
28.05.2025.- Andaluciainformacion.es publica que después de 22 años en antena, José Manuel García Bautista alcanza los mil programas con su emblemático espacio de radio dedicado al misterio con “Voces del Misterio”. Hablamos con él sobre esta larga trayectoria, los retos, las alegrías y las penas del mundo del misterio.
Mil programas. Suena fácil, casi anecdótico, cuando se pronuncia rápido. Pero detrás de esa cifra hay dos décadas largas de trabajo incansable, de micrófono en ristre, de madrugadas frías en lugares abandonados, de testimonios difíciles, de psicofonías, fenómenos inexplicables y también de muchas horas de edición, de guión, de búsqueda y de dudas. Porque dudar, como bien afirma José Manuel García Bautista, es parte del proceso. Voces del Misterio ha llegado a las mil emisiones, y el periodista sevillano, voz icónica del programa, reflexiona sobre esta etapa que define como “una vida entera contada en relatos que nunca pasan de moda”.
Nos encontramos en un rincón de Sevilla donde la radio todavía huele a magnetófono y café, donde el sonido tiene alma, y donde José Manuel parece sentirse en casa. Sonríe con naturalidad, con la serenidad del que ha vencido a la fugacidad mediática y ha hecho del misterio un canal para conectar con miles de personas.
Redacción Noticias (RN): José Manuel, mil programas. ¿Qué sientes al alcanzar esta cifra?
José Manuel García Bautista (JGB): Siento una mezcla de gratitud, asombro y responsabilidad. Gratitud porque son muchos años con una audiencia fiel, con personas que siguen ahí cada semana. Asombro, porque jamás pensé que llegaríamos tan lejos cuando empezamos aquel primer programa en una emisora local de Sevilla en 2002, fue el “protoprograma”. Y responsabilidad porque esto ya no es solo mío: es de los oyentes, de los colaboradores, de todos los que han creído en Voces del Misterio.
RN: ¿Cómo recuerdas aquel primer programa?
JGB: Fue una locura, no sabíamos muy bien lo que hacíamos, pero sí lo que queríamos: contar historias que nos hiciera sentir… Miedo, congoja…, que nos helaran la sangre o nos hicieran pensar. Estábamos llenos de ilusión, y con muy pocos medios, pero con muchas ganas. Y fíjate, a día de hoy sigo con la misma ilusión. Eso no ha cambiado.
RN: ¿Cómo ha evolucionado el misterio desde 2002 hasta hoy?
JGB: Muchísimo. En 2002 apenas existían los podcasts, las redes sociales no tenían el peso actual, aparecieron en 2007, y el acceso a ciertos archivos o investigaciones era muy limitado. Hoy el mundo digital ha democratizado el contenido, pero también lo ha saturado. Hay una sobreinformación y muchas veces falta criterio o contexto. Pero también se ha abierto una puerta a nuevas voces y puntos de vista. Nosotros intentamos adaptarnos sin perder el alma del programa: el contacto humano, el testimonio directo, el relato cercano. Muchas veces sólo damos voz a los testigos.
RN: ¿Qué papel juegan hoy las redes sociales en tu trabajo?
JGB: Son una herramienta. Nada más. Hay quien se pierde en ellas. Yo las uso para difundir, comunicarme con la audiencia, escuchar a los oyentes. Pero el programa se sigue haciendo con la misma base: rigor, escucha y muchas horas de investigación. Las redes no pueden sustituir al trabajo de campo. Divulgar desde temas históricos hasta experiencias de otras personas, es un poco eso: contar cosas del misterio.
RN: ¿Te ha dolido más el cansancio o la falta de reconocimiento?
JGB: El cansancio es parte del proceso, y se cura durmiendo (ríe). La falta de reconocimiento te puede doler, sobre todo cuando sabes que haces un trabajo honesto. Pero con el tiempo he aprendido a valorar más el cariño de los oyentes que cualquier premio. He tenido momentos muy duros, en los que me han acusado de cosas absurdas, incluso han intentado desprestigiar mi trabajo. Hay mucho ego en este mundillo, y también muchas envidias. Pero al final, lo que te sostiene es tu convicción. Y yo nunca he dejado de creer en lo que hago y de la honestidad del trabajo, le duela a quién le duela y, sobre todo, a los cuatro mentirosos que mienten sobre mí y otros grandes, yo no lo soy, del mundo del misterio.
RN: Eres tremendamente humilde José Manuel pero… ¿Cómo te afectan los haters?
JGB: Al principio me afectaban más. Ahora los filtro. No soy de piedra, claro. Hay comentarios que duelen, sobre todo cuando vienen de personas que conoces. Otros se enconden tras nicks que todo el mundo sabe quiénes son, son así de ilusos… Pero también he recibido miles de mensajes de apoyo, de gente que me dice “tu programa me ha acompañado en momentos difíciles” o “gracias a ti empecé a interesarme por estos temas”. Eso compensa todo.
RN: ¿Has tenido que defender el programa frente a presiones políticas o ideológicas?
JGB: He tenido que dejar claro muchas veces que Voces del Misterio no es un espacio político. Nunca lo ha sido y no lo será. Hablamos de temas que tienen que ver con la Historia, la religión, lo paranormal… pero nunca desde una postura ideológica. La política divide, el misterio une, yo no polarizo. Aquí puede venir gente de cualquier pensamiento, siempre que lo haga con respeto. Y eso me parece más valioso que cualquier trending topic.
RN: ¿Has censurado algún contenido?
JGB: No censuro, pero filtro. Hay temas que por respeto a las víctimas o a sus familias prefiero no tratar públicamente, o lo hago con mucha delicadeza. No me interesa el morbo. Me interesa la verdad, el enigma, la emoción. Y no todo vale para conseguir eso. Muchas veces me han venido a contar, por ejemplo, temas de Marta del Castillo y no le he dado paso ni voz, otros con menos ética si lo han hecho, yo no. Como esos otros muchos casos, pero hay que saber medir bien y ser persona.
RN: ¿Qué opinas de la proliferación de divulgadores de misterio?
JGB: Algunos me parecen maravillosos, con una pasión y una frescura envidiables. Otros, lamentablemente, se dedican a copiar contenidos, a fabricar historias o a difundir bulos sin investigar nada. Hay muchos “divulgadores de salón”, como se les llama, que nunca han pisado un lugar encantado, que no han hablado con un testigo real. Y eso se nota. Yo creo que el misterio se huele, se camina, se patea. Hay que mancharse las botas, como decía antes. Hay quién hace dos investigaciones y se atreve a apostolar… Lo que hace la ignorancia…
RN: ¿Qué piensas de quienes acusan al misterio de ser poco riguroso?
JGB: Hay parte de razón, y parte de prejuicio. Si alguien ve a un youtuber diciendo que un duende le robó las llaves y lo presenta como “prueba”, es lógico que dude. Pero también hay personas, como yo y muchos compañeros, que investigan con criterio, que documentan, que no afirman sin pruebas. El problema es que todos entramos en el mismo saco. Y no es justo. Eso además se fomenta desde sectores metidos en el antimisterio con el ánimo de menoscabar el misterio, el enemigo en casa vaya, aquellos que critican todo menos lo suyo por que “ellos” todo lo hacen bien… Autocritica cero pero criticar a otros mucho… De eso abunda.
RN: ¿Qué programa recuerdas con más cariño?
JGB: Hay muchos. Uno de los que más me marcó fue sobre el Palacio de Monsalves. Lo grabamos con un equipo muy reducido, pero fue una noche llena de tensión, psicofonías, sensaciones físicas extrañas. Pero también recuerdo con emoción los especiales de Navidad, donde hablamos del misterio del alma, de las experiencias cercanas a la muerte… Hay programas que son casi terapéuticos, para nosotros y para los oyentes.
RN: ¿Y el más difícil?
JGB: Uno que hicimos sobre desapariciones misteriosas. Me tocó mucho porque hablé con familias que aún esperan respuestas. Es duro no poder ofrecerles soluciones, solo acompañar en su dolor. En esos momentos entiendes que el misterio también puede ser una forma de consuelo. Y de memoria.
RN: ¿Cómo se mantiene la frescura después de mil programas?
JGB: Cambiando. Renovando secciones, trayendo nuevas voces, explorando temas poco tratados. Y escuchando mucho a los oyentes. Ellos son una fuente constante de inspiración. Además, tengo la suerte de contar con un equipo que me acompaña, que suma. Esto no es un proyecto individual, es una familia.
RN: ¿Qué papel han tenido tus colaboradores en esta trayectoria?
JGB: Fundamental. He tenido a mi lado personas que se han dejado la piel por el programa, que han aportado ideas, que han hecho kilómetros, que han puesto su voz y su tiempo. Algunos han seguido su camino, otros siguen conmigo, pero todos han sido parte de Voces del Misterio. Y eso no se olvida. A todos gracias, a Jordi Fernández, Sergio Moreno, Lorenzo Cabezas, Carmen Bravo, José Apolo, Ismael Cabezas, Pepe Cabello, Teresa Bernal, Carlos Dueñas y muchos otros, que en la omisión no crean los que faltan que hay olvido, son muchos y a todos los respeto y aprecio tremendamente. Por supuesto a todos mis colaboradores y amigos en la actualidad, ellos son el alma de Voces del Misterio. El equipo de Voces del Misterio formado por Adrián Martínez, Ana Garrido, Antonio Pastor, Carlos Font, Copérnico García, Diego Fernández, Fran Abad, Gustavo Prieto, Javier Mauri, José Alfonso Muriel, José David Flores, Jesús García, José Manuel Warren, José Villalón, Juan Gómez, Julio Porcel, Manuel Blasco, Manuel Zamora, Mayte Medina, Miguel Ángel Paredes Cruz, Miguel Labrador, Pedro Pilar Jiménez, Rafael de Alba y Rubén.
RN: ¿Cómo ves el futuro del programa?
JGB: Con ilusión. Seguimos teniendo mucho que contar. Hay temas que aún no hemos tocado, lugares que queremos visitar, entrevistas pendientes. Y los medios técnicos nos permiten llegar a más gente. Mientras tenga salud y el público esté ahí, seguiré. No me pongo metas, solo pasos. Uno detrás de otro. “Partido a partido” y esperando que la cadena de radio no nos presente muchas trabas que, en ocasiones, nos limita mucho aunque les estoy profundamente agradecidos, tanto a SFC Radio –anterior etapa- como a Real Betis Radio, en la 96.8 FM, que es donde estamos ahora en antena.
RN: ¿Qué te gustaría que se dijera de Voces del Misterio dentro de otros 22 años?
JGB: Que fue un programa honesto. Que se mantuvo fiel a sus principios. Que no buscó fama, sino respuestas. Que acompañó, que enseñó, que emocionó. Que fue más que un programa: un grupo de personas con una forma de mirar el mundo con ojos curiosos.
RN: José Manuel, una pregunta directa: ¿alguna vez pensaste en tirar la toalla?
JGB: Sí. Más de una vez. No te voy a mentir. Hay momentos en los que sientes que estás hablando al vacío, que no avanzas, que te repites. Otros en los que la crítica injusta te cansa, o los problemas técnicos te frustran. He tenido noches de grabación desastrosas, investigaciones que no llegaron a nada, compañeros que se fueron de forma dolorosa. Pero siempre ocurre algo que me empuja a seguir. Una carta, un mensaje de un oyente, una historia fascinante. El misterio tiene eso: te atrapa cuando menos te lo esperas.
RN: Estás en el Top10 de iVoox a nivel mundial en programas de misterio y con una audiencia que supera los 80.000 oyentes de dial directo… ¿Qué ha cambiado más en estos 22 años, tú o la radio?
JGB: Ambas cosas. Yo he ganado canas, experiencia y una cierta paz interior. He aprendido a relativizar. La radio, por su parte, ha cambiado su soporte, pero no su esencia. Antes emitíamos en FM, ahora en FM y en digital, en streaming, en podcast. Pero la magia del relato sigue ahí. La gente sigue escuchando mientras conduce, mientras cocina, mientras se acuesta. Es el medio más íntimo que existe. Te habla al oído. Y eso es poderoso.
RN: ¿Y qué ha supuesto para Voces del Misterio el salto al formato podcast?
JGB: Un crecimiento espectacular. Nos han descubierto oyentes de México, de Argentina, de Estados Unidos, en muchos países. Date cuenta que incluso nos reemiten en 26 países que cogen el programa y lo emiten en sus radios. Gente que nunca habría sintonizado una radio local sevillana. Y eso ha ampliado nuestro horizonte. Ahora tenemos una audiencia internacional que comenta, aporta, comparte. Pero también nos exige más. Hay que cuidar mucho la edición, el ritmo, la calidad. Es una evolución positiva, sin duda. A veces el sonido no es el mejor pero yo ya en ese plano no mando.
RN: ¿Qué es lo que más miedo te ha dado en estos años?
JGB: El silencio. Cuando estás en un lugar donde sabes que ha habido fenómenos, y de repente todo queda en calma… y entonces escuchas algo que no debería estar ahí. Una respiración, una voz lejana, un golpe sin origen. Me ha pasado varias veces. Pero también me da miedo el sufrimiento ajeno. Las historias de personas que viven atrapadas por un suceso, por una pérdida, por algo que no comprenden. A veces el misterio es una herida abierta. Y hay que tratarlo con mucho respeto.
RN: ¿Has tenido alguna experiencia personal inexplicable?
JGB: Varias. Pero una que siempre me marcó fue la de un monasterio donde grabamos una noche en invierno. Sentimos un cambio de temperatura radical, los aparatos se apagaban sin razón, y una grabadora captó una voz que nadie oyó en directo. Fue una voz de mujer que decía claramente: “Aquí estoy”. Esas cosas no se olvidan. ¿Tiene explicación? Tal vez. Pero me gusta pensar que hay cosas que no necesitamos explicar para que sean reales.
RN: ¿Crees en Dios?
JGB: Creo en algo. En una energía, una conciencia superior. No me considero religioso, aunque respeto profundamente la fe, hasta salgo de nazareno (sonríe). Lo que sí tengo claro es que el ser humano no lo comprende todo. Y en esa falta de comprensión nace la espiritualidad. Me he topado con casos que no se explican desde la lógica ni la ciencia. Y a veces, una oración, un gesto espiritual, ha provocado cambios inexplicables. Eso me hace pensar que no todo está en nuestros libros ni en nuestros laboratorios.
RN: ¿Y cómo convive esa creencia con tu lado racional?
JGB: En paz. Creo que uno puede ser escéptico y tener fe al mismo tiempo. De hecho, cuanto más investigo, más preguntas tengo. No busco certezas, busco sentido. Y eso me permite mirar lo inexplicable con curiosidad, no con dogma. El misterio no es una religión, es una actitud ante la vida.
RN: Tienes en tu despacho el título en electrónica industrial, el de Periodismo, el de cursos de IA y dos máster pero vamos a otro aspecto, a algo menos agradable. ¿Has perdido amigos por el programa?
JGB: Sí. Por malentendidos, por egos. Hay quien se cree que porque no lo invitas a tu programa estás en su contra. O porque opinas diferente ya eres un enemigo. Es muy triste. Yo he intentado mantenerme al margen de esos juegos. Pero no siempre se puede. Hay quien confunde la colaboración con el protagonismo. Y esto no va de eso. El misterio es coral. Y si no sabes trabajar en equipo, estás perdido.
RN: ¿Te duele esa parte del mundillo?
JGB: Me duele, sí. Porque a veces parece más una guerra de vanidades que un campo de investigación. He visto gente muy válida dejarlo por cansancio. He visto traiciones, plagios –mis trabajos son muy muy copiados-, ataques gratuitos. Y sin embargo, también he visto generosidad, apoyo, amistad verdadera. Así que me quedo con lo bueno. Y lo malo, lo dejo pasar.
RN: ¿Qué te sigue motivando para hacer el programa?
JGB: La emoción. Cuando me llega una historia nueva y pienso: “Esto es increíble, hay que contarlo”. Cuando grabo una psicofonía clara. Cuando un oyente me escribe para contarme lo que vivió de niño. Esas pequeñas cosas me siguen emocionando. El día que pierda esa emoción, dejaré de hacer radio. Pero por ahora, sigue ahí, intacta.
RN: ¿Cómo te preparas para cada programa?
JGB: Con mucha lectura, con llamadas, con revisión de grabaciones. Y con intuición. A veces hay temas que surgen casi solos. Otras veces cuesta más. Pero siempre busco que haya un equilibrio entre lo informativo, lo emotivo y lo narrativo. Que el oyente sienta que está dentro de la historia, que viaja con nosotros.
RN: ¿Te queda algún sueño por cumplir?
JGB: Muchos. Me gustaría hacer una entrevista larga a alguien muy especial, no como colega, sino como entrevistador. Me gustaría escribir una nueva novela de misterio paranormal basada en hechos reales que he investigado. Y, por supuesto, me encantaría llegar al programa 2000. Eso sí sería de locos, otros 22 años, pufff… Pero no lo descarto. Mientras el cuerpo aguante…
RN: ¿Qué recuerdo te gustaría dejar?
JGB: El de alguien que contó historias con honestidad. Que no se dejó llevar por la moda, ni por el aplauso fácil. Que respetó al oyente. Que ayudó a sus amigos y a muchas personas desinteresadamente. Y que defendió la magia de la radio. Porque eso es Voces del Misterio: un refugio para quienes todavía creen que hay cosas que escapan a la lógica… y que merece la pena contarlas. Por cierto, la televisión también me fascina como es un programa ya con casi 200 programas como es “Andalucía Paranormal” en 7tv.
Después de hablar con José Manuel García Bautista, uno no puede evitar pensar que el misterio no está solo en las voces grabadas en la noche o en los pasillos de un convento abandonado. Está, también, en la constancia. En la pasión. En hacer mil veces lo mismo —una intro, una entrevista, una historia— y lograr que siga pareciendo nuevo.
Voces del Misterio ha cumplido 1000 programas, pero su esencia sigue tan viva como en aquella primera emisión en una emisora modesta de Sevilla a ahora en una de las importantes. No es solo un archivo de leyendas y fenómenos. Es una herencia. Un mapa sonoro de lo que asombra, intriga y emociona al ser humano.
José Manuel no necesita grandes alardes. Su discurso no es grandilocuente, pero sí honesto. Tiene claro lo que hace y por qué lo hace. No espera aplausos ni portadas: solo seguir contando historias mientras haya alguien, en algún rincón del mundo, dispuesto a escuchar. Quien piense lo contrario de él es que no lo conoce, habla de oídas, si tuviera que calificarlo de una forma es: buena persona.
Y en un mundo donde todo parece ir demasiado rápido, donde las voces se apagan a la misma velocidad que se encienden, mil programas no son un número cualquiera. Son la prueba de que, pese a todo, sigue habiendo sitio para las preguntas sin respuesta. Y para los que se atreven a formularlas.
Porque el misterio no se acaba. Mientras alguien quiera seguir escuchándolo, siempre habrá una voz dispuesta a contarlo.
86839