. Es que no todas tenemos los mismos síntomas ni los sufrimos con la misma intensidad, así que muchas veces tú misma dudas de si la causa puede ser esa u otra. Por ejemplo, hay un síntoma que a mí me está dando muchos quebraderos y es el insomnio, no puedo dormir, pero hasta ahora lo achacaba al estrés porque no sabía que podía ser por la menopausia. Es un viaje muy completito [risas]
P. Algo habrá bueno…
R. ¡Absolutamente! A mí me parece una bendición la menopausia. Tener la regla es un peñazo, estar todo el día con el tampón y la compresa encima, pensando en lo que te vas a poner por si acaso. Ahora, que tienes un poquito de sofoco por la noche, pues bueno, si los puedes tolerar benditos sean. Oye, que tienes insomnio, vamos a intentar controlarlo. ¿Que retienes más líquidos o te pones más gordita? Pues haces más ejercicio o intentas subir tu metabolismo basal para quemar más calorías. Lo que pasa en realidad es que faltan foros donde se pueda hablar de esto con tranquilidad y compartir información.
P. Quizá podrías aprovechar tu visibilidad y todo ese conocimiento para hacer divulgación desde tus redes sociales, ¿no lo has pensado?
R. Me encantaría, pero tendría que tener un respaldo tecnológico detrás. En su día tuve que dejar la plataforma porque no podía conciliar con mis hijas, el trabajo y todo lo que tenía entre manos.
P. Hablando de conciliación. En el feminismo, como en todo, hay distintas corrientes. ¿Dónde te encuentras tú más cómoda?
R. Donde no haya confrontación. A mí hay un feminismo que no me gusta, que es aquel que me dice lo que tengo que hacer siendo mujer. Yo creo en el feminismo, pero no quiero convertirme en un hombre sino que me traten igual que a él. Es decir, quiero tener las mismas oportunidades, los mismos salarios y eso que toda la vida han tenido los hombres, pero no por ello denostarles ni destrozarles.
P. ¿Has tenido mujeres referentes?
R. Admiro a las personas que han sabido llevar una vida en la que no se han traicionado a sí mismas, independientemente del género. Te diré que he conocido muchas mujeres estandarte del feminismo más exacerbado que luego trabajando con ellas eran terribles.
P. Las mujeres padecemos a veces ese síndrome del impostor, de confiar poco en nuestras propias posibilidades. ¿Te ha pasado? ¿hay alguien que haya confiado en ti especialmente?
R. Es verdad que en la radio pasa mucho eso. Hay muchísimas mujeres trabajando, pero los jefes son hombres. En mí han confiado más los hombres que las mujeres, pero por una cuestión de carencia, no había jefas. Yo no recuerdo a ninguna mujer que me haya ayudado en el camino. De todas formas, también es verdad que este mundillo de los medios de comunicación no es muy representativo por el tema de la fama y estas cosas.
P. Tus redes sociales son un canto al matriarcado, siempre estás dando visibilidad a proyectos de tus amigas, o dejándote ver con ellas, con tus hijas… ¿Cómo eres como madre?
R. Me encantan las mujeres bien hechas, y mis hijas lo son. Estoy muy orgullosa de ellas. Una me ha salido periodista, empezó estudiando arte dramático con Cristina Rota, pero finalmente se decantó por el periodismo. La otra tiene su propia empresa de marketing.
P. ¿Cómo son las mujeres de tu familia? Pareces una mujer fuerte, con personalidad, que no se deja llevar fácilmente. Valores que entiendo que te habrá inculcado tu familia.
R. Tengo una hermana y dos hermanos, y mi hermana nos domina a todos porque es la mayor y ha heredado el testigo. Cuida de todos nosotros. Ella tiene mucho carácter, pero mi madre no, mi madre es una persona muy tranquila y muy dialogante. Quizá he salido a mi padre, que sí tenía mucha personalidad. Mis hijas son una mezcla, una es muy dócil y muy dulce, la mayor, y la pequeña es una barbaridad.
P. Ellas se han educado en la igualdad.
R. Totalmente, no toleran la desigualdad, saltan como hienas. Es más, yo he tenido que frenarlas muchas veces en situaciones que podían ponerlas en peligro porque ellas no se daban cuenta, pensaban que no les tenía por qué pasar nada.
P. ¿Tú has vivido algún episodio…?
R. Sí, sí, alguno [reflexiva]. Al comienzo de mi carrera tuve un problema con un jefe… claro, cuando empiezas tan jovencita.
P. Carne de cañón.
R. Además, la radio es un mundo difícil para las mujeres. Pensar que una mujer iba a ir a la mañana era impensable. Bueno, era y es para algunas cadenas. No hay directoras generales, ni apenas directoras de programa. Nosotros ahora tenemos a Virginia, la primera mujer que hay al frente de programas en todos los años de Onda Cero. [Se refiere a Virginia Vides Labarta, directora de Contenidos de Atresmedia Radio, que incluye a Onda Cero, Europa FM y Melodía FM]
P. La radio o los medios digitales, que están dirigidos en su mayoría por hombres y están replicando el modelo de los medios tradicionales.
R. ¡Sí! En la programación de radio parece como si estuviera estructurado que las tardes fueran de las mujeres y las mañanas de los hombres, y además siempre de los mismos hombres. Las tardes son un entorno más amable, que se entiende más propicio a la mujer. Luego llega el informativo, lo sustancioso, y vuelven a presentarlo los hombres. ¿Y la madrugada? Las mujeres otra vez, hasta que llegan las noticias. En Onda Cero ni siquiera la tarde la presenta una mujer. Es muy difícil hacerse un hueco en ese entorno, donde los programas además son tan largos. Hay espacios que duran seis horas y pico en las que está al frente el mismo profesional. Y encima los tótems, los grandes comunicadores, se quedan hasta bien pasados los 60.
P. En este caso, son las empresas quienes quieren perpetuar al que ya saben que funciona, que tiene que ser además un líder de opinión. Muchas veces cuando nos quejamos de esto nos dicen que la mujer no quiere ascender porque eso implica una serie de renuncias, que la igualdad tiene un precio. Me gustaría saber qué precio has pagado tú por tener tu carrera.
R. Cuando te dicen eso es posible que lleven algo de razón. Yo misma tuve una oportunidad profesional muy grande y dije que no por mis hijas. No me he arrepentido ningún día y volvería a hacerlo las cien veces que naciera. Es verdad que me gustaría ampliar mi trayectoria y tener más visibilidad aparte de Madrid. Creo que estoy capacitada para hacerlo, pero no me voy a dejar la vida en ello. La vida me ha regalado la sensatez de saber elegir en los momentos que tenía que elegir.
P. ¿Entonces crees que la conciliación es una utopía?
R. Ahora menos. Tengo un hermano que tiene 42 años y le veo con sus dos niños y está con mi cuñada completamente a la par. Yo antes llegaba a las tutorías de mis niñas y éramos todo mujeres, o al pediatra. Ahora hay muchos más hombres.
P. Cambiando de tema, Madrid, que tú conoces tan bien a través de tu programa, está de moda, lo dicen todos los operadores inmobiliarios . ¿Qué está pasando?
R. Que al fin nos hemos creído que somos una gran capital. Eso unido a que tenemos una forma de vivir diferente al resto, que tenemos muy buenas universidades, hospitales punteros y demás hace que Madrid se haya convertido en una golosina. Hay un riesgo en todo eso y es que por el camino la ciudad pierda su personalidad. Madrid es una ciudad maravillosa para pasar unos años de tu vida, pero cuando necesitas otro tipo de cosas se puede quedar corta.
P. ¿Te refieres al problema de la vivienda?
R. Entre otras cosas. Vivimos en una absoluta hipocresía porque estamos invirtiendo dinero para que el aire de Madrid sea más sano, cuando Madrid te expulsa a vivir a las afueras porque nadie tiene dinero para vivir en la ciudad. Te tienes que ir a los pueblos de alrededor que no tienen una buena red de transporte público, por lo que hay que venir en coche a trabajar y generar más contaminación. Es un sinsentido.
P. Es un fenómeno común a muchas ciudades europeas. ¿Cuál es tu barrio favorito de Madrid?
R. Yo viví en Majadahonda hasta que me divorcié [ahora está casada con el periodista Carlos Herrera]. Y desde entonces siempre he vivido en Chamartín, es la zona que más me gusta. Chamberí es muy bonito, pero las casas están muy juntitas. A mí me gusta el espacio que hay en Chamartín, las aceras grandes. Toda la zona de General Perón y toda la zona de Orense. Los bajos de la Torre Picasso me vuelven loca porque me recuerdan a mi adolescencia, cuando me vine para acá. Me encanta toda la zona que han hecho nueva de las Cuatro Torres, parecen de ciudad americana. También me gusta mucho la zona de Justicia.
P. ¿Qué tres cosas dirías que han cambiado más la ciudad en los últimos años?
R. Yo creo que los túneles de la M-30 en primer lugar. El soterramiento de la A-5 va a ser un gran cambio y estoy esperando a ver lo que va a hacer en la zona de Ventas este gobierno. También las universidades han transformado la ciudad y la han rejuvenecido. Y la peatonalización de Templo de Debod y el paseo de la Plaza de España. Pero lo de Madrid Río ha sido definitivo.
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