Dario Porras lo cuenta desde elnacional.cat: Víctor Lozano es uno de aquellos periodistas que vive al máximo su profesión y que se apasiona cuando habla de una de las cosas que más felicidad le ha dado en su vida (y también, muchas penas, como el momento actual): el Barça. El periodista de Onda Cero es un habitual de las tertulias televisivas futboleras, ya sea en TV3, Betevé o 8TV, donde lo pueden ver muchas noches en el programa Rondeando de Albert Lesán.
Lozano, aunque vayan mal dadas con el Barça de sus amores, acostumbra a presentarse ante los espectadores con esta cara sonriente, incluso, de travieso. Defiende a su equipo con pasión, pero siempre con optimismo. Y cuando pinta la cara al madridismo con sus mesetazos, lo hace igualmente con una sonrisa de oreja a oreja.
Este lunes, Víctor participó en la tertulia de Rondeando, que se emite cada día a las 9 menos cuarto de la noche.
Antes de hablar de la chapuza de sorteo de la Champions que hizo rabiar a los madridistas, del emparejamiento del Barça con el Nápoles en la Europa League, de cómo está el equipo de Xavi y de todo, Lozano llegó a plató con su habitual sonrisa, que mantuvo durante todo el programa.
Pero esta cara le desapareció cuando acabó y fue a coger el coche. Fue a los estudios de 8TV con su vehículo, que dejó aparcado en el parking de Les Glòries a las 19h de la tarde. Y al volver, lo que vio lo indignó, y de qué manera.
Porque el periodista se encontró un berenjenal: «Cristal destrozado y bolsa robada», la bolsa del trabajo donde llevaba una tablet y un disco duro. Un espectáculo lamentable en plena tarde y, repetimos, en un parking, no en medio de la calle. La rabia, más que justificada: «Bienvenidos a Barcelona, ¡la ciudad sin ley!».
Una imagen que hace hervir la sangre. Él, sin embargo, se lo toma con filosofía, sobre todo, cuando un seguidor le dice que menos mal que no se llevaron también las gafas que se dejó en el asiento de detrás:
Hace unos meses, Jota Jordi, de El Chiringuito, denunciaba y se dirigía directamente a Ada Colau por lo que le pasó, sólo llegar a Barcelona desde Madrid. Días atrás ya se encontró con que le habían abierto el coche y se habían llevado su portátil y una maleta. Pero finalmente estalló cuando, siete días después, más de lo mismo. «Hoy llego de Madrid y ventana reventada, en el parking de Estación de Sants».
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